"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 23 de abril de 2018
ALFONSO COSTAFREDA
Todo lo que tememos
No sé
de dónde vienen
tu risa, tu alegría,
en qué instante aprendiste
a mirar frente a frente
todo lo que tememos.
A mirarlo en los ojos
como si nada hubiera
que temer
y tu mirada
hubiese descubierto
entre tanto desorden
un principio de luz.
Como si tú estuvieras
al borde del misterio
y nada sorprendiera
tu fe
y nos hablaras
no de lo que estás viendo,
sino de lo que sientes
venir
y entiendes tan fácilmente...
Así entonces separas
del terror su envoltura
diaria
y tu mano
traza en la oscuridad
un camino seguro.
tu risa, tu alegría,
en qué instante aprendiste
a mirar frente a frente
todo lo que tememos.
A mirarlo en los ojos
como si nada hubiera
que temer
y tu mirada
hubiese descubierto
entre tanto desorden
un principio de luz.
Como si tú estuvieras
al borde del misterio
y nada sorprendiera
tu fe
y nos hablaras
no de lo que estás viendo,
sino de lo que sientes
venir
y entiendes tan fácilmente...
Así entonces separas
del terror su envoltura
diaria
y tu mano
traza en la oscuridad
un camino seguro.
ÁLVARO SOLÍS
La espera
Para Antoni Marí
Siempre
estamos solos, el mundo no existe allá afuera,
ni la apretujada multitud, ni los campos, ni los bosques,
ni las playas propicias para el sosiego.
ni la apretujada multitud, ni los campos, ni los bosques,
ni las playas propicias para el sosiego.
Cuando
asecha el sueño o la esperanza o el dolor,
estamos solos, nadie nos espera de vuelta,
nadie recuerda nuestros mejores momentos;
(nuestra fugaz parcela de felicidad.)
estamos solos, nadie nos espera de vuelta,
nadie recuerda nuestros mejores momentos;
(nuestra fugaz parcela de felicidad.)
Cuando
asecha el insomnio o la incumplida promesa o la fe,
cerramos los parpados como para dormir
y la memoria repasa con precisión los despojos del día,
porque estamos inquietos y reinicia la mañana en sus vendimias ásperas,
su duermevela en todo lo que está al alcance
entre los sueños infantiles y la reumas de la vejez.
cerramos los parpados como para dormir
y la memoria repasa con precisión los despojos del día,
porque estamos inquietos y reinicia la mañana en sus vendimias ásperas,
su duermevela en todo lo que está al alcance
entre los sueños infantiles y la reumas de la vejez.
Cuando
estamos en medio, miramos hacia atrás sin remordimiento
el paso del recuerdo que no produce temor,
reconocemos el odio,
negamos abrir los ojos porque ha sido insuficiente la noche
y escuchamos el mundo que nos llama,
su ayuna indiferencia, sus trajeadas prisas,
los desocupados asientos de la fortuna que se han alejado del todo
aunque sigamos tan solos, aunque sigamos tan solos,
aunque sigamos tan solos y solos y solos, como para morir.
el paso del recuerdo que no produce temor,
reconocemos el odio,
negamos abrir los ojos porque ha sido insuficiente la noche
y escuchamos el mundo que nos llama,
su ayuna indiferencia, sus trajeadas prisas,
los desocupados asientos de la fortuna que se han alejado del todo
aunque sigamos tan solos, aunque sigamos tan solos,
aunque sigamos tan solos y solos y solos, como para morir.
ESTHER DE CACERES
Melodía de los
cisnes
Cisne tú, como cisnes de un olvidado lago
que se asoma al recuerdo con violetas tranquilas!
Viajas como los cisnes en que el Amor descansa
con una luz antigua
cuando somos el sueño de una sola flor sola,
Tú, Cisne de los cisnes
y Yo -tu melodía!
Ya el otoño se cierra con un oro sombrío...
Un gran pétalo solo
camina por el cielo de las flores dormidas.
Y cisnes del Recuerdo
hunden en el silencio de remotos jardines
su cuello y su concierto: su apagado abanico.
Sólo tú, extraño ser que me escondes los cisnes
quedas bajo la luna!
Y todas las violetas sumergidas se apoyan
sobre tu ser de cisne
sobre mi melodía!
Cisne tú, como cisnes de un olvidado lago
que se asoma al recuerdo con violetas tranquilas!
Viajas como los cisnes en que el Amor descansa
con una luz antigua
cuando somos el sueño de una sola flor sola,
Tú, Cisne de los cisnes
y Yo -tu melodía!
Ya el otoño se cierra con un oro sombrío...
Un gran pétalo solo
camina por el cielo de las flores dormidas.
Y cisnes del Recuerdo
hunden en el silencio de remotos jardines
su cuello y su concierto: su apagado abanico.
Sólo tú, extraño ser que me escondes los cisnes
quedas bajo la luna!
Y todas las violetas sumergidas se apoyan
sobre tu ser de cisne
sobre mi melodía!
RICARDO MOLINARI
Día de
espacio enamorado. Espada
y nubes. Oh, mar mío presuroso:
celeste entre paredes, nemoroso
mar entreabierto. ¡Rama desvelada!
Luna y labio. ¡Ay, amor hundido -nada-,
ya en tu horizonte helado, codicioso
de muerte, de deseo fatigoso!
Eterno mío, flor desesperada.
Borde distante; mi otra vida sola,
perdida sin morir: huída quieta;
no, pluma y tierra; mar, espuma, ola.
Sombra suelta, sirena adiós, oído.
¡El mar, el mar! Sí, el mar, mar meseta:
solo con el amor, con el olvido.
y nubes. Oh, mar mío presuroso:
celeste entre paredes, nemoroso
mar entreabierto. ¡Rama desvelada!
Luna y labio. ¡Ay, amor hundido -nada-,
ya en tu horizonte helado, codicioso
de muerte, de deseo fatigoso!
Eterno mío, flor desesperada.
Borde distante; mi otra vida sola,
perdida sin morir: huída quieta;
no, pluma y tierra; mar, espuma, ola.
Sombra suelta, sirena adiós, oído.
¡El mar, el mar! Sí, el mar, mar meseta:
solo con el amor, con el olvido.
VIOLETA LUNA
Mi corazón detrás de ti
Está mi
corazón desde hace tiempo
rayado
por tu espuela placentera.
Y va mi
corazón calladamente
debajo
de tu espuela desangrándose.
¡Y
quién iba a creerlo!
que yo
tuviera adentro un suave fruto
que
sangra por el peso de una espuela.
Y dice
el diccionario que una espuela
es una
espiga larga y acerada
que
sirve para hincar a los caballos.
Ahora
sí comprendo
por qué
mi corazón se ha desbocado.
IBN ZAYDUN
Me censuráis que él me suceda
Me
censuráis que él me suceda
en los afectos de aquella a la que amo;
mas no hay en eso infamia:
era un manjar apetitoso
y la mejor parte me tocó a mí,
el resto se lo dejé a esa rata.
en los afectos de aquella a la que amo;
mas no hay en eso infamia:
era un manjar apetitoso
y la mejor parte me tocó a mí,
el resto se lo dejé a esa rata.
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