viernes, 28 de marzo de 2014

EMILIO PRADOS


 

Sueño
 

Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
Alzáronse en el cielo
los nombres confundidos.


Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
Nuestros cuerpos quedaron
frente a frente, vacíos.


Te llamé. Me llamaste.
Brotamos como ríos.
Entre nuestros dos cuerpos,
¡qué inolvidable abismo!

MIGUEL DE UNAMUNO


  


 

La mar ciñe a la noche en su regazo
Y la noche a la mar; la luna, ausente;
Se besan en los ojos y en la frente;
Los besos dejan misterioso trazo.
 

Derrítense después en un abrazo,
Tiritan las estrellas con ardiente
Pasión de mero amor, y el alma siente
Que noche y mar se enredan en su lazo.
 

Y se baña en la oscura lejanía
De su germen eterno, de su origen,
Cuando con ella Dios amanecía,
 

Y aunque los necios sabios leyes fijen,
Ve la piedad del alma la anarquía
Y que leyes no son las que nos rigen.
 

Horas serenas del ocaso breve,
Cuando la mar se abraza con el cielo
Y se despierta el inmortal anhelo
Que al fundirse la lumbre, lumbre bebe.
 

Copos perdidos de encendida nieve,
Las estrellas se posan en el suelo
De la noche celeste, y su consuelo
Nos dan piadosas con su brillo leve.
 

Como en concha sutil perla perdida,
Lágrima de las olas gemebundas,
Entre el cielo y la mar sobrecogida
 

El alma cuaja luces moribundas
Y recoge en el lecho de su vida
El poso de sus penas más profundas.

 

JOSÉ ZORRILLA

 




Dejadme que embebido y estático respire
Las auras de este ameno y espléndido pensil.
Dejadme que perdido bajo su sombra gire;
Dejadme entre los brazos del Dauro y del Genil.
Dejadme en esta alfombra mullida de verdura,
Cercado de este ambiente de aromas y fresura,
Al borde de estas fuentes de tazas de marfil.
Dejadme en este alcázar labrado con encajes,
Debajo de este cielo de límpidos celajes,
Encima de estas torres ganadas a Boabdil.


Dejadme de Granada en medio del paraíso
Do el alma siento henchida de poesía ya:
Dejadme hasta que llegue mi término preciso
Y un canto digno de ella la entonaré quizá.
Si, quiero en esta tierra mi lápida mortuoria;
¡Granada!... Tú el santuario de la española gloria:
Tu sierra es blanca tienda que el pabellón te da,
Tus muros son el cerco de un gran jarrón de flores,
Tu vega un chal morisco bordado de colores,
Tus torres son palmeras en que prendido está.


¡Salve, oh ciudad en donde el alba nace
Y donde el sol poniente se reclina:
Donde la niebla en perlas se deshace
Y las perlas en plata cristalina:
Donde la gloria entre laureles yace
Y cuya inmensa antorcha te ilumina;
Santuario del honor, de la fe escudo,
Sacrosanta ciudad, yo te saludo!

 

PEDRO SALINAS SERRANO

 

Fe mía


No me fío de la rosa
De papel,
Tantas veces que la hice
Yo con mis manos.
Ni me fío de la otra
Rosa verdadera,
Hija del sol y sazón,
La prometida del viento.
De ti que nunca te hice,
De ti que nunca te hicieron,
De ti me fío, redondo
Seguro azar.

 

 

LUZ MARÍA JIMÉNEZ FARO


 

Y Nos Llegó La Hora…

 

Y nos llegó la hora de bailar. La música caía como
lluvia agitada y un mar en nuestros muslos acentuaba
el vértigo. Llegó la savia nueva con un ritmo de trópicos
y germinó en la piel. Olvidamos la sarga y la estameña
y nos cubrimos ágiles con la encendida pulpa del
tamarindo.

 

 

JOSÉ HIERRO

 

He ido desenterrando
 

He ido desenterrando
todos mis muertos: sombras
compañeras, latidos
sin música, corona
de manos y de lágrimas
lloviendo en la memoria.


          He ido desenterrando
mis muertos y mis horas...
(y sus horas), mis muertos
y sus glorias... (mis glorias).
Dolían en lo hondo
de mi tierra: sus sombras
velaban a la vida
la cara luminosa.


          Quedar sin ellos era
quedar sin mí. ¿No lloran
por mí? ¡Tanto he llorado
yo, por ellos, a solas!
¿Lloran por mí? ¿De su
paraíso me arrojan
con espada de fuego?
¿Qué serán ahora: rosas
pisoteadas, zumbido
de alas de llama, motas
de polvo gris, simiente
sobre la piedra? ¿Lloran
porque han visto la cera
en mis alas de alondra?


          Dejé sus pobres huesos
a la luz de la aurora.
Me sentí libre y triste.
Miré la tierra, hermosa
como la primavera,
joven como una novia.


          Tierra muda, dispuesta
a cavar mi fosa.