domingo, 31 de mayo de 2015

SALVADOR RUEDA

 

Discurso de Afrodita

 

Si Venus Afrodita hablase un día,
dijera así: «Sed, pechos maternales,
sagrados y serenos manantiales
de paz, de amor, de leche y de poesía.

Sed, caderas, que iguala la armonía,
santo molde de razas inmortales;
sed, labios, aromáticos panales
donde los besos zumben de alegría.

Sed, manos, como rayos de luz pura,
que donde toquen viertan la hermosura;
sed, amplias frentes, llamas generosas.

Y sed, ojos de vivos resplandores,
ríos de luz, d-e músicas y flores,
que entero el mundo coronéis de rosas.


 

MANUEL PONCE




La flagelación

 

No está lejano el día
en que me siembren surcos de claveles.

 

JUAN BAÑUELOS


 

Mientras la tierra gira

 

Nada. Sino esta mancha corrosiva.
Día sin sol. Apenas la pequeña
salud del que sin paz sin sueño sueña
qué lenta el hambre enyesa la saliva.

Ni el amor me detiene. Es sensitiva
la roca que del monte se hace dueña
y sentada en su sombra fiel, se empeña
en rodar hacia abajo a la deriva.

Lluvia. Polvo. La soledad. La escarcha.
El tiempo, reducido a pedacitos,
mi sangre está llevándolo en su marcha.

Debajo de los pies la tierra gira
(qué silencio cruzado de aerolitos).

No es sordo el mar: sólo es un pez que mira.

 

 

 

CARMEN ALARDÍN


  

Luz precipitada

 
Pronto acabó el otoño para ella.
Su sombra se perdió sobre los hielos
de la galaxia más lejana,
olvidando que un árbol se desnuda
frente al ojo de un cíclope
invisible.
Pronto apagó su inesperado incendio,
y dejó de habitar esas higueras
donde el Buda su sueño alimentó.
Pronto dejó caer aquellos círculos
de sus ojos maduros,
dejando sólo el cáliz de ese cuerpo
que nadie pudo consagrar.


 

 

THELMA NAVA


 


Destino de las palabras

 

Navegamos los días
y las palabras viajan hasta darnos la mano
las palabras incendio
                                en los labios insomnes
las palabras incendio
                                festín de fuego para el solitario.

¿Qué destino para las palabras?
Se recomienza siempre y se vuelve
a la palabra primitiva
                                la que ata
y nos seduce
                   viva
                         temblorosa
                                          cálida
como una mano en la espalda desnuda
o la tibieza de un cuerpo no besado.

 

AURORA REYES


 
 

Magnolia

 

Hoy, blanca y luminosa,
naciste Yololxóchitl:
magna flor de las flores.
La luna es tu diadema cuajada de diamantes.
Hoy, blanca y luminosa,
naciste, Yololxóchitl.