jueves, 30 de enero de 2014

ELVIO ROMERO



  
Aguafuerte



Sujeto a palos en cruz,
un hombre, quieto,
sobre dos palos en cruz,
con sogas entre los huesos.

Y abajo el viento.

Acaso atada mi tierra
como un tamborón de cuero
sobre dos palos en cruz.

Y enfrente el viento.

¡Toda la patria en el suelo
sobre dos palos en cruz!

¡Y encima el viento!

De “El sol bajo las raíces”


DELFINA ACOSTA




Hades



La primera señal: te salen lágrimas,
y escribes, sin querer, mejores versos.
Se apagan los faroles de la cuadra,
pero tus ojos brillan más atentos.
Y hay dos señales: si con él te cruzas
es como si te diste vuelta a verlo.
La cerrazón que cae sobre tu alma
te lleva a presumir que ya es invierno.
Si habré escuchado historias en mi vida:
Érase una que bajó al infierno
donde perdió a su amante. Y hubo un ánima
por siempre enamorada de un espectro.
Y hay más relatos. Y éste es muy contado:
Dirá que al bosque irá por un momento.
Te besará como quien va por más
cerillas. Nunca volverás a verlo.



NILA LÓPEZ





Nacer
sin ningún dato


I

La calavera.

El carnaval perenne y destemplado.
Esta boca putrefacta
deformándose sin muecas,
horadando su angustia.
La precaria armadura
que muerde, empuja, escupe
arañando sin dientes
mi pozo sin bozal y sin preguntas.
 



ELSA WIEZELL




El nudo


Es nudo
el ansia de soñar
con las palabras.
Un nudo manso
el que aprieta vocablos
en el aire
y recuesta en las arterias
el empinado instinto
con historias.

Es nudo
el corrosivo ojo que nos mira
al acostarse con la arcilla
y la palabra ansiosa
que se agarra
en el ardiente tallo de la brisa.

Es nudo beberse el infinito
en la orilla del viento
mientras el párpado
abdica en el hastío
y el verso vá escapado
en el cansancio.

Y es un inmenso nudo
este vivir ardiendo con palabras
sin poderlas decir
como uno siente
en el ardiente tallo de la brisa...



JOSEFINA PLÁ




No dejes de cantar el árbol

  
No dejes de cantar el árbol.
El árbol es una columna de canciones que envejece creciendo.
El árbol lleva en sí la verdad de la llama.
El inmóvil ampara la verdad frágil del vuelo
y fabricó bandera a la verdad invisible del viento.
Si quieres conocer la verdad de los sueños ahogados
pregunta a la raíz que crece envejeciendo.
La verdad de la tierra se hace miel en los frutos
en las ramas se hamaca la verdad de los nidos.
En el tronco más quieto devana carretel el horizonte
y prepara la verdad de los viajes.
(La verdad de la sombra nació abrazada a un árbol)
Y en la médula ciega que irradia sus anillos
apoyaron los lechos la verdad de la muerte.
En ella la verdad del postrer aposento
- las cuatro tablas últimas -
paciente para ti secreta va creciendo.
En su liber oscuro escala de los zumos
la terrible verdad del cadalso madura.
Pregunta al árbol solo sobre los campos asesinados a metralla
el último regusto de la sangre.
Pregúntale. Es el árbol la única
silenciosa verdad que crece envejeciendo.



MÓNICA LANERI




Incognita



¿Qué tan difícil
será jugar
a dos puntas
nadar en dos aguas
beber de dos fuentes?