viernes, 20 de diciembre de 2013

MARÍA MERCEDES CARRANZA




Elegía


Caminaba mirando el cielo
Y me fui de narices.
Ahora echo sangre por todas partes:
Las rodillas, el aire, los recuerdos;
Mi falda se desgarró
Y perdí los aretes, la razón.
¿No hay en el alma
Una manera otra

De vivir un desamor?

JOSÉ ASUNCION SILVA



Idilio



-Ella lo idolatró y Él la adoraba...
-Se casaron al fin?
-No, señor, Ella se casó con otro
-¿Y murió de sufrir?
-No, señor, de un aborto.
-¿Y Él, el pobre, puso a su vida fin?
-No, señor, se casó seis meses antes
del matrimonio de Ella, y es feliz.



LEÓN DE GREIFF




Rimas


Tímida, la palabra
de tus labios caía,
y en mi pálida frente
dolorosa y macabra,
toda melancolía
se regó, evanescente,
blanda, como un arrullo...

Oh tu voz adorable...
¡Voz única entre tantas!
(Bajo el influjo suyo
fue placer inefable
mi dolor...) -Hoy no encantas
este fúnebre yermo...

( No sé dónde se riega
-toda melancolía-
tu voz... ) -Y estoy enfermo
porque tu voz no llega
a bañar de alegría
mi sufrir... en mi vida
dolorosa y macabra,
tal vez hubieran sido
para curar la herida,
tu voz y tu palabra
que yo jamás olvido...!


JUAN MANUEL ROCA




Antioración



(Un reclamo por los poetas)
Ni aunque me dotaras con la lengua
Y el tacto del Rey Salomón,
Ni aunque me dictaras un bello Cantar
Que abreve en labios de alguna moabita,
Ni recibiendo en dádiva a la hija del Faraón,
Ni por un caballo negro
Que chapotee en la lluvia
Y piafe bajo un cielo de olivos,
Ni por la dignidad del viento
O de un gran señor en las viñas de Baal,
Ni a cambio de un próspero comercio
De toneles de vino y bosques de olor,
Lograré entender, Señor,
Que en la lengua de John Donne,
En la misma de tu hijo William Blake,
Se sigan ordenando las matanzas

NICOLÁS SUESCÚN




Las cosas que he ido escondiendo



Las cosas que he ido escondiendo
bajo las piedras,
entre los esqueletos,
en el polvo, en las sillas, en los papeles,
entre pecho y espalda,
surgen de pronto,
proyectando sombras espesas,
viscosas,
como moco de político pájaro. 

Abrí los ojos y me dijeron
que en país de ciegos hiciera como el ciego.
Después me enseñaron las palabras
y me aconsejaron que cerrara la boca
si no era para repetir lo repetido,
y que fuera manso para llegar al reino de los cielos.
Me dictaron todo lo que podía hacer, creer y recibir,
y yo gemía de noche, entre las sábanas,
porque no era tan santo como San Luis Gonzaga. 

Vuelven estas cosas que he ido apilando
a la vera del camino, para olvidarlas.
Vienen como con pies, hablan como con boca
los patios donde me calentaba a medias,
las piezas en tinieblas y la luz,
los pecados mortales y los veniales,
las sesiones finales,
los valses del teatro Hogar,
y todas esas fiestas infantiles
con aquellos regalos regalados. 

Vuelven como empujadas por el viento,
este helado silbido paramuno,
y me llevan de la mano
de paseo por la calle de siempre,
con la pordiosera, sus trapos y sus perros,
con el niño durmiendo en su caja de whisky
Johny Walker, que sigue tan campante,
con el sacristán masturbándose
ante la Virgen y su lindo niño en brazos,
con el hombre esperando la muerte en una esquina,
con el hombre esperando la vida en un camastro,
con todos los vivos y todos los difuntos,
¡y más frío que el que tendré en mi tumba!


MARIO RIVERO




Tango para "Irma la Dulce"



Aquí estuvo
sacudida por el manoseo de las habladurías y los despertadores
Aquí estuvo demasiado triste en el final
Las palmas bajo la nuca y el pelo desparramado agreste
/como barba de coco
mirándolo todo con simpleza y admiración
"cómo se ve que tú eres escritor" me dice
a mediavoz en la tiniebla de un cuarto con ginebra estéreo
y flores de plástico de todos los colores
Allí figuraban y no podían faltar claro está
Sosa Beny Moré Gardel
los clásicos del tango y del bolero
y los otros
los Mozart y los Beethoven de siempre
en fin todo eso que uno no ha aprendido a sentir
pero que sí parece
lo único verdaderamente pulcro
adecuado
para evadir la brutalidad de los sucesos
Yo estaba lejano triste tratando de animar
falazmente
la cansada sangre en las venas
y ella ancha casi tapando la cama
funcionando soberbiamente
con lo que se podría llamar su belleza
o sea "su verdad"
una cosa hecha de calor-poder-y-fuerza
un desbordamiento
como una yegua blanca con sus patas traseras
bien abiertas
que se vuelven plateadas y empiezan a brillar
en un cabrilleo de luces
inestable
una rendija de luz en la persiana
que sube por sus piernas e impone a su cuerpo
una lividez de avena
y todo todo perdiendo la certeza y la eternidad
como si la luz estuviera de veras inventando
una forma nueva
ya en la noche se había acabado
ella puso su mano en mi cara y dijo "soy una mujer
/cansada"
tan grata su mirada que me sentí ablandado
sin luchas
quise adelantarme empujar la persiana
admitir la franqueza del día
la circuntristeza
romper el espejismo el sortilegio engañoso
"por qué hablas así gatita esas son las cosas que dicen
las intelectuales neuróticas"
"lo sé pero créeme que hablo completamente en serio"
y luego como la cosa más natural del mundo
"sé que el error está en mí misma"
llama "error" a su vida
y me contó de su marido músico
mafioso
chupando la trompeta como si fuera marihuana
hasta la madrugada
"no, no es un programa estar sola todas las noches no creas"
y continuó hablando y vistiéndose un sostén modelo
/televisión y un liguero negro
y diciendo que "qué barbaridad" y que "qué tontería"
como respuesta a una pregunta conocida
a una inquisición cifrada
"sí creo que así es lo mejor"
agrega
"no hay complicaciones ni números de teléfonos, ni cartas
de amor ni nada"
"me gusta la vida libre el cambio"
le digo
"le tengo un horror sagrado a las posesiones
y ahora ya sabes mi nombre y donde vivo para que se empiecen
a amarrar los nudos
para que todo se empiece a terminar"
Y le invento una historia mediocre
profundamente provinciana
o de la literatura considerada como la coartada perfecta
ella no lloró ni se rió
miró melancólicamente
frente a sí como si hubiera un vacío
evidentemente no conocía ni a yago ni a Otelo ni a "Chéspier"
y ni siquiera a Maupassant
y esta ignorancia la conducía hacia la niñez
dulcemente
"El mundo es así" concluyo
como si ya me estuviese yendo lejos
de un modo gentil y frío
y termino con un instantáneo "la gente"...
es la vaga indecisa palabra
en la que le he decretado
de pronto su fin
Afuera en la tiembla-luz
las casas cerradas envueltas en un vapor esmerilado
un postigo
que se abre como un párpado y que luego se cierra
intenta tocar de nuevo
su ombligo oloroso sus teticas apretadas forradas
bajo un dique
de botones y flecos
tratando de inventar el gesto la actitud la palabra
que diluya en un aire amable casual
la tristeza largalargalarga de pozo ciego
el encantamiento muerto
Pero hay que irse no podemos esperar demasiado
se cubrió con los vidrios oscuros
alta lejana va yéndose
con su olor ruda-y-sal bajo las axilas del suéter
con su carne viva templada bajo la piel
con el amor...
"Llámame cuando quieras" me dijo a modo de despedida
sobre los árboles con hojas de pelusa plateada
comenzaba un cielo azul-bandera...