sábado, 7 de octubre de 2017


JUAN JOSÉ MACÍAS




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ah semejante 
ah dulce mía e incorruptible lúnula
ya reclama el reflujo
ya demanda distancia la cansada visión
ya se olvida esto que es
para mejor recordar lo que es ser

oh no te derroches más en crecer en mí
porque así disminuyes
dios bajará a tu egipto y enmendará los daños

la sombra de lo que juntos somos
y que ahora mismo
no sabríamos a cuál de los dos corresponde
ya sólo demora la luz de la lucerna

piensa lo no mirado y al pensarlo
míralo: fuéramos tú y yo no obstante
transparentes cristales

dos cristales sumados se restan claridad



De: “Deo volente”

MIGUEL FLORIANO




The nest of lovers

Y yo te veo porque yo te quiero.
Es el amor que no tiene sentido.
Claudio Rodríguez



Esta noche el tiempo nos observa sin moverse.
Es el amor, que no tiene sentido,
y no es más que materia de ambición y duelo.


ADOLFO BURRIEL




Para otro sueño azul



Azules,
como el silencio,
como el vuelo de algunas mariposas,
como el temblor del marinero,
como el final de la explanada,
beato azul Angélico,
como la noche azul,
azul de luz hallada,
lo mismo que los ojos
azules
a lo lejos.


De: "Furtivos días"



ANDRÉS TRAPIELLO




E. D



Mírame aún. Creció musgo en mis labios
y en los inviernos crudos me visita la nieve.
Siéntate, viajero, a mi lado.
Cuando la lluvia arranca plateadas
coronas de la piedra y silenciosa
en el ciprés muere la tarde, sólo
de ti me acuerdo. Pero tú estás lejos.
Pasa tu mano por mi nombre y quita
las hojas amarillas que lo cubren,
y los pétalos secos de esas flores
antiguas. Llámame después y dime
si el viento de esos campos lo ha borrado
o si tiembla en el aire todavía
como el romero verde.


De: "La vida fácil"


ARIEL MONTOYA




La carta



La carta que te escribo merece la palidez de tu rubor.
Entre líneas
hallarás la piel de mi voz.

Al borde de tus párpados encendidos
residirán por un momento
mis proposiciones.

Tus ojos,
gratos gatos roedores de mi mensaje,
encontrarán
en la multitud de letras
fallas geológicas amatorias
por donde se puedan filtrar
terrenales congojas,
a las que no deberás temer.

Pero lee esta carta
antes que amanezca,
no sea que el sol
borre los destellos de la tinta,
el flujo de mis sueños
absorbidos
en la celulosa fibra del papel.

No sea que sus amorosas frases
se desangren en la página.

Léela ahora,
viaja desde tu cama
o desde el sitio donde estés
a través de su literatura
pues en ella encontrarás
alfombras mágicas,
encantadores de serpientes,
pájaros
picoteando peras
y peces voladores
trasegando sirenas.

Léela.

Escudríñala.

Descifra el volumen
de sus dulces anotaciones.

Léela al revés y al derecho,
y cuando la termines
cierra los ojos
para que mis palpitaciones
descansen
en
paz.


De: “Perfil de la Hoguera”



VANESA PÉREZ-SAUQUILLO






Me hablaron de un lugar
donde la vida juega bajo un toldo
a no enseñar los dientes.
Creía que no existía.

Pensé que no había puentes
sin peaje
para llegar a nadie.

Que todas las ventanas
tienen hierros
o se cubren de párpados.

Que a la luna
o la miras a solas
o se transforma en queso.


Entonces me llamasteis.
Os miré,
salté
y supe
que en la otra orilla
del espejo
corre el viento.