Me
hablaron de un lugar
donde la vida juega bajo un toldo
a no enseñar los dientes.
Creía que no existía.
donde la vida juega bajo un toldo
a no enseñar los dientes.
Creía que no existía.
Pensé
que no había puentes
sin peaje
para llegar a nadie.
sin peaje
para llegar a nadie.
Que
todas las ventanas
tienen hierros
o se cubren de párpados.
tienen hierros
o se cubren de párpados.
Que a
la luna
o la miras a solas
o se transforma en queso.
o la miras a solas
o se transforma en queso.
Entonces
me llamasteis.
Os miré,
salté
y supe
que en la otra orilla
del espejo
corre el viento.
Os miré,
salté
y supe
que en la otra orilla
del espejo
corre el viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario