miércoles, 28 de octubre de 2020

MAURICE MAETERLINCK

 


 

Lo busqué treinta años, hermanas...




Lo busqué treinta años, hermanas,
     ¿Dónde se escondió?
Y marchó treinta años, hermanas,
     y siempre me huyó.

Yo marché treinta años, hermanas,
     Ya no tengo paz!
El estaba en todo, ¡oh hermanas!,
     Y ya no está más. ..

La hora es triste, muy triste, hermanas;
     Desnudáos los pies;
Ya la noche muere, ¡hermanas!
     Yo muero a mi vez...

 

Bien jóvenes sois, hermanas;
     Mi bastón tomad,
E id lejos, muy lejos, hermanas,
     Y siempre buscad...

 

Versión de Edmundo Bianchi

 

BOB DYLAN


 

 

Flotando en el viento



¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre
Antes de que le llaméis hombre?
¿Cuántos mares debe surcar la blanca paloma
Antes de dormir sobre la arena?
¿Cuántas veces deben volar las balas de cañón
Antes de ser prohibidas para siempre?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento,

¿Cuántas veces debe un hombre mirar hacia arriba
Para poder ver el cielo?
¿Cuántos oídos debe tener un hombre
Para poder oír a la gente llorar?
¿Cuántas muertes serán necesarias para que comprenda
Que ya ha habido demasiados muertos?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento,

¿Cuántos años puede permanecer una montaña
Antes de ser arrastrada al mar?
¿Cuántos años pueden algunas gentes vivir
Antes de conocer la libertad?
¿Cuántas veces puede un hombre volver la cabeza
fingiendo no ver nada?
La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento,
La respuesta está flotando en el viento.

 

 

Versión de Marcelo Covian



JOHANNA CARVAJAL

 


 

Afrodita

 

 


De tu sexo nace el amor

y del mismo amor nace la vida

surges de las olas y sus espumas

las conchas del mar

descifran en mi oído

la voz de las perlas

dándome un llamado

desde unos labios

qué anuncian en su beso

el deseo

y la llegada de los vientos

para enardecer el fuego

del cuerpo vivo

que en las noches no puede apagarse.

 

 

JOHN DONNE


 

 

La aparición



Cuando por tu despecho, ¡oh inmoladora!, esté muerto,
                 y libre te creas ya
de todos mis asedios,
vendrá entonces mi espectro hasta tu lecho
y a ti, vestal farsante, en peores brazos hallará. 
Parpadeará entonces tu enfermiza llama,
y aquel, tu entonces dueño, fatigado ya,
si te mueves, o intentas despertarlo con pellizcos, pensará
                 que pides más,
y en sueño simulado te rehuirá,
y entonces, álamo tembloroso, menospreciada, abandonada,
te bañarás en gélido sudor de azogue,
espectro más real que el mío propio.
Lo que diré no he de decirlo ahora,
no vaya eso a protegerte. Desvanecido ya mi amor,
antes quisiera verte con dolor arrepentida
que, por mis amenazas, inocente.


Versión de Purificación Ribes

 

LUIS ANTONIO DE VILLENA

  

 


Balada de un joven canallita




Anoche, dando vueltas como siempre,
camino de la alta madrugada
(bares y discotecas, calle estrecha,
negros que venden hasta el alma blanca)
pensé que al encontrarte era mi suerte
recorriendo el burdel que nos ampara.
Y te miré la cara dulcemente
pensando que mi hora en ti empezaba.
Aunque sé que te echan del trabajo
pues te aburre la vida rutinaria,
y haces de camello cuando puedes
recorriendo el burdel que nos ampara.
En Marruecos saliste de un mal paso
y usaron y abusaste de la tranca.
Modelo, chulo, amante para cenas,
sabes el lujo de la gente cara
y camas cutres, feas y con chinches
recorriendo el burdel que nos ampara.
¡Que estupenda la noche los dos juntos!
Riendo, colocados, mente alzada...
Ojalá que el ritmo nos llevase unidos
tahúres del vivir y camaradas.
Pero la luz del alba rompe sueños
recorriendo el burdel que nos ampara.
Y aunque eres santo como el pan bendito
tu futuro es el orden o la nada.
Mal papel al zángano le espera:
no hay porvenir que a tu lucero valga.
Nos mira ya acechante una galerna
recorriendo el burdel que nos ampara.
Tampoco es convincente mi futuro:
Viejo verde en tugurios del mañana
o figurón de eventos literarios
ajeno a la Academia y a sus maulas.
Aunque bien puede el viento darme un viaje
recorriendo el burdel que nos ampara.
Juntos somos dos pájaros muy raros,
solo el presente nos pone su medalla.
Amigo de la noche, adiós, hermano.
Ya ves que casi todo nos separa.
Pero golfos y ninchis seguiremos
recorriendo el burdel que nos ampara.

 

VLADIMIR MAÏACOVSKI

 


 

A mí, al autor, dedico estos versos




Cuatro,
pesadas como un golpe.
Al César lo que es del César,
y a Dios lo que es de Dios,
y al que es como yo,
¿dónde se mete?
¿Dónde estará listo ese ataúd?
Si yo fuera pequeño,
como el océano grande,
parado de puntas,
en las crestas de las olas,
en flujo nocturno,
acariciaría la luna,
¿Dónde hallar una amada
que a mi se parezca?
Esa no cabe en este cielo pequeño.
¡Oh, si yo fuera mísero,
como un millonario!
¿Qué es para el alma el dinero?
¡Un ladrón insaciable!
A mis deseos de horda desenfrenada,
no alcanza el oro de todas las Californias.
Si yo fuera tartamudo,
como Dante o Petrarca,
le encendería sólo a ella el alma,
y ordenaría que con mis versos se consuma,
y mi palabra,
y mi amor,
como un arco de triunfo,
suntuoso,
dejaría pasar,
las amantes de todos los siglos.
¡Oh, si yo fuera como el trueno callado,
galopando,
haría estremecer la tierra envejecida!
         ¡Sí!

Con todo el poder de mi voz,
arrancaré un grito enorme,
y los cometas romperán sus colas encendidas,
cayendo de tristeza.
Yo mordería la noche,
con los rayos de mis ojos,
¡Oh, si yo fuera,
opaco como el sol,
mucha falta me hace su resplandor,
no daría mi brillo a esta tierra absurda,
y pasaría arrastrando mi amor astro!
¿En qué noche,
delirante y terrible,
me han parido?
¿Qué Goliath me ha engendrado,
tan grande,
y tan desdeñado?

 

 

Version de Lila Guerrero