viernes, 15 de mayo de 2020


ZINAIDA GIPPIUS





En el ruido verde de las hojas primaverales…



En el ruido verde de las hojas primaverales
o en el susurro verde de la ola,
espero siempre las flores extranjeras
de la primavera que aún no nace.
El Enemigo, cercano en la hora desesperada,
susurra: es mejor morir…
Alma, aléjate de las tentaciones,
sabe desear, sabe tener.
Lloro como una niña por las noches
y me cansa este corazón débil,
pero no pierdo el buen camino
de mi inocencia.
Que la subida sea abrupta, blancos los escalones.
Quiero llegar, quiero conocer,
y abrazando Sus rodillas,
morir allí y resucitar.



NATÁLIA CORREIA





Nos dan un lirio y una navaja…

  

Nos dan un lirio y una navaja
Y un alma para ir a la escuela
Y un letrero que promete
Raíces, tallos y corola.
Nos dan un mapa imaginario
Que tiene la forma de una ciudad
Y un reloj y un calendario
En los que no consta nuestra edad.
Nos dan el honor de maniquí
Para dar cuerda a nuestra ausencia.
Nos dan el premio de ser así
Sin pecado y sin inocencia.
Nos dan un barco y un sombrero
Para hacernos un retrato.
Nos dan entradas para el cielo
En escena en un teatro.
Nos peinan los cráneos yermos
Con las pelucas de los abuelos
Para que jamás nos parezcamos
A nosotros cuando estamos solos.
Nos dan un pastel que es la historia
De nuestra historia sin enredo
Y no nos suena en la memoria
Otra palabra para el miedo.
Tenemos fantasmas tan educados
Que nos dormimos en su hombro
Sueños vacíos, despoblados
De personajes del asombro.
Nos dan la tapa del evangelio
Y un paquete de tabaco.
Nos dan un peine y un espejo
Para peinar a un macaco.
Nos dan un clavel en la cabeza
Y una rosa en la cintura
Para que el cuerpo no parezca
La forma del alma que lo busca.
Nos dan un ataúd hecho de hierro
Con embutidos de diamante
Para organizar ya el entierro
De nuestro cuerpo más adelante.
Nos dan un nombre y un periódico
Un avión y un violín.
Pero no nos dan el animal
Que clava los cuernos en el destino.
Nos dan marineros de cartón
Con sello en el pasaporte.
Por eso nuestra dimensión
No es la vida. Ni es la muerte.



VICTORIA COLONNA





Solo escribo para aliviar el daño



Solo escribo para aliviar el daño
que suele al pecho enviar la luz del mundo
y no para alumbrar a mi sol bello
al claro espíritu y al honrado despojo.
Justa razón a lamentar me lleva,
a doler que su gloria yo decrezca;
con otra pluma y palabras más sabias
hay que a la muerte arrebatar su nombre.
La pura fe, el ardor, la intensa pena
todos a mí me excusen, que el gran llanto
es tal, que tiempo ni razón lo frenan.
Amargo lagrimar, no dulce canto,
foscos suspiros que no voz serena
no de estilo mas de dolor presumo.

1538


SAMUEL BECKETT





Bebe solo



Bebe solo
come quema fornica revienta solo como antes
los ausentes ya muertos los presentes apestan
saca tus ojos vuélvelos sobre las cañas
discuten quizás ellos y los ays
no importa existe el viento
y el estado de vela

EMILIO BALLAGAS





Cielo en rehenes



Te miro sin dejar de contemplarte
Copo de sol, espuma conjurada
Y abro mi corazón de parte a parte
Para ofrecerte jubilosa entrada.
Comprendo que del caos fuera arrancada
La esbelta luz; ignoro por qué arte
Puedo en un solo pétalo labrarte
Con dedos leves el primor de un hada.
De nuevo el manantial de la belleza
Echa a correr con sosegado porte
Contando perla a perla su pureza.
Cielo en rehenes, majestad sin corte;
Donde en alto fulgure tu cabeza
Allí está el girasol, allí su norte.


1951

AL-KHANSA





Mis hijos se llevan mi dolor, lo levantan con cuidado….



Mis hijos se llevan mi dolor, lo levantan con cuidado.
Han caído hoy por la causa del Islam.
¿Quién dice que están muertos?
Están muy vivos
y vivos con honor.
Me siento orgullosa de ser la madre de los mártires.