lunes, 8 de julio de 2019


GALVARINO PLAZA





Primeras referencias (vii)



Oh larga y finita línea de mis dioses / memoriales rostros /
lapidados consejos: d e f i n i t i v a Mente / Silencios.

                                                                                                      sume
                                                                                                      duele
Un ámbito de greda / eterna noche / les con          centra
                                                                                                       y
                                                                                                      forma

El misterio es vuestro término último / Suprema zona o ves-
                                tigio {: huella
                                                                 reliquia)
Tampoco en el misterio
tocarán fondo.  




RODOLFO SERRANO





La barca de caronte



Tenemos que quedar alguna tarde.
Hablar de aquellos años, cuando éramos
lo mejor de cualquier generación
que hubiera habido nunca en estas tierras.

Yo sigo igual. Lo mismo. Aunque los hijos
no me dejen vivir con esa vida
de noches locas. Yo no sé qué quieren.
Lo nuestro era otra cosa muy distinta.

Nosotros estábamos luchando
contra la dictadura, contra Franco.
Ya te digo, teníamos conciencia.
Libertad, obreros y estudiantes.

Tenemos que quedar algún día de estos.
Tomar algunas copas. Hablar de  todo aquello.
Y la mujer, ya sabes, cada día
le gusta menos que llegue tarde a casa.

Yo ya no escribo apenas. Algún verso perdido.
Me dieron algún premio
de esos que te publican
200 ejemplares. A ver si te doy uno.

García, sí. Ése se vendió pronto.
Publica asiduamente. Y escribe en el Babelia.
Un gilipollas. Apenas ya le veo.
Los maricones ahora lo tienen de película.

Te llamo. Te lo juro. Dale un beso
a Concha. ¿No sigues con ella?
Ya me dirás qué tal
la nueva. Supongo que más joven.

Pillin. La vida, qué vas a decirme.
Quedamos cualquier tarde.
Y nada, que me alegro.
Qué tiempos, eh, qué tiempos. Yo te llamo.


MARÍA ELOY-GARCÍA





El hombre medio raya en medio



se plantea el hombre medio raya en medio
la aceleración constante de su esposa
tras haberla arrojado desde el quinto
se plantea ella -también media y nadie media-
o el suelo sistemático o el hacha
la muerte acelera más de nueve metros por segundo
descoyunta el fémur
la planta de la calle diseñada
a abiertos espacios de arboleda
el miedo desciende cambia a cero
el hombre medio de la raya en medio
rellena el marco de la ventana
se acomoda a la vista de los edificios
y quién sabe si ya está pensando en el radio
de alguna plácida circunferencia


MARIO MELÉNDEZ





En una micro se fue mi amor



En una micro se fue mi amor               
por esos campos que nadie olvida           
por esos campos y sin maletas             
llena de dudas se fue mi amor             
                                           
Yo la dejé por esos campos                 
en una tarde que nadie olvida             
tan distraída como una piedra             
entre fantasmas se fue mi amor             
                                           
Y yo no sé si estaba en lo cierto         
cuando le dije que la quería               
cuando le dije “Vive tu vida”             
y la dejé partir                           
                                           
Yo sólo sé que ahora la extraño           
yo sólo sé que ahora la espero             
mientras mi sombra sangra y la busca       
por esos campos ciegos de amor           


MARIO MORALES








Las voces, las altas voces
las que tocan el sueño
como un abrazo de islas a la deriva.
Las que maduran en el manantial exacto:
en ese fuego sin palabras.

Las bellas, las furtivas,
las que hablan del pan y de la muerte
con gestos de hambre y de luz.
Las que han nacido para perderse, para no dejar más señales
que un ala en el vacío.

Y aún más: para que haya respuesta,
para que el pulso se encienda
en el último frío:
para desbordar los cielos y la tierra y algo
semejante a nacer de la contemplación y el color sin tregua
de las caricias prohibidas.

Sí, el hombre es todo eso.
Todo lo que ha sido tocado por el desierto y una flor.



MARIO MONTALBETTI





Magnficant


Después del trabajo remunerado, inmune,
casi nupcial, y de cuidar al hijo
que no caiga, y de hacer nocturno el amor,

apago los megavatios
y bebo alcohol hasta las puntas
(alcohol munerado, mune, casi nupcial)

y luego veo entre las costillas de las persianas

el alba naranja como una papaya madura
que cae del cielo
y se hace añicos sobre el pavimento.