miércoles, 3 de noviembre de 2021


 

RIYAD AL-SALEH AL-HUSSEIN

 

 

Habitación

 

 

Te hice una taza de café,
taza de café caliente.
El café se enfrió
y no viniste.
Puse una rosa en un vaso de agua,
rosa muy roja.
La rosa se marchitó
y no viniste.
Todos los días abro la ventana,
veo que las hojas están cayendo
y la lluvia está cayendo
y los pájaros están gimiendo
y no te veo.
Yo solía
hacer café todas las mañanas para dos,
poner una rosa roja en un vaso de agua
para abrir las ventanas al sol, el viento, y la lluvia.
Yo solía
esperar la revolución.

 

SAM PINK

 

  

Me va genial

  

Toneladas de vidrios rotos
cayendo en cámara lenta
en silencio.
¿Y vos?

  

Versión de Mat Guillan

 

FEDERICO DÍAZ-GRANADOS

 

 

 

Noticia del hambre

 


Me habita el hambre. Y todos me lo dicen.

No es el miedo ni la duda

apenas un ritmo intacto que no toca con su sal la orilla.

Es el hambre, quizá un leve testamento

o esta insistencia en destruir la casa

y renovar la piedra en sueño.

 

Es poco lo que recuerdo de mi a esta hora, el disperso,

el que a la intemperie es un poco de hierba,

una palabra sin traje con olor a otras tierras

y que mira con cara de extranjero todas las prestadas alegrías.

 

Llega el hambre con su mismo azar y su idéntico augurio.

La lluvia está debajo de la carne

y pocas cosas recuerdan al viejo amor

que ya no cuenta.

 

Es el hambre. Y todos me lo dicen.

No es el leve testamento ni la tristeza de las noches.

No es la poesía

ni la música que traduce el tiempo.

 

Un poco de hambre

y el cansancio de llenar la estantería de ausencias.

 

 

De: “Álbum de los adioses”

 

 

PERE GIMFERRER

 

 

La muerte de Beverly Hills



V


En las cabinas telefónicas
hay misteriosas inscripciones dibujadas con lápiz de labios.
Son las últimas palabras de las dulces muchachas rubias
que con el escote ensangrentado se refugian allí para morir.
Última noche bajo el pálido neón, último día bajo el sol alucinante,
calles recién regadas con magnolias, faros amarillentos de
los coches patrulla en el amanecer.
Te esperaré a la una y media, cuando salgas del cine -y a
esta hora está muerta en el Depósito aquélla cuyo
cuerpo era un ramo de orquídeas.
Herida en los tiroteos nocturnos, acorralada en las esquinas
por los reflectores, abofeteada en los night-clubs,
mi verdadero y dulce amor llora en mis brazos.
Una última claridad, la más delgada y nítida,
parece deslizarse de los locales cerrados:
esta luz que detiene a los transeúntes
y les habla suavemente de su infancia.
Músicas de otro tiempo, canción al compás de cuyas viejas
      notas conocimos una noche a Ava Gardner,
muchacha envuelta en un impermeable claro que besamos
      una vez en el ascensor, a oscuras entre dos pisos, y
      tenía los ojos muy azules, y hablaba siempre en voz
      muy baja- se llamaba Nelly.
Cierra los ojos y escucha el canto de las sirenas en la noche
      plateada de anuncios luminosos.
La noche tiene cálidas avenidas azules.
Sombras abrazan sombras en piscinas y bares.
En el oscuro cielo combatían los astros
cuando murió de amor,
                                  y era como si oliera muy despacio un perfume.


De "La muerte en Beverly Hills"

 

 

RAQUEL VÁZQUEZ

 

  

Intérprete de silencios


El mundo habla de ti aunque aún no lo sepas.
Aunque aún todos estemos aprendiendo
a conjugar los pájaros,
a deletrear una luz temblorosa
pero que al fin se decide a mirar,
se decide a decir y da las gracias.

El mundo habla de ti,
tal vez aún en silencio pero acaso
sólo con discreción se forje lo imborrable.
Y eso está sucediendo.
No te esperan cristales, no habrá ningún cuchillo,
el único metal es convertir
la incerteza en espera,
imitar al funámbulo en desdeñar la calma.
Hay sólo una verdad amable allá en el fondo:
apenas necesita
tiempo para llegar y despojarse
de su capa de máscaras, equívocos y nieblas.

El mundo habla de ti
aunque no sepa decirte; tampoco
aciertan estas líneas:
sólo un trino extraviado entre la lluvia
que no evocará el mar.
Pero que al menos siempre intentará cantarlo.
No habrá nunca un cielo tan inmenso
como el abrazo que no puedo darte.

 

De: “Lenguaje ensamblador”

 

 

MARTA LÓPEZ VILAR

 

 

 

Mar y noche 

 


Ese rumor de redes blancas

apresando la calma cada noche,

la alegría del agua se hace luz

y llega al cuerpo con tu voz

y tus palabras es el amor, gemelo de estas olas.

 

Reconóceme, soy estas aguas que buscaron su patria

y tu ternura para entender la sed y el deseo.

  

De: “La palabra esperada”