lunes, 10 de mayo de 2021


 

ROLANDO COSTA

 



Lobos

 

 

La noche es propicia; escucho los astros. La siento. Cóncava, azul, profunda; adentrémonos, perdámonos… La noche es propicia: aullaré. Y te encuentres donde te encuentres: escucharás, mi loba.

 

Luminosa pelambre: luz es silencio.



DORA GUERRA

 

 

Roma

 

 

¿Cómo diré tu proporción inmensa?
Con mayúsculas escribiré tu nombre
y me sentaré, mínima, a soñar tus glorias infinitas.

 

Todos los caminos de la tierra a ti conducen,
y tu majestad indiscutible sigue gobernando.

 

Si tus miembros mayores se te han muerto,
si casi el corazón…
Yo sé tu sangre caliente todavía
corriendo por las venas más anchas de este mundo.
Yo sé tu voz despierta,
tu oído vigilante,
y nada pueden contra ti, nada podemos
porque tu planta está apoyada desde mucho
en tierra firme.

 

Porque un solo dedo tuyo alzado, basta.
Porque tu labio, aun en silencio, también basta.

 

Diré tu signo más pequeño
o el agua que reblandece tus heridas,
o tal vez pueda decir un poco
la solemne rosa de tus vientos.

 

Estratos milenarios de ciudades,
geología de templos,
huesos gigantes de mamut corintio,
muela careada colosal.

 

Oh roca con ventanas,
ciprés edificado,
y tu cúpula inmensa como un iris con la pupila abierta:
ojo potente para ver a Dios.
Misterioso silencio el de tus plazas por la noche,
minúsculo es el hombre que las cruza
y terribles los monstruos de piedra que las pueblan.

 

El agua de tus fuentes.
Hablemos de ella:
en todos los rincones de la historia
está su canto eterno.
Beber su cuerpo puro es beber agua viva,
bendita entre las aguas.

 

Y el valle de tu nombre
donde pastan corderos casi bíblicos.
Olivos y viñedos, horizontes, cipreses,
bajo tu luz dorada incomparable.

 

¿Cómo decirte a ti,
que eres la ciudad grande, la magnífica
la de todos los tiempos?
¿Y también la dulce ciudad de los atardeceres
y las lunas perfectas?

 

¿Cómo decirte a ti,
sino tu nombre?
Sólo él puede estar hecho a tu medida,
y por eso, me sentaré mínima a tus puertas
y con mayúsculas escribiré tu nombre eterno.

 

LILIAN SERPAS

 

 


2

 


Lluvia: leve rosario
en los dedos traslúcidos
del Ángel olvidado.

 

De: “Microgramas de niebla”

 

MATILDE ELENA LÓPEZ

 

 

 

Disyuntiva



Desde el vértice de esta disyuntiva
donde voces enormes me convocan,
oigo un clamor lejano y agitado
que angustioso atraviesa mi frontera.
Si no sigo tus pasos, Pasionaria,
si no sigo el tormento de tu lucha,
si no me doy al pueblo hasta la muerte,
que tu voz me maldiga y me condene.
Que sobre mis pupilas caiga hirviente
el aceite que ciega y que lacera,
que las hoces que inclinan tu esperanza
vendimien mis arterias execrables.
Pero yo te conjuro, Pasionaria,
a que alientes la fe de mi entereza,
que en tu fragua se eduquen mis crisoles
y que tus astros guíen mi amargura.
Por mi amor y tu medio siglo a cuestas
dame un destello de tu roja aurora.

 

 

ELISA HUEZO PAREDES

 

 


 

Designio

Para Alfonso

 

 

Adherida a tu ser, a ti adherida
como tu misma piel, como tu acento,
apagada por ti, por ti encendida,
arteria, entraña, fibra, ligamento.

 

Quién sabe por qué arcano filamento,
por qué ignoto designio fui fundida
a tu esencia vital en tal medida
que estoy en ti como tu propio aliento.

 

En mi se cumple el bíblico suceso
de manera total pues soy arcilla
que salió de tu carne y de tu hueso…

 

Mi nombre lo proclama: soy tu arcilla
Y navego en tu sangre como un beso
Sin tiempo, sin distancia y sin orilla.

 

 

FRANCISCO RUIZ UDIEL

 

 


 

Alguien muerde en mi voz

 

 

 

Cuando la vi abandonada
en las cañerías, mirando de un lado a otro
con demencia de búhos,
con tetillas escurridizas de traiciones
y con piernas enterradas en el fango,
supe entonces que buscaba
ensayar su hambre en mí,
alimentarse de cualquier
trozo viviente que no estuviera
infestado de rabia.

 

Puso en los míos sus ojos,
intentó ladrar,
no pudo,
entonces mi boca se quedó asestada,
ahogando el denso aire que respiran los ciegos
en el vacío.