domingo, 27 de diciembre de 2020

RÉMY DE GOURMONT

 


 

María

 


Dulzura y amargura de los besos

en las barcas del Nilo;

María de Egipto, túnica del sol

y velo azul que rozan los dedos de la noche,

los dedos de la brisa y el deseo,

viajera pobre, errando de un amor a otro amor

en la noche del Nilo enardecida

como una boca joven cuando besa;

María finalmente arrojada por el huracán

en la isla penitente,

María con los labios quemados

por el azufre del Jordán,

María por las arenas, María bajo las palmas,

María entre los leones;

María alimentada siete años

con un pan milagroso,

Santa María, quema nuestros corazones

en el fuego divino.

 

Traducción de Eduardo Carranza

 

SAMUEL BECKETT



 


Cascando¹



1


por qué no simplemente no esperar
a ser ocasión de
un vertedero de palabras

¿no es mejor abortar que ser estéril?

después de tu partida las horas son tan tristes
siempre empiezan a rastras demasiado pronto
los garfios desgarrando con ceguedad el lecho de miseria
rescatando los huesos los amores antiguos
cuencas una vez llenas con ojos como tuyos
¿es mejor siempre demasiado pronto que jamás?
negra necesidad salpicando los rostros
diciendo una vez más nunca flotó lo amado nueve días²
ni nueve meses
ni nueve vidas

 

2


diciendo una vez más
si no me enseñas tú no aprenderé
diciendo una vez más existe un último
atardecer de últimas veces
últimas veces de mendigar
últimas veces de amar
de saber no saber simular
un último atardecer de últimas veces de decir
sino me amas nunca seré amado
si no te amo ya no amaré nunca

un batir de palabras gastadas una vez más en el corazón
amor amor amor golpe de un émbolo antiquísimo
moliendo el suero inalterable
de las palabras

una vez más aterrado
de no amar
de amar pero no a ti
de ser amado y no por ti
de saber no saber simular
simular

yo y todos los otros que te amen
si te aman


3


a menos que te amen

Versión de Jenaro Talens

NOTAS:
Publicada por primera vez en Dublin, Magazine, vol. XI (octubre- diciembre de 1936). El verso 4, que abría el poema en esa ocasión, decía así: is it better to abort than be barren? La inclusión de la partícula de negación (not) y los tres versos anteriores que aquí se incluyen son de una versión posterior.

1.- cascando: -da idea de caída. Este título lo volvió a utilizar Beckett 27 años después para una obra radiofónica, escrita en francés y estrenada el 13 de octubre de 1963 bajo la dirección de Roger Blin.

2.- nueve días: -alusión a la creencia popular de que el ahogado volvía a la superficie al cabo de nueve días.

 



KARLA GÓMEZ

 

 


 

 

ESTÁ BIEN, creo que nací.
Quien me vio no está conmigo,
se quedó hace algunos pasos.
Andaba un poco bajo de la vida
y sin nada que decirme.
No hay palabra en los ojos
perdidos del pasado.
Entre tanta gente que se queda.
En esquinas de donde no se vuelve.

 

Y ahora, como si yo fuera el padre
que retrocede y, sin voltear la cabeza,
se consigue otra vida.
Como una pestaña suelta
el reloj tirita este lento despertar.

 

Ha pasado un largo tiempo en que he olvidado el contenido de las gavetas
y la dimensión de la casa.
Yo no sé si tú tengas una gaveta o una casa o un secreto.

 

Bajo un árbol tuve este sueño:
Repasando las sombras de cada noche
lo vi y lo primero
que pensé fue en mi padre,
así me lo imaginé de tanto que no me hablaban de él,
de tanto que su fotografía quedó en pedazos
entre las bocas que le oscurecen.
Y costuré pedazos que yo encontraba
cerca del teléfono y de la casa donde nadie contestaba.
Y mientras mis ojos también se cerraban por dentro del sueño,
él se fue.

 

 

FERNADO CHARRY LARA

 

  

 

A la poesía



Al soñar tu imagen, 
bajo la luna sombría, el adolescente 
de entonces hallaba 
el desierto y la sed de su pecho. 
Remoto fuego de resplandor helado, 
llama donde palidece la agonía, 
entre glaciales nubes enemigas 
te imaginaba y era 
como se sueña a la muerte mientras se vive. 
Todo siendo, sin embargo, tan íntimo. 
Apenas una habitación, 
apenas el roce de un ala o un amor que atravesase noches, 
con pausado vuelo lánguido, 
con solamente el ruido, el resbalar 
de la lluvia sobre dormidos hombros adorados. 

Sí, dime de dónde llegabas, sueño o fantasma, 
hasta mi propia sombra, dulce, tenaz, al lado. 
Así asomas ahora, 
silenciosa, 
tal entre los recuerdos 
el cuerpo amado avanza 
y al despertar, a la orilla del lecho, 
entre olvido y años, 
al entreabrir los ojos a su deslumbramiento, 
hoy es sólo 
la gracia melancólica que huye, 
invisible hermosura de otro tiempo. 

No existe sino un día, un solo día, 
existe un único día inextinguible, 
lento taladro sin fin royendo sombras: 
¡No soy aquel ni el otro, 
y ayer ni ahora soy como soñaba! 

Qué turbadora memoria recobrarte, 
adorar de nuevo tu voracidad, 
repasar la mano por tu cabellera en desorden, 
brazo que ciñe una cintura en la oscuridad silenciosa. 
Ser otra vez tú misma, 
salobre respuesta casi sin palabras, 
surgida de la noche 
con tristes sonidos, rocas, lamentos arrancados del mar. 

Tú sola, lunar y solar astro fugitivo, 
contemplas perder al hombre su batalla 
mas tú sola, secreta amante, 
puedes compensarle su derrota con tu delirio. 
Míralo por la tierra vagar a través de su tiniebla: 
crúzalo con la espada de tu relámpago, 
condúcelo a tu estación nocturna, 
enajénalo con tu amor y tu desdén. 
Y luego, en tu desnudez eterna, 
abandóname tu cuerpo 
y haz que sienta tibio tu labio cerca de mi beso, 
para que otra vez, despierto entre los hombres, 
te recuerde. 


De: "Los adioses"  



INGEBORG BACHMANN

 

 

 

 

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Pero adónde vamos 
no te preocupes no te preocupes 
cuando oscurece y cuando viene el frío 
no te preocupes 
pero 
con música 
qué debemos hacer 
alegre y con música 
y pensar 
alegre 
cara a un final 
con música 
y adónde llevamos 
mejor 
nuestras preguntas y el escalofrío de todos los años 
a la lavandería de sueños no te preocupes no te preocupes 
pero qué ocurre 
mejor 
cuando sobreviene 

un silencio de muerte.

 

 

De: "Invocación a la Osa Mayor"
Versión de Cecilia Dreymüller y Concha García

 

WALLACE STEVENS

 

 


 

Peter Quince ante el teclado

 



Así como mis dedos producen música
Sobre el teclado,
Así con idénticos sonidos
En mi espíritu componen también música.

Es sensación y no sonido la música.
Al menos así la percibo
Aquí en el cuarto cuando te deseo,

Y pienso que la seda de tornasombra azul:
Es música. Y es como un acorde
Con el que despierta Susana a los ancianos.

En la tarde verde, límpida y tibia
Ella se baña en su jardín tranquilo,
Mientras los ancianos de ojos enrojecidos

Sienten que laten los violoncelos de su ser
En embriagados acordes,
Y su delgada sangre
Pulsa el pizzicati de Hosana.


II

En el agua verde, clara y tibia
Yace Susana.
Ella buscó la caricia de los manantiales
Y encontró
Ocultas fantasías.
Y suspiró
Por tanta melodía.

Más arriba de la ribera
Permaneció de pie
En el frío
De gastadas devociones.

Caminó sobre la hierba,
Aún trémula.
Los vientos eran sus doncellas
De pies tímidos,
Que buscaban sus bufandas tejidas
Aún ondulantes.

Un vagido sobre su mano
Amortiguó la noche—
Un címbalo irrumpió
Y rugieron cornos.


III

Pronto con ruido de panderos
Se acercaron a ella solícitos Bizantinos.

Se preguntaron por qué lloraba Susana
Con los ancianos a su lado;

Y mientras murmuraban, el estribillo
Era como un sauce barrido por la lluvia.

Pronto cuando se avivó la llama de sus lámparas,
Ésta alumbró a Susana y su vergüenza.

Y después huyeron los Bizantinos
De simplona sonrisa, con ruido de panderos.


IV

En el pensamiento la belleza es momentánea–
Es incierta la copia de un portal;
Pero es inmortal en la carne.

El cuerpo muere; pero la belleza del cuerpo permanece.
Así la tarde se desvanece, con su fugaz verdor, como
Una ola, flotando interminable.
Así mueren los jardines, sus apacibles alientos perfuman

El manto del invierno, exhausto arrepentimiento.
Así las doncellas mueren, con la madrigal celebración
Del coral de una doncella.

La música de Susana tocó las obscenas cuerdas
De aquellos ancianos; pero al escapar,
Dejó sólo el rasguño irónico de la Muerte.
Ahora la música es su inmortalidad, toca
En el claro violín de su memoria,
Y hace un constante sacramento de la alabanza.