miércoles, 18 de julio de 2018


YVES BONNEFOY





El adiós



Regresamos a nuestro origen.
Este fue el lugar de la prueba, pero desgarrado.
Las ventanas mezclaban demasiadas luces,
Las escaleras ascendían a demasiadas estrellas
Que son arcos que se derrumban, escombros,
El fuego parecía arder en otro mundo.

Ahora los pájaros vuelan de cuarto en cuarto,
Las persianas han caído, el lecho está cubierto de piedras,
El hogar lleno de escombros caídos del cielo que quiere apagarse.
Allá hablábamos, por la noche, casi en un susurro
Debido a los rumores de las bóvedas, sin embargo, allá
Edificamos nuestros planes: pero un barco,
Cargado con piedras rojas, se alejaba
Irresistiblemente de una costa, y el olvido
Posaba ya sus cenizas sobre los sueños
Que recomenzábamos sin fin, poblando de imágenes
El fuego que ardió hasta el último día.

¿Es cierto, amigo mío,
Que no existe salvo una palabra para designar
En la lengua que llamamos poesía
Al sol de la mañana y a aquel de la noche,

Uno sólo el grito alegre y el grito de angustia,
Uno sólo el desierto venidero y los golpes de las hachas,
Uno sólo el lecho sin hacer y el cielo tormentoso,
Uno sólo el niño que nace y el dios muerto?

Sí, así lo creo, lo quiero creer, pero ¿cuáles son
Estas sombras que empañan el espejo?
Y he aquí, la zarza tarda entre piedras
Sobre el camino de hierba aún no tupida
Donde estaban nuestros pasos hacia los árboles jóvenes.
Me parece hoy, aquí, que la palabra
Es este cuenco medio roto, donde se extiende
A cada amanecer lluvioso el agua innecesaria.
La hierba y en la hierba el agua que brilla, como un río.
Todo es siempre un bucle del mundo.
El Paraíso está disperso, lo sé,
La tarea terrestre es reencontrarlo.

Las flores esparcidas entre la simple hierba,
Pero el ángel ha desaparecido, una luz
Que no fue más repentina que la puesta del sol.
Y como
Adán y
Eva caminaremos
Una última vez en el jardín.
Como
Adán el primer arrepentimiento, como
Eva la primera
Valentía nosotros desearemos y no desearemos.

Cruzar la puerta que se entreabre
Allá abajo, en el otro extremo de los cordones, coloridos
Como el augurio de un último rayo.
El futuro recuperado en el origen
Como el cielo enfrentado a un espejo curvo,
¿Podremos recoger esta luz
Que fue el milagro de aquí
La semilla en nuestras manos oscuras, para otros estanques
En el secreto de otros campos “prohibidos por la piedra “?

Sin duda, el lugar para vencer, para vencernos, es aquí
Del cual partimos, esta noche.
Aquí sin fin
Como esta agua que se escapa del cuenco.



JULIETA MORENO





Sobre las aves nacidas en cautiverio



Nos construyeron jaulas
en placas de lata escribieron nuestros nombres 
con almuerzos junaeb nos etiquetaron a todos
cada uno era un código de barra siguiendo una secuencia binaria

nos ordenaron por sexo, por número, por edad
nadie nos preguntó si pensábamos volar o si nos gustaba la lluvia
o cuánto detestábamos los llantos de nuestros hermanos menores

apenas roto el vientre por el parto
me situé detrás de sus rodillas
una trampa de carne y pecas de forma convexa

había que permanecer callado
llegábamos a distintos espacios pero el escenario se repetía
las alas rotas
el rostro muerto
la caja vacía de mi pecho
cada día una herida me fragmentaba más

nos subimos al auto sin retorno para mirar
cómo se encendían las calles a nuestro paso
mientras nos baleábamos en la villa

quemamos la niñez y la juventud al mismo tiempo en que conocimos el sexo
escondimos nuestras culpas entre las piernas
cortamos los hilos con cuchillas
repetimos la escena:
a algunos les dimos apellido
a algunos los quisimos más a que otros

por ese intento de permanecer
nos llenamos de gestos triviales simulando afecto:
estábamos rotos y las jaulas también  

quemamos el volantín de dragon ball un día en el parque de los reyes
para hacer desaparecer la infancia
y que las pérdidas se fueran volando
como los pájaros
para siempre.


ANA ROSETTI





Cuando mi hermana y yo, solteras, queríamos ser virtuosas y santas



Y cuando al jardín, contigo, descendíamos,
evitábamos en lo posible los manzanos.
Incluso ante el olor del heliotropo enrojecíamos;
sabido es que esa flor amor eterno explica.
Tu frente entonces no era menos encendida
que tu encendida beca*, sobre ella reclinada,
con el rojo reflejo competía.
Y extasiadas, mudas, te espiábamos;
antes de que mojáramos los labios en la alberca,
furtivo y virginal, te santiguabas
y de infinita gracia te vestías.
Te dábamos estampas con los bordes calados
iguales al platito de pasas
que, con el té, se ofrece a las visitas,
detentes y reliquias en los que oro cosíamos
y ante ti nos sentábamos con infantil modestia.
Mi tan amado y puro seminarista hermoso,
¡cuántas serpientes enroscadas en los macizos de azucenas,
qué sintieron las rosas en tus manos que así se deshojaban!
Con la mirada baja protegerte queríamos
de nuestra femenina seducción.
Vano propósito.
Un día, un turgente púrpura,
tu pantalón incógnito, de pronto, estirará
y Adán derramará su provisión de leche.
Nada podrá parar tan vigoroso surtidor.
Bien que sucederá, sucederá.
Aunque nuestra manzana nunca muerdas,
aunque tu espasmo nunca presidamos,
bien que sucederá, sucederá.
Y no te ha de salvar ningún escapulario,
y ni el terrible infierno del albo catecismo
podrá evitar el cauce radiante de tu esperma.


De: "Los devaneos de Erato"


*Beca: especie de manto de seda o paño, que colgaba del cuello
hasta cerca de los pies, y que en algún tiempo usaron
sobre la sotana los eclesiásticos que tenían alguna dignidad.



TANIA SALINAS


  


El que come callado se condena



Me abrazabas
y fumabas el vapor de mi inocencia.
Llovía insistentemente
en las carreteras de lata
y el tímpano estaba a punto de explotar.
Jamás me diste tregua,
por eso y sin querer
ahora te empaño
la reputación,
con todo el humo
de las mujeres
exiliadas
en las fábricas
capitalistas del deseo. 


EZEQUIEL CARLOS CAMPOS





El bien y el mal



Hubo un tiempo en que creía en el bien y el mal.
El demonio, cuando me distraía,
tocaba mi espalda con su dedo
y de pronto tenía ideas malas:
robar dinero a papá,
aventarle piedras al vecino,
tirar comida a la basura
y verle los calzones a las niñas.
Otras veces en que el ángel,
dulce y tierno,
tocaba mi cabeza con lentitud y tranquilidad;
entonces daba una moneda al mendigo,
cuidaba con cariño a mi hermanito,
deseaba ser sacerdote y rezarle a los santos.
A veces quería salvar al mundo,
explotar una bomba, robar un banco,
decirle a mi mamá te quiero
o darle abrazos a mis abuelos.



MARGIE HABER MUSTRI


  


Primavera



Viene la primavera junto con su muerte
viene de flores y de muerte

                                       su muerte

las muertes asediadas ya             anticipadas
                                                                   escritas
                                                                          moridas mórbidas

                                           desde la apenas vida
                                    desde la muerte de la vida

Hay que morir en grupo
nos morimos los unos a los otros
como nos
             besamos
Murámonos todos de uno
                                          en
                                             Uno

               pero TODOS
                                                      cada uno de su muerte
                                                                  cada uno de la suya
cada muerte con el suyo
               cada muerte con su muerte

Es más fácil con el calendario judío

luego
          a luego
después de Pesaj, en Homer

                                                       en primavera
                                                            en plena
                                                                      luz del día

como de así           de la propia muerte                   tan tranquila ella
                                                           tan
                                                               de muerte judía
                                                                           de muerte joven
                                                                                    añeja demuerte

cada uno de su puta perfecta muerte
          cada cual
                     cada muerte

¿Y ahora quién?                           ¿y el próximo año quién?

Siempre en fi estas
                                     morir y fiestas

Hay que ir a verlo                ver  cómo              ya no está
                                                 De veras
                                                                 Ya no está
pero está la muerte
                            tan de espejos despojados de reflejo
sillas que ensuelan en los suelos
y juegos de contrarios                                             objetos que están fingiendo no
estar
ylamuerte

Come una rosca y reza por el que no                             está
Está

esconde en el tumulto del rezo
de la rosca
               de la silla sin silla
                                el espejo sin

tu miedo a la muerte

Siempre en fi estas
                   Siempre en muertes
                                Que no veas nada malo
a ELLA
a TU muerte
tuya