"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 24 de mayo de 2017
MARGARITO CUÉLLAR
Poética de la silla
Espalda
y silla se parecen
quizá
fueron parientes algún día.
Una
noche, es posible
la
silla veló el sueño de mi espalda.
Una
mañana antigua corrimos en seis pies
por
los parques del mundo,
unas
horas quizá fuimos felices
en el
idioma del relámpago.
JUAN GARRIDO
Soneto para Maldecir al Viento de Abril.
Maldigo yo hasta el
viento que te sopló hasta acá…. Pedro Aznar
(Canción La abeja y
la araña)
Soy
yo quien está ahí donde me dejaste aullando en la noche silente
Como
perro hambriento destrozado entre los huesos de la oscuridad,
Lengüeteando
la cuneta del adiós. Bebiéndose la escarcha de tu frio y de tu ausencia
Tú
eras, botella dando espuma para aquel Solcito azulado,
Ese
quien venía trayéndote vientos de montañas de Santiago
Ese
apareciéndose a soplar en tus ojos ebrios de egoísta/soledad.
Ahí
te siento cayendo de mis manos que siguen bebiéndose la espera…
La
espera como un soneto de Lope maldiciendo ese furia del viento.
Sigo
como una paloma herida picoteando miguitas que caen de tu cuerpo
Cuerpo
hecho pan duro para esta hambre que retuerce mis noches de Abril…
Caigo
como oscuridad. Caigo como frio. Caigo como hombre al rio del llanto
Así y
todo casi temblando trato de arrullarte en mis sueños ebrios.
Pero
la noche abre la jaula y te me escapas y te veo aleteando hacia el
solcito
que
te sonríe de montañas y vientos que te van alejando de mi acá…
MATILDE CASAZOLA
Los cuerpos
I
Amo
mis huesos
su
costumbre de andar rectos
de
levantar un semicírculo
para
abarcar el cielo
de
encadenarse en filigranas diminutas
para
favorecer el movimiento;
amo
mis huesos con sus curvas
sus
salientes
y sus
cuevas profundas.
Si
hubiera sido insecto,
también
habría amado mis antenas
como
amo ahora mis ojos con sus cuencas
y mis
manos inquietas
y
toda esta estructura
en la
cual vivo
en la
cual soy completa.
Y le
doy gracias al discutido Dios
de
creación perfecta o imperfecta
de
existencia absoluta
o no
existencia,
le
doy gracias
en
uso
de mi
cuerpo y su esencia.
Al
menos, comprendo su intención:
sé
que era buena.
MARISOL BOHÓRQUEZ GODOY
Noche
Todo
se ha detenido:
las
horas de los hombres que duermen,
las
alas de los pájaros que hallaron el nido
y el
rayo de sol que vi partir tras la tarde.
Sombras
misteriosas inician su danza,
festejo
nocturno,
luto
del espejo,
que
niega la existencia.
De: “La soledad de los espejos”
ALEJANDRA MORENA MORAES
Bombillo Rojo
Anoche
con fuego en las arterias
del
techo llueve calor
y la
piel teñida en sangre.
DENISSE BUENDÍA
Padre
De
niña los cuervos tenían alma
dormían
en un sembradío de ojos
incubando
promesas para los ciegos
pero
llegaron tus manos ásperas e inmensas
a
asfixiarlo todo, cada semilla, cada parpado
y los
condenaste a ir por la eternidad arrancando ojos para sembrarlos.
De
niña los columpios eran cohetes
la
nostalgia se abrazaba irremediablemente a los ojos de un cometa
Me
enseñaste como arañar silencios
Descubrí
la medida que habitaba entre el vacío y tus ojos
De
niña aprendí a borrar el abandono con manchas de migajón
A
bailar desde la amnesia
El
olvido es vicio de poetas
Aquello
que no se puede dejar de deletrear
De
esperar como quien espera la muerte
Esa
diminuta franja donde Caín abraza a Abel
y
nada sucede
De
niña un diamante mágico que daba poder
Hubiera
liberado a mi cuerpo roto y diminuto del fuego
De
ser devorada una y otra vez
incluso
ahora después de muerto, sigues devorándome
Crecí
en la estirpe de los decapitados
Cuerpos
descorazonados que caen en sí mismos infinitamente
Hablando
el idioma del relámpago
Cauterizando
telegramas de consuelo
De
niña las azoteas del edificio tenían el peso de un aeroplano
eran
del tamaño de mis brazos,
el amor
olía a carne fresca en una alcantarilla.
Las
flores que se desprendían del árbol
perdían
su dimensión dentro de la casa
todo
parecía un truco de magia
donde
los hilos chillaban de tan fluorescentes
Y aun
así, todos aplaudían
De
niña quedarnos a solas era como entrar a una escuela vacía
Con
el aroma penetrante de la infancia
Tétrica
como la oscuridad que habitaba en el puño de tierra
que
deje caer sobre tu tumba.
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