jueves, 16 de mayo de 2013

CERRO DE LA BUFA, ZACATECAS

JOSÉ BUIL




  
Cardiopoema

                                                         Para mis hermanos
                                                         Ricardo y Vicente

El otro día
mientras
      te veía
con ese corazón
tan grande que tienes
y que se nota latir
a simple vista  cuando hablas
y abres la boca
me dieron ganas
      de abrazarte
pero me detuve
por culpa de mi propio
       corazón
que empezó 
a latir muy fuerte
mientras te alejabas
Me dejastepensando
que los Buil
vamos por la vida
con el corazón estrujado
enfermos de taquicardia
ante la belleza
de mujeres fijas
para siempre en la retina
de nuestras vidas
testigos de nuestros infartos
Yo los vi a todos
a todos los Builquiero decir
Algunos murieron solitarios
con el corazón oxidado
como un fierro viejo
olvidado en el patio
de una casa
que nadie quería para vivir
Mi abuelo por ejemplo,
murió con el corazón muy grande
tan grande que no le cupo en el pecho
al llegar a los ochenta y cinco
Corazón
Y qué decir de mi padre
cuyo músculo cardiaco
murió ahogado
en espuma de cerveza
la noche de la que no quiero
  acordarme
Pero es mi corazón
que lo recuerda todo
El corazón de un Buil
que late y se estremece
cuando te mira
da saltos y agita la vena 
Yo vida mía
yo el egoísta
que me negué a donar sangre
cuando un amigo
fue operado a corazón abierto
Yo que sentí
el último latido
de la niña
en la yema de mis dedos
Yo que  ahora
cuido mi corazón
como una madre
   a su lactante
-un niño
de corazón frágil-
Yo que he visto 
tu corazón
latir bajo tus grandes  y hermosos
pechos
yo que he tocado
tu corazón
con mi propia mano
Yo que puse
tu corazón
en mis sueños
y mis pesadillas
ruego al Dios
del Cardio
Al creador
del ritmo y el latido
a aquel que marcó
mi pulso
mi sístole y mi diástole
Ruego
porque mi corazón
tenga la fuerza
para latir
cuando te abrace
y deslice mi lengua
en el centro de tu tórax
Y ya después
prendido a tu pezón
libre
    y al ritmo
de tu carnoso
Corazón
ese músculo
voluble que no siempre
       me quiere
ese que a veces
me maltrata
   el mismo que me desprecia
se da la vuelta
en las noches
me deja hablando solo
y cuando le imploro 
después de besarte
Yo veo
tu corazón
sano y poderoso
latiendo en mi mano
ante mis ojos
y escucho fluir
tu sangre
    impulsada en esa arteria
que late por tu largo cuello
pasa por tus ojos trémulos
baja a tus muslos
redondea tu vientre
      y vuelve a tu corazón
Morir oyendotu suave e impasible
Corazón
latiendoen mi tímpano
en el pabellón de mi oreja  
 antes del fin del ritmo
 Después de amarte
    Corazón

(escrito bajo el efecto
del abandono)

JIMENA ANTONIELLO





Esquina



Había pensado en un rincón:
expectante, acurrucada, piadosa
y fuerte; en un rincón.
Un rincón que me supiera
a esquina para ver el mundo.
Desde
donde veo el mundo: atenta,
triste y voraz. Y se me antoja
el mundo como manifestación
sincolor de tu silueta convexa:
dulce virilidad que inquieta mi
cóncava esquinidad de mujer.


LUIS GARCÍA MONTERO




  
Ese perdido reino...



Ese perdido reino
donde cualquier política tiene forma de beso,
de cicatriz privada
detrás de los abrazos,
nos está dominando con sus sueños,
de distancia a distancia.

Quiero que te levantes
con la misma impaciencia que los árboles,
creciendo hasta lo exacto
para rozar mis labios, para buscar en ellos
la humedad sin la lluvia.

Sé que descubriremos
siluetas desnudas por la casa,
recuerdos visitantes,
fantasmas de una noche sin verano,
que andarán en nosotros y pedirán su cuenta,

porque la oscuridad, como un espejo,
nos devuelve la imagen que le damos.

Pero conozco todas las preguntas
que no sé contestarte,
el cuerpo en donde viven las interrogaciones,
tu sueño en los pañuelos, como de haber llorado.

ALEJANDRA PIZARNIK






Exilio


                                                    A Raúl Gustavo Aguirre

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.


GUILLERMO SEPÚLVEDA






Poema Nº 8



Esta noche buscaré en tus ojos mi recuerdo.
Mi recuerdo metido, poro a poro,
por tu cuerpo.

Buscaré en tus ojos, cielo adentro,
las primeras palabras que te dije
y el primer beso.

La primera caricia que se enredó en los dedos
y mis labios perdidos en tu pecho:
dulce camino de la angustia
que floreció en tus senos.

¡Cómo temblaban tus muslos con mi aliento!


BERNARDO PAREJA





Cuando el Amor se fue



Me parece que fue en octubre,
en uno de sus días grises
y de pautas invernales,
se fue mi Amor...

Y los luceros danzaban
sobre las ondas del río.
Dialogó mi Amor con los manantiales
y con las nubecillas que unce el viento
a su litera de músicas matinales.

Se fue mi Amor cantando
sobre la diafanidad del día.
Mi Amor está muy cerca
al dolor supremo de la vida.