viernes, 24 de abril de 2015

RUBÉN DARÍO




Que el amor no admite cuerdas reflexiones


Señora, el amor es violento,
Y cuando nos transfigura
Nos enciende el pensamiento
La locura.

No pidas paz a mis brazos
Que a los tuyos tienen presos:
Son de guerra mis abrazos
Y son de incendio mis besos;
Y sería vano intento
El tornar mi mente obscura
Si me enciende el pensamiento
La locura.

Clara está la mente mía
De llamas de amor, señora,
Como la tienda del día
O el palacio de la aurora.

Y al perfume de tu ungüento
Te persigue mi ventura,
Y me enciende el pensamiento
La locura.

Mi gozo tu paladar
Rico panal conceptúa,
Como en el santo Cantar:
Mel et lac sub linguatua.
La delicia de tu aliento
En tan divino vaso apura,
Y me enciende el pensamiento
La locura.


MARIÀ MANENT



Mañana

 

Has salido del sueño como del mar. Aún húmeda,
a los sueños sonríe tu boca, dulcemente.
Brilla el sol en la hierba, pero tú ves la plata
          de la luna, que en el agua duerme-.

Una luz de esmeralda casi nubla tus ojos;
perfumes de aquel mar tiene tu fina arcilla ;
y una gran perla pálida llevas bajo los bucles,
          ondulados como alga tranquila.


De "Las acacias salvajes"

Versión de José Agustín Goytisolo

 

 

RICARDO JAIMES FREYRE

 


Los antepasados

 

II

Bajo la luminosa, nocturna estela
y entre la polvareda de los caminos,
en busca de Santiago de Compostela
pasan, cantando salmos, los peregrinos.

Mientras en la penumbra de la mezquita,
donde con sus muezines rezaba el moro,
junto al abad severo que ora y medita,
los frailes soñolientos rezan en coro.

A los bardos errantes piden ternezas
mujeres de ojos garzos y tez de armiño,
y oyen trovas de amores y de tristezas
en la lengua armoniosa de allende el Miño.

Que el habla, ruda y grave, del castellano
sólo dice combates y desafíos
y la fe del insigne mártir cristiano
que floreció entre moros o entre judíos.

Ocultando su gozo con gesto arisco,
de pajes y estudiantes gloriosa presa,
al compás de un sonoro rabel morisco
danza provocativa la juglaresa.

Y el juglar, que ha aprendido los romanceros,
cuenta, del viejo alcázar bajo los arcos,
cercado de hombres de armas y de escuderos,
la historia lamentable del conde Alarcos.

De pie, junto a la puerta de la abadía,
fascinando a la turba que escucha ansiosa,
mientras suspira el Ángelus y muere el día,
el preste de Berceo dice una prosa.

Con hilo de romances teje su historia,
sigue la vía oculta de las estrellas,
y va perdiendo todo, menos la gloria,
el rey de las Partidas y las Querellas.

Entre halagos, promesas y juramentos,
que entrelazan con votos de amor celeste,
en alcobas y celdas «Trotaconventos»
desliza los mensajes del Archipreste.

El galán nocherniego pasa embozado
frente a la negra torre que al vulgo asombra,
y al fulgor de una lámpara mira espantado
del marqués hechicero vagar la sombra.

Librado a los destinos y a los azares,
de espaldas a la vida, de frente al cielo,
tiende Colón sus alas sobre los mares,
como un ave gigante que emprende el vuelo.

 

 

JULIÁN DEL CASAL

 

6. Paisaje espiritual

 

Perdió mi corazón el entusiasmo
al penetrar en la mundana liza,
cual la chispa al caer en la ceniza
pierde el ardor en fugitivo espasmo.

Sumergido en estúpido marasmo
mi pensamiento atónito agoniza
o, al revivir, mis fuerzas paraliza
mostrándome en la acción un vil sarcasmo.

Y aunque no endulcen mi infernal tormento
ni la Pasión, ni el Arte, ni la Ciencia,
soporto los ultrajes de la suerte,

porque en mi alma desolada siento,
el hastío glacial de la existencia
y el horror infinito de la muerte.

 

De "Nieve":

 

MEDARDO ÁNGEL SILVA


 

Tapiz

 

     Los húmedos myosotis de tus ojos
sugieren claros lienzos primitivos
con arcángeles músicos de hinojos
y santas de los góticos motivos.

     Copiaron esos místicos sonrojos
los ingenuos maestros primitivos
y dieron los myosotis de tus ojos
a sus Evangelistas pensativos...

     Virgen de las policromas vidrieras,
los sahumerios y los lampadarios:
velan tus sueños todas mis quimeras
y, ante el cortejo de tus primaveras,
dan su mirra y olor mis incensarios.

 

Del "Libro del amor"

 

 

AMADO NERVO

 

Lo más natural

 

Me dejaste -como ibas de pasada-
lo más inmaterial que es tu mirada.

Yo te dejé -como iba tan de prisa-
lo más inmaterial, que es mi sonrisa.

Pero entre tu mirada y mi risueño
rostro quedó flotando el mismo sueño.