"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 6 de noviembre de 2016
ENRIQUE MORÓN
Despedida
Te vas y yo me quedo para siempre conmigo.
Una quietud de árbol nace por mi cintura.
Te vas como una sombra, reptando la llanura,
herida por las uñas larguísimas del trigo.
Amiga mía fuiste cuando yo fui tu amigo,
guardamos equilibrio de pasión y ternura;
pero el amor se añeja cuando el amor perdura:
ni me arrastra tu marcha ni a quererme te obligo
Te vas y yo me quedo como siempre, contento.
La brisa da en mis ojos caricias y arañazos
y poco a poco surge la redondez del llanto.
Te vas y no me importa. Sí me importa. Lo siento.
Se ha quedado vacío el hueco de mis brazos
y un ruiseñor de piedra ha crecido en mi canto.
De: "Paisajes del amor y el desvelo"
Te vas y yo me quedo para siempre conmigo.
Una quietud de árbol nace por mi cintura.
Te vas como una sombra, reptando la llanura,
herida por las uñas larguísimas del trigo.
Amiga mía fuiste cuando yo fui tu amigo,
guardamos equilibrio de pasión y ternura;
pero el amor se añeja cuando el amor perdura:
ni me arrastra tu marcha ni a quererme te obligo
Te vas y yo me quedo como siempre, contento.
La brisa da en mis ojos caricias y arañazos
y poco a poco surge la redondez del llanto.
Te vas y no me importa. Sí me importa. Lo siento.
Se ha quedado vacío el hueco de mis brazos
y un ruiseñor de piedra ha crecido en mi canto.
De: "Paisajes del amor y el desvelo"
JUAN ANTONIO GONZÁLEZ IGLESIAS
Capoeira
Felices los flexibles.
Sus tobillos son súbitos
puntos en el espacio, como estrellas fugaces
en el atardecer. Sus pies alados
no pisan las cabezas de los hombres
porque no quieren. Cercan,
sobrevuelan los cinco centímetros de aura
donde el otro se guarda.
Nadie
diría que han estado durmiendo hasta hace poco,
que han trabajado duro a lo largo del día,
o han estado metidos en rollos malos, porque
ahora
levantan un tobillo por encima
del horizonte
y con el otro pie tocan la tierra.
Así proyectan arcos instantáneos,
con las extremidades inferiores.
Son preferibles a los arquitectos,
y a los programas de diseño gráfico
más potentes. Benditos
los acróbatas nuevos.
Luchan de dos en dos, como los que se aman.
Se atrapan mutuamente en un deseo
que los hará volver. Con golpes inaudibles
se aproximan. Se alejan de los demás mortales.
Tan simbólicamente
tan intrincadamente
combaten, que los ángulos
los pantalones blancos de algodón intangible
las líneas y los músculos euclídeos
trabajan
como instrumentos de alta precisión
al servicio de una sorprendente pureza.
Nada les interrumpe durante media hora.
Jóvenes conflictivos de barrios marginados
cada tarde reducen a cero la violencia.
Felices los descalzos
que conocen a ciegas
el número perfecto de la arena.
Nadie más libre que estos descendientes
de esclavos.
Felices los flexibles.
Felices los flexibles.
Sus tobillos son súbitos
puntos en el espacio, como estrellas fugaces
en el atardecer. Sus pies alados
no pisan las cabezas de los hombres
porque no quieren. Cercan,
sobrevuelan los cinco centímetros de aura
donde el otro se guarda.
Nadie
diría que han estado durmiendo hasta hace poco,
que han trabajado duro a lo largo del día,
o han estado metidos en rollos malos, porque
ahora
levantan un tobillo por encima
del horizonte
y con el otro pie tocan la tierra.
Así proyectan arcos instantáneos,
con las extremidades inferiores.
Son preferibles a los arquitectos,
y a los programas de diseño gráfico
más potentes. Benditos
los acróbatas nuevos.
Luchan de dos en dos, como los que se aman.
Se atrapan mutuamente en un deseo
que los hará volver. Con golpes inaudibles
se aproximan. Se alejan de los demás mortales.
Tan simbólicamente
tan intrincadamente
combaten, que los ángulos
los pantalones blancos de algodón intangible
las líneas y los músculos euclídeos
trabajan
como instrumentos de alta precisión
al servicio de una sorprendente pureza.
Nada les interrumpe durante media hora.
Jóvenes conflictivos de barrios marginados
cada tarde reducen a cero la violencia.
Felices los descalzos
que conocen a ciegas
el número perfecto de la arena.
Nadie más libre que estos descendientes
de esclavos.
Felices los flexibles.
JUAN CUNHA
Quiero saber a qué ladera...
Quiero saber a qué ladera
Rueda la luz cuando te espero
Hay una brisa o mano tierna
Que quizás sepa de tu pelo
Pero decime dónde pongo
Estas palabras como gotas
No sé dónde asomar los ojos
A qué lado volver la boca
Escúchame es azul y lejos
No tengo indicios sólo piedras
Ya ni dónde buscarte tengo
Ni cómo hallarte que yo sepa
Es que nunca vi claro creo
Ni menos supe cómo eras
De: "Enveses y otros reveses”
Quiero saber a qué ladera
Rueda la luz cuando te espero
Hay una brisa o mano tierna
Que quizás sepa de tu pelo
Pero decime dónde pongo
Estas palabras como gotas
No sé dónde asomar los ojos
A qué lado volver la boca
Escúchame es azul y lejos
No tengo indicios sólo piedras
Ya ni dónde buscarte tengo
Ni cómo hallarte que yo sepa
Es que nunca vi claro creo
Ni menos supe cómo eras
De: "Enveses y otros reveses”
ÁNGEL CRUCHAGA
Hallada
de improviso
así como la muerte o como el júbilo,
dueña del día y dueña del destino.
¡Hallada ahora en el camino último!
así como la muerte o como el júbilo,
dueña del día y dueña del destino.
¡Hallada ahora en el camino último!
¿Serás
la amiga
o serás el amor hondo de música?
En los rincones se enfermó mi vida
y sólo me ha quedado mi dulzura.
o serás el amor hondo de música?
En los rincones se enfermó mi vida
y sólo me ha quedado mi dulzura.
Serás
la amiga de los grandes ojos,
clara como una antorcha
que eleva su fragancia de heliotropo
sobe el gris pebetero de mi sombra.
clara como una antorcha
que eleva su fragancia de heliotropo
sobe el gris pebetero de mi sombra.
Ojos
sin límites
donde temblando se sostiene el día.
Ojos que hacéis mi corazón más triste.
Dolor de esencia tiene mi fatiga.
donde temblando se sostiene el día.
Ojos que hacéis mi corazón más triste.
Dolor de esencia tiene mi fatiga.
Ya no
tengo mi valle,
ya se borró mi última montaña.
Sólo vive la herida de mi tarde
y el silencio dormido de mis canas.
ya se borró mi última montaña.
Sólo vive la herida de mi tarde
y el silencio dormido de mis canas.
ALEJANDRO DUQUE AMUSCO
Criaturas
de la luz
Brot und Wein
F. Hölderlin
Mientras fue seguro el sol
por lo más alto, en mis días de niño,
lo fuisteis todo para mí, serenas potestades,
resplandor y creencia, los mensajeros
de la divinidad invadiendo mis juegos.
Después, tras la alborada viva
de la espera,
desperté
y ya no estabais,
fluyó la luz
y solamente vi, en la tiniebla roja,
vuestras sagradas alas alejándose.
De: "Donde rompe la noche"
Brot und Wein
F. Hölderlin
Mientras fue seguro el sol
por lo más alto, en mis días de niño,
lo fuisteis todo para mí, serenas potestades,
resplandor y creencia, los mensajeros
de la divinidad invadiendo mis juegos.
Después, tras la alborada viva
de la espera,
desperté
y ya no estabais,
fluyó la luz
y solamente vi, en la tiniebla roja,
vuestras sagradas alas alejándose.
De: "Donde rompe la noche"
LUIS ZALAMEA BORDA
A una mujer cosmopolita
Nueva, impoluta, pura,
compañera de mañaneras risas,
lejana madre-niña, fuente de la ternura,
ancla de nuestras lágrimas y mutuo desvarío.
Así quisiera verte.
Mitad ardilla en medio de los sueños,
hembra fundamental, valerosa argonauta,
¿cuántas veces llevaste la tristeza a calles
cenicientas
fundiéndote en la noche con la ciudad de llanto?
Volver, volver a ti, quisiera.
Encendida matriz de rebeldes destellos,
cuajada soledad que ni los gritos rompen,
pirámide aislada, taciturna y urbana.
Ante tu recia rosa se estrella la nostalgia.
Mas así no te quiero.
Quisiera verte nueva, lavada por el alba.
Limpia tu alma de hollín cosmopolita,
como en la mañana verde que se pierde en
el trópico,
donde el amor ya juega y la ternura nace.
Así, así quisiera verte.
Oh antigua capitana de mi bajel vagante
déjame que te conduzca a la escondida rada.
Oh niña ardilla que una vez fuiste mía:
déjame que cure tus heridas noctámbulas.
Nueva, impoluta, pura,
compañera de mañaneras risas,
lejana madre-niña, fuente de la ternura,
ancla de nuestras lágrimas y mutuo desvarío.
Así quisiera verte.
Mitad ardilla en medio de los sueños,
hembra fundamental, valerosa argonauta,
¿cuántas veces llevaste la tristeza a calles
cenicientas
fundiéndote en la noche con la ciudad de llanto?
Volver, volver a ti, quisiera.
Encendida matriz de rebeldes destellos,
cuajada soledad que ni los gritos rompen,
pirámide aislada, taciturna y urbana.
Ante tu recia rosa se estrella la nostalgia.
Mas así no te quiero.
Quisiera verte nueva, lavada por el alba.
Limpia tu alma de hollín cosmopolita,
como en la mañana verde que se pierde en
el trópico,
donde el amor ya juega y la ternura nace.
Así, así quisiera verte.
Oh antigua capitana de mi bajel vagante
déjame que te conduzca a la escondida rada.
Oh niña ardilla que una vez fuiste mía:
déjame que cure tus heridas noctámbulas.
Y
entonces, quizás, una vez más te vea
-tus antiguas formas vuelvan poco a poco a mis
manos-
nueva, impoluta, pura... colmada de esperanza.
-tus antiguas formas vuelvan poco a poco a mis
manos-
nueva, impoluta, pura... colmada de esperanza.
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