martes, 11 de febrero de 2020


GEORG TRAKL





Noche



El azul de mis ojos se ha extinguido esta noche,
El oro de mi corazón. ¡Oh!, cuán quieta ardía la luz.
Tu abrigo azul abrazó al que caía;
Tu boca roja sellaba la demencia del amigo.


HEINRICH HEINE





Los tejedores de Silesta



Silenciosos, sin fe, no brilla el llanto
De aquellos hombres en los ojos secos.
Crujen sus dientes, fúnebres canciones
Ante el telar sentados van diciendo:
«Vieja Alemania, tu sudario helado
Ya tejen en la sombra nuestros dedos,
Y en el tejido vil, los labios mezclan
De maldición y cólera los ecos.
¡Tejemos! ¡Tejemos!
»Maldito sea el Dios de los dichosos,
Al que elevamos míseros acentos,
Del hambre horrible en los eternos días
Y en las heladas noches del invierno:
En vano en su piedad la fe pusimos;
Él nos vendió, burlados: pobres necios!
¡Tejemos! ¡Tejemos!
»Maldito sea el rey, el rey del rico,
Al cual en vano, de amargura llenos,
Misericordia y compasión pedimos:
De nuestra bolsa ruin el postrer sueldo
Él arrancó con avidez, y ahora
Ametrallarnos hace como a perros.
¡Tejemos! ¡Tejemos!
»Maldita nuestra patria también sea,
Nuestra patria alemana, donde el cielo
Cubre tan sólo oprobio, mal e infamias,
Donde, al abrir sus pétalos al viento,
Se marchita la flor, y sólo viven
La laceria, el engaño, el vilipendio.
¡Tejemos! ¡Tejemos!
»La lanzadera vuela, el telar cruje;
Días y noches sin cesar tejemos.
Vieja Alemania, tu sudario helado
Ya tejen en la sombra nuestros dedos,
Y mezclan nuestros labios al tejido,
De maldición y cólera los ecos.
¡Tejemos! ¡Tejemos!»

HENRIK NORDBRANDT





Una de esas



tú eres como una de esas
rosas, una
rosa roja
tan roja como nadie
jamás la vio

así, sí así
vi una de esas de verdad

veo que tú eres una rosa
así, una de esas de verdad
una de esas rojas, vista
así

una de esas...


De: "Nuestro amor es como Bizancio" en "Miniaturas"
Versión de Francisco Uriz



GERARD MANLEY HOPKINS





Descifrado en hojas de sibila



Ferviente, ultraterreno, igual, armonizable,
    bovedizo, voluminoso, estupendo
Crepúsculo pugna por ser del tiempo la vasta
    vientre-de-todo, casa-de-todo, ataúd-de-todo
    noche.
Su córnea tierna luz amarilla devanada al oeste, su
    loca hueca luz blanca colgada en la altura
Yerma; sus primeras estrellas, estrellas príncipes,
    principales, se nos ciernen,
Cielo en facciones de fuego. Pues la tierra desata
    su ser, su entrevero toca fin, divergente
    o ebullente, todo a traviesa, en tumulto; ser en ser
    macerado y molido — por entero
Desacordando, desmembrando todo ya. Bien me traes,
    corazón, a cuenta
Con: Nuestro crepúsculo nos cubre; nuestra noche
    se hinche, se hinche, y nos acaba.
Sólo las ramas y dentadas hojas dragontinas incrustan
    la pálida luz con lisura de herramienta; negras,
Tan negras en ella. ¡Nuestro cuento, oh nuestro oráculo!
    Que la vida, menguante, ah que la vida devane
Su otrora tejida teñida venada variedad toda en dos
    husos; separa, encierra, guarda
Ahora su todo en dos rebaños, dos rediles —
    negro, blanco; bueno, malo; cuenta sólo, atiende
    sólo, mira
Sólo estos dos; cuidado con el mundo en que los dos sólo
    encontrados se revelan; con el potro
Donde por sí atadas, por sí torcidas, sin abrigo y sin asilo,
    ideas contra ideas en queja se quebrantan.


1885


EDGAR LEE MASTERS





Minerva Jones



Yo soy Minerva, la poetisa del pueblo.
Me insultaban e injuriaban los patanes de la calle
por mi cuerpo pesado, por bizca, por mi andar quebrado,
y mucho más cuando "Butch" Weldy me apresó
después de una cacería brutal;
me dejó con mi destino y el doctor Meyers;
y me deslizaba cada vez más hacia la muerte,
empezaba a entumecérseme el cuerpo
de los pies para arriba,
como si entrara poco a poco en un arroyo de hielo.
¿No irá nadie al periódico local
a juntar en un volumen mis versos?
¡Estaba tan sedienta de amor!
¡Tan hambrienta de vida!



CARL SANDBURG





Sueños en el crepúsculo



Sueños en el crepúsculo,
sueños tan sólo al final del día
que al caer el día regresan
a las cosas grises, a lo oscuro,
a lo lejano y lo profundo,
a la tierra de los sueños.

Sueños, sueños tan sólo en el crepúsculo,
tan sólo fotos viejas, recordadas,
de días perdidos en que la pérdida del día
con lágrimas escribía la pérdida del corazón.

Así lágrimas y pérdidas y sueños rotos
hallen tu corazón en el crepúsculo.


De: "Otros días"
Versión de Miguel Martínez-Lage