martes, 26 de diciembre de 2017


LUCILA NOGUEIRA




El puñal en la cintura



Gitana, si, el puñal en la cintura
Todo abandono al ímpetu más súbito
Leopardo o león, fulguro en el peligro
Águila que descansa en las alturas

El mundo es una carta de baraja
La sé pasar como atravieso el fuego
Y al enemigo cruel convierto en piedra
Con mi simple mirar de salamandra

La luz del sol encaro desde niña
En una rotación salvaje y ávida
Soy nómade y pagana y desafío
A los perros domésticos y urbanos

Gitana, sí, garras de terciopelo
Cargo la suerte en mi carromato
Y yo sé tu secreto y tu futuro
Bailarina andaluza en velo de llamas



MERCEDES ROFFÉ




XI



¿El amor será al cuerpo
lo que la contemplación al alma?
¿Ese sosiego?
¿Esa intuición
del todo en el instante?
¿Ese relámpago en el que
lo real se revela
acorde con su eco?
¿La suspensión fugaz
que presiente todo,
y todo lo comprehende?

¿Será aquel hiato en el fluir del tiempo
el único hogar y patria verdadera?
Hogar y patria:
Llamo así al poseerse,
al mirarse y verse reflejado
en un agua
confiable y serena.
Cuerpo de luz
Cuerpo de bien
Hiperbólico pétalo bogando
entre una y otra ribera.


¿Y si no son dos las riberas?
¿Si todo es uno?
¿Si no son dos ni uno
sino un glisando de espejos
hacia y desde la luz —o el fango?
Cada estación con su afanoso demiurgo
más confundido que cruel
obnubilado, hundido
en el exceso
de un reino que ignora y que lo ignora.


Regente, príncipe y niño —todo a un tiempo,
todo a destiempo.

¿Y si no fuera todo más
que un viaje
por las edades congeladas de ese príncipe
hacia la luz —o el fango?


De: "Diario ínfimo"



LINA ZERÓN




Mudar de piel



Lo difícil es mudar de piel
la primera vez.
Después…
oteas como un diafragma fotográfico
el cuerpo, su intemperie.
Luego, las clandestinas caricias,
las voces en murmullo,
los besos tras la puerta
que te obligan a buscar una isla blanca
en marejadas de olvido.

Al mudar de piel, vuelves a sentir,
te izas como vela.
En tus sábanas blancas
el mundo es tuyo otra vez.

Lo más difícil es arrancar raíces,
dejar trozos del rompecabezas.
No colgar el bolso de cuero
cuando ves la cama vacía…

Sabes que emigras a una nueva piel.


JORGE RUIZ DUEÑAS




Sombra de eucalipto
(8)



Qué embeleso colmó tu existencia
                                                       preguntaba la Señora de los llanos
mientras mi potro discutía con las verjas
Cómo la almendra cotidiana
inoculó su presencia
su hábito cubierto de flores comestibles
en valles donde los equinos coitan
y el trapiche exhuma la violencia del alcohol

Cuándo la perversidad pasó sin lastimarte
acompañado de canes dispuestos a tu defensa

Dónde los suntuosos panes
celebraron tu premura
y con las fibras cordiales
alabaste su masa nutricia
Para quién desenvainaste tu espada de madera
y desplazaste los aros
                                    la gendarmería de pájaros
                                    el tizne de la noche estallada por bengalas
Por qué  aún huele a canela
a clavo y a pimienta
a café molido
                      en la víspera de los quinqués
mientras el horno mantiene su infierno
y la tahona alivia la purificación de las pastas

Qué embeleso colmó entonces tu existencia


De . “Cantos de Sarafán”



MARCO FONZ




Un pueblo



Tradiciones de enanos que se creen gigantes.
Topos enmarañados de raíces.
Mapaches ostentando la corona y serpientes vestidas
                                                               /para fiesta.
Quién no quisiera levantar la mano
y bajar el telón de esta triste comedia.

Allá en la casa rosa vive un viejito de quinientos
                                                               /años
que sabe todas las canciones de tortura.
Al fuego con él.
Allá en la casa verde
vive una anciana que se sabe
todos los puntos de costura.
Al fuego con ella.
Ahí está la escuela orgullo de pueblo de iletrados.
Al fuego con ella.
Y allí está el ayuntamiento corral para ganado de
                                                           /engorda.
Al fuego con él.
Ahí la biblioteca con un y cien libros que nadie lee.
Al fuego con ella.
Y ahí los museos que brillan por vacíos en las
                                                             /conciencias.
Al fuego con ellos.

Y al fuego con todas las lágrimas de hipócritas
señoritas casaderas
al fuego la cara de los galanes vetustos
que dicen estar a la última moda.

Pero vea, allá está el monumento de nuestro héroe
                                                           /inventado.
Al fuego con él.
Ahí nuestra iglesia que saca del aire beatas.
Al fuego con ella.
Ahí nuestra casa de cultura pobre elefante rosa.
Al fuego con ella.
Ahí van nuestros indígenas.
Al fuego con ellos.
Y allí nuestras mejores familias.
Al fuego con ellas.
Ahí nuestro mercado típico.
Al fuego también.

Y al fuego con todas las palabras huecas de nuestros
                                                            /intelectuales
y poetas de pueblo con sus vestiduras de magos
y alquimistas mediocres y bastardos.

Pero no se vaya, vea nuestro centro turístico.
Al fuego con él.
Allí nuestra discoteque.
Al fuego con ella.
Aquí nuestro parque y portales.
Al fuego con ellos.
Allá nuestros horarios y trabajos.
Al fuego con ellos.
Al fuego con las viejas y malas costumbres.
Al fuego con el engaño.
Necesitamos un hombre despierto.
Al fuego con todo.
Al fuego con todo.
Al fuego con la promesa.
Pero que no se vuelva costumbre lanzar la vida al fuego.



CARLOS VALLÍN




Romance del tejón del campo



Soy Tecozantli, un tejón que come flores del campo
que en maizales dorados contempla la luna
mi corazón de cacao flota en los ríos
soy Tecozantli, besé a una garza de rubio plumaje
bajo los brillantes soles de esmeralda y jade
y en espera que la tarde escarlata caiga
en espirales y tambores de la laguna blanca.