Sombra de eucalipto
(8)
Qué
embeleso colmó tu existencia
preguntaba la Señora de los llanos
mientras
mi potro discutía con las verjas
Cómo la
almendra cotidiana
inoculó
su presencia
su
hábito cubierto de flores comestibles
en
valles donde los equinos coitan
y el
trapiche exhuma la violencia del alcohol
Cuándo
la perversidad pasó sin lastimarte
acompañado
de canes dispuestos a tu defensa
Dónde
los suntuosos panes
celebraron
tu premura
y con
las fibras cordiales
alabaste
su masa nutricia
Para
quién desenvainaste tu espada de madera
y
desplazaste los aros
la gendarmería de pájaros
el tizne de la noche estallada por bengalas
Por
qué aún huele a canela
a clavo
y a pimienta
a café
molido
en la víspera de los quinqués
mientras
el horno mantiene su infierno
y la
tahona alivia la purificación de las pastas
Qué
embeleso colmó entonces tu existencia
De . “Cantos de Sarafán”
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