"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 7 de diciembre de 2021
FRIDA KAHLO
Fragmento
(2): Carta a Diego Rivera
‘Mi
noche es como un gran corazón palpitante. Son las tres y media de la madrugada.
Mi noche no tiene luna. Mi noche tiene grandes ojos que miran fijamente la luz
gris que se filtra por las ventanas. Mi noche llora y la almohada se humedece y
se enfría. Mi noche es larga y larga y larga y siempre parece estirarse hacia
un final incierto. Mi noche me precipita en tu ausencia. Te busco, busco tu
cuerpo inmenso a mi lado, tu aliento, tu olor. Mi noche me responde con el
vacío; mi noche me da frío y soledad. Busco un punto de contacto: tu piel.
¿Dónde estás? ¿Dónde estás tú? Me giro hacia todos lados, la almohada mojada,
mi mejilla pegada a ella, mi pelo mojado contra mis sienes. No puedes no estar
aquí. Mi cabeza divaga, mis pensamientos van y vienen y se estrellan, mi cuerpo
no puede entenderlo. Mi cuerpo te desea. Mi cuerpo, este peligro mutilado,
quisiera un momento para olvidarse en tu calor, mi cuerpo pide a gritos unas
horas de serenidad. Mi noche es una fregona del corazón. Mi noche sabe que me
gustaría mirarte, cada curva de tu cuerpo, reconocer tu rostro y acariciarlo.
Mi noche me sofoca con tu falta. Mi noche palpita de amor, el amor que intento
contener, pero que palpita en la penumbra, en cada fibra de mi ser. Mi noche
quisiera llamarte, pero no tiene voz. Pero le gustaría llamarte y encontrarte y
aferrarse a ti por un momento y olvidar este tiempo que mata. [Mi noche arde de
amor. Son las cuatro de la mañana. Mi noche me agota. Sabe que te echo de menos
y toda su oscuridad no basta para ocultar lo evidente. Brilla como una hoja en
la oscuridad. [...] Mi noche siempre te está buscando. Mi cuerpo no concibe que
unas calles o cualquier geografía nos separen. [...] Mi noche grita y rasga sus
velos, mi noche choca contra su propio silencio, pero tu cuerpo no está en
ninguna parte. Te echo tanto de menos. Y tus palabras. Y tu color. Pronto
amanecerá’.
TERESA WILMS MONTT
Inquietudes
sentimentales: VIII
No tienes, alma, jardín. He pasado pálida de sufrimiento por entre tus flores, y ellas no tuvieron para mí una lágrima.
Continuaron
erguidas, plenas de sol, flirteando con el aire; y las palmeras, en su actitud
hierática, siguieron batiéndose como brazos lánguidos en momentos de amor.
El
césped, donde rodaron mis desesperaciones, no perdió su calma de terciopelo.
No
tienes, alma, jardín. Me has visto desmayar de dolor y tus pájaros entonaron el
más alegre de sus gorjeos y unieron sus piquitos embriagados de pasión.
No
tienes, alma, jardín…
PABLO ROMAY
Nimbe
Nimbe:
Quizás masai/swahili para mujer de la tierra
Nimbus: Latin para nube. Cumulo nimbus: tipo de nube vertical, de tormenta
Nube tu nombre que tal vez no iba a recordar
Mujer del cielo y de la tierra
Nimbe
Cumulo Nimbe
conjunto de ti, de células que forman tu temporal.
ELVIRA HERNÁNDEZ
Restos
¿Encontraremos
los pelos de la vergüenza
las escamas óseas de una verdad agrietada
la vértebra de nuestra historia?
¿Estará
en algún lugar del territorio
la mano de la justicia o solo seremos pasto
y gente que escobilla sus trajes?
¿Algo
de valientes plaquetas quedará
en la sangre fresca –algunas palabras–
o solo seremos pala de sepultureros?
Los
niños corren en busca del Tesoro Escondido
de su Pasado.
¿Los
detendremos?
Sí.
Los
arrojaron al mar
Y no cayeron al mar
Cayeron sobre nosotros.
CARLOS MARZAL
Cuatro gotas de aceite
A Antonio Cabrera
Cuatro gotas de aceite
sobre un trozo eremita de pan blanco,
o sobre el obsequioso corazón
de un tomate maduro en sacrificio,
nos aleccionan con su desnudez,
con su absoluta falta de consejo.
.
La belleza del mundo es tan frecuente,
tan desinteresada de sí misma,
que hasta se desvanece en certidumbre,
y acaba por nublarse a nuestros ojos.
.
Por eso es un pecado
de extrema ingratitud no dar las gracias
en alto con la voz del pensamiento
y con la muda fe de los sentidos.
.
En la desposesión está la esencia,
en la simplicidad, lo permanente.
Para ungir con lo bello nuestra carne
hay que buscar lo bello en donde ha estado
despierto en claridad desde el principio.
.
El hecho de verter la cuatro gotas,
cuatro lágrimas densas de oro humilde,
sobre las migas cándidas, supone
un acto elemental
contra la ruina
una rúbrica más
contra la muerte.
LI QINGZHAO
Lavar
la arena del arroyo
LAVAR
LA ARENA DEL ARROYO
su rostro
como una flor de loto
se abre en una sonrisa
el pato de jade del pebetero, su aroma,
vuela hasta su mejilla también perfumada
mirada de olas que,
apenas se turban,
traslucen sus pensamientos
de perfil
con un gesto profundo lleno de gracia y de encanto
ella escribe sobre un papel el secreto de su corazón:
«cuando la luz de la luna desvie la sombra de todas las flores
amor mío,
regresa»
Versión
de Pilar González España
