martes, 7 de diciembre de 2021

TERESA WILMS MONTT

 

  

Inquietudes sentimentales: VIII

 

No tienes, alma, jardín. He pasado pálida de sufrimiento por entre tus flores, y ellas no tuvieron para mí una lágrima.

Continuaron erguidas, plenas de sol, flirteando con el aire; y las palmeras, en su actitud hierática, siguieron batiéndose como brazos lánguidos en momentos de amor.

El césped, donde rodaron mis desesperaciones, no perdió su calma de terciopelo.

No tienes, alma, jardín. Me has visto desmayar de dolor y tus pájaros entonaron el más alegre de sus gorjeos y unieron sus piquitos embriagados de pasión.

No tienes, alma, jardín…

 

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