"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 30 de noviembre de 2018
ALEYDA QUEVEDO ROJAS
Contemplación
Sin
permanecer despierto
verás
la cabeza azul de la salamandra
la
noche de los nómadas
y un
Dios de marfil
Sólo lo
indispensable
para
encontrar las palabras que con rigor
expliquen
la venganza más necesaria
Un
cuchillo reluciente
corta
los cuellos de las bailarinas
y al
amanecer es posible distinguir
manchas
azules que se mueven
entre
la sangre todavía caliente.
De: “Espacio vacío”
BENJAMÍN VALDIVIA
Roma
Roma se
despertó
de nuevo en mi ventana.
de nuevo en mi ventana.
En el
hotel de paso dejo
que mis recuerdos traigan
un rostro de ultramar.
que mis recuerdos traigan
un rostro de ultramar.
(Frente
a las ruinas del templo
vuelvo a besar
los párpados de la ausente).
vuelvo a besar
los párpados de la ausente).
De: “Paisajes transparentes”
ELIZABETH REINOSA ALIAGA
Brújulas
I
A dónde
es que van los patos
de Central
Park en invierno.
Todos
piensan en lo eterno:
alimentan
a sus gatos
todos
añoran zapatos,
no
alas.
Persiguen
la orilla
de
salvación,
no la
arcilla
que
moldee una ciudad
un
país, una verdad
que
salte como una astilla,
que
duela como una cura
una
muerte, un nacimiento.
Las
aves y el firmamento
asemejan
la ruptura
destruyen
la arquitectura
del
pasado.
Todo
vuelo
lleva
consigo un anhelo
de paz
y de insurrección
cada
paloma: un embrión
que
germina en otro suelo.
II
Las
aves, el horizonte
las
ilusiones y el alba
son
conceptos,
no me
salva su retórica,
ese
monte de símbolos.
Aqueronte
simulando una balanza,
un
extremo: la esperanza
en el
otro: la apatía.
El
mundo en asimetría constante.
No
existe alianza
entre
pasado y futuro
solo
tiempo, solo abismo.
No creo
en el exorcismo
pero
practico el conjuro.
Nada es
totalmente puro,
nada
perdura en el borde.
Si hay
agua existe el desborde,
una
semilla es la selva.
No
importa quién desenvuelva
el
hilo,
hay un
monocorde silencio,
no es
el destino
es la
ley del universo:
Cómo
refutar lo adverso,
si se
niega lo divino.
Cómo
ser buen inquilino
de una
casa sin paredes.
Cómo
escapar de las redes
si la
jaula nos distingue.
El
fuego nunca se extingue
entre
arboledas.
Ustedes
representan
multitud
y yo me
vuelvo un islote,
logro
mantenerme a flote
pero no
es una virtud.
Lo
importante es la actitud
ante el
fracaso, ante el miedo.
Lo
sublime del viñedo
no es
la fruta,
es la
promesa.
Vamos
juntos a la mesa.
Todos
se van.
Yo me
quedo.
III
Soy cómplice
de la nieve
a
través de un catalejo,
sinónimo
de festejo
pero de
cosecha breve.
Otro
anuario que me debe
un
obsequio, un regocijo.
Calendario,
y acertijo:
los
patos a dónde van
yo no
sé si volverán
nuevamente
a su cobijo
¿o
prefieren el misterio
que
nace en la incertidumbre:
que el
sol funcione de lumbre
la luna
de planisferio?
¿No hay
ave sin cautiverio
ni
palabra sin censura?
Una
puerta se clausura
pero
hay cientos de ventanas.
Hay
destrucciones y hay ganas
de
iniciar otra aventura.
IV
No hay
brújulas,
pero
vamos al norte,
siempre
hay estrellas
ahogadas
bajo las huellas.
Nadie
sabe
que
arrancamos las raíces,
que
llevamos la tierra para nacer.
¿Quién
ha visto florecer
el
cactus en la nevada?
¿Y
quién la coordenada
que nos
impide crecer,
que
atenta contra el hogar?
El mar
no tiene raíces,
ni
imanes, ni directrices.
Nos
debemos al azar
pero es
mejor naufragar
que
sostener girasoles que no existen,
mirar
soles que se apagan.
Es
mejor, la espina de alguna flor,
que
sufras a que te inmoles.
V
La
patria no nos observa
la
patria nos acompaña
sin
exigirnos la hazaña,
sin
convertirse en proterva filosofía,
ni en
sierva.
Le
debemos el abrazo,
la
esperanza y el ocaso,
la
cabeza contra el muro,
un rayo
de sol oscuro,
la
victoria y el fracaso,
el amor
y la costumbre,
el
origen, la floresta,
el
destino, la protesta,
el
silencio de la cumbre.
Es
mejor que nos deslumbre
la
palabra que el mutismo.
Un
complejo mecanismo
nos ha
nacido en los hombros
No son
alas,
son
escombros de la vida,
de uno
mismo.
YOLANDA ARROYO
Tembandumba de la Yolanda
Tembandumba
usurpa mis bembes
me abre
una antilla en el pecho
una
plantación de esclavos en cada pezón
latigazos
en cada palpitación
un
barco negrero de madres oscuras
que se
ahogan ellas mismas
para
así evitar al mayoral y al amo
para
así evitar la sodomía
la
destrucción de matrices
los
dolores de parto a jovencitas de diez
un
Caribe que abanica mis labios grandes
una
Tembandumba que atraca mi afro
rescata
mi culo
estas
caderas asesinas que culipandean sueños
estas
nalgas voluntariosas
que me
hacen ser
existir
esa
Tembandumba que ha consolado mi tristeza acosada
que se
ha regodeado en la crueldad de los burlones
en la
mofa de quienes no defienden
no
reivindican
no se
solidarizan
castigo
a los de tez blanca que oprimen
y a los
de tez oscura que sudan complicidad
a
quienes imitan el hablar de una negra desconocida
sonoridad
de época arcaica
objeto
de risa
ruidos
de lengua que no me identifican
esa
Tembandumba no quiere ser negroide
no cree
en la negra maldad de canciones preciosas
soy
negra,
soy
estas bembas hermosamente ordinarias
soy
negra,
soy
este afro abultado sin alisar
soy
explayá, ensanchada, esparcida, denunciadora
soy
rizos encaracolados
alentados
por surcos de trenzas
enmarañados
con el ruido de tambores hechos mapas de escape
trenzas
liberadoras
soy Tun
Tún afroantillana
de pasa
y grifería
con
rumba, macumba, candombe, bámbula
entre
unas filas afroboricuas
soy
calabó
deidad
bambú
mano
azabache
prieta
cachonda que al Congo clama
soy
negra Tembandumba, maestro Palés
soy
grifa y pura negra, maestra Julia
soy
Guillén, Carpentier, Calibán, Makandal
soy de
la Encendida Calle Antillana.
ALEJANDRA MACHUCA
Premoniciones
a veces
pienso
cómo
será cuando hayan pasado cincuenta años
y todo
este pasado sea por fin y verdaderamente apenas el camino
qué voy
a hacer cuando caiga en la cuenta de todo lo que existe cuesta abajo
desde
cualquier barco
todas
las orillas
alumbrarán
tu pelo
JOSÉ ALFREDO SOTO
“Detrás de cada
vagina hay una botella de licor”
me dijo así mi padre.
me dijo así mi padre.
Ahora
me toca a mí
Cuando la sombra en la cabeza
de sus hijos, detenida,
mi herencia de polvo,
grotesca, grácil, así sea.
Así mismo,
misma silla, misma mesa,
mismo vaso,
una carcajada igual,
me toca.
Y es bonito porque no se sabe
como debemos
llorar.
Cuando la sombra en la cabeza
de sus hijos, detenida,
mi herencia de polvo,
grotesca, grácil, así sea.
Así mismo,
misma silla, misma mesa,
mismo vaso,
una carcajada igual,
me toca.
Y es bonito porque no se sabe
como debemos
llorar.
Desde
el fondo de la sangre hacia adentro
los de mi estirpe lloran
(vierten la mirada)
con miel de flor, con nombre
se me va el alma
por la boca a donde las almas
miran su cuerpo
y mi padre y mi abuelo
y una sola sonrisa (de frente)
de cristal.
los de mi estirpe lloran
(vierten la mirada)
con miel de flor, con nombre
se me va el alma
por la boca a donde las almas
miran su cuerpo
y mi padre y mi abuelo
y una sola sonrisa (de frente)
de cristal.
Junto a
esas cejas, mundo,
donde la escarcha crese
y pasa
de los labios;
un paño de transparencia,
un manantial para borrar los ojos
desaprender lo no aprendido, pero no
no quiero,
pero bebo.
donde la escarcha crese
y pasa
de los labios;
un paño de transparencia,
un manantial para borrar los ojos
desaprender lo no aprendido, pero no
no quiero,
pero bebo.
Me
falta el cuerpo sin mi sangre,
beber de ella es perder y ser hermoso y fuerte
irse de los ojos
a donde dos cuerpos que se alejan,
a donde mis ancestros,
seguir la vista
y el tiempo:
una cama para dos
que nunca duermen nunca
en la misma noche.
beber de ella es perder y ser hermoso y fuerte
irse de los ojos
a donde dos cuerpos que se alejan,
a donde mis ancestros,
seguir la vista
y el tiempo:
una cama para dos
que nunca duermen nunca
en la misma noche.
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