jueves, 19 de mayo de 2022


 

ROSARIO SANSORES

 

 

Si tú me dieras un hijo

(fragmento)

 

  

El trigo está germinando,
bajo la noche dormida
luceros están brillando
igual que abiertas pupilas;
los capullos entreabren
sus corolas encendidas
y en todas las cosas late
el misterio de la vida.

Amado, si me besaras
toda yo palpitaría.

Soy como la tierra fértil
esperando la semilla,
soy grano bajo la estepa
que mañana seré espiga.
Tengo adolorido el seno
por ansias desconocidas
y miro extraños reflejos
y sufro extrañas asfixias.

Amado, si me besaras
mi vida te entregaría.

Está cantando la fuente
su canción pura y sencilla;
la fuente me va contando
secretos de maravilla;
el terciopelo del prado
es blando, como alcatifa,
y el viento está murmurando
misteriosas melodías.

¡Soy grano de trigo rubio
y mañana seré espiga!

 

 

 

CLAUDIA MEYER

 

 

La vida se aprecia

 

 

La vida se aprecia por los sentidos.
Es la estación del frío.
Percibo ahora la vida por los matices de la omisión.

 

 

FERNANDO ESPEJO

  

 

 

 

La tarde

 

 

Caminas por la playa.
Te va peinando el viento
como una ola que en el mar se peina.
Cae tu pelo
y la noche va cayendo por tu espalda.

Miro al cielo,
casi lo toco de tan encendido
y un regazo
de estrellas es tu falda.

Sólo queda
un pedazo
de sol
se va, se ha ido…
se puede oír el respirar del alma
y todo se quedó como dormido.

Fuera de mi ansiedad
todo está en calma.

 



EMMA POSADA

 

  

Desolación

 

 

Llamaron a mi puerta, y por temor a las sombras y a los lobos hambrientos no respondí. ¿Fue el huracán, el amor, o la muerte? ¡Quién sabe! ¡Tal vez!

Más tarde tuve encendida mi lumbre y servido mi vino. Nadie llamó. Los búhos silbaban en mis ventanas.

Y ahora que las sombras rondan, en vano digo: regresa, peregrino; caliéntate a mi lumbre y bebe mi vino. Nadie responde…

Fuera, en el sendero, un grillo deshila una canción sedienta… rueda una hoja seca.

Dentro, se apaga la lumbre y se derrama el vino.

 

De: “Noche mendiga” 

 

 

FRANCISCO RUIZ UDIEL

 

  

Quiero morir en un poema

 

 

Quiero morir en un poema
y nunca levantarme,
dejarme caer en el cetro olvidado
del flanco de un pájaro
ser removido por el viento.
Nadie sabrá que he muerto,
me asfixiaré mil veces en el pulmón
que agoniza en tu pecho,
un cuerpo ahogado
cuando pases,
sin que lo sepas.

  

De: “Alguien me ve llorar en un sueño”

 

HERNANDO DE ACUÑA

 

  

Como vemos que un río mansamente

 

 

Como vemos que un río mansamente
por do no halla estorbo, sin sonido,
sigue su natural curso seguido,
tal que aun apenas murmurar se siente;

pero si topa algún inconveniente
rompe con fuerza y pasa con ruido,
tanto que de muy lejos es sentido
el alto y gran rumor de la corriente:

por sosegado curso semejante
fueron un tiempo mis alegres días,
sin que queja o pasión de mí se oyese;

mas como se me puso amor delante,
la gran corriente de las ansias mías
fue fuerza que en el mundo se sintiese.