"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 6 de octubre de 2017
MOISÉS VEGA
Bajo la
brasa de los años
has perdido noción del juego
quedan en cenizas
has perdido noción del juego
quedan en cenizas
la
moneda del volado
el trago interminable
de las pintas a mediodía
el trago interminable
de las pintas a mediodía
pero
ante todo
en los cimientos
se ha quedado el amigo
su puño óseo
su envergadura
tu propio tiempo raso
prescrito por el miedo
en los cimientos
se ha quedado el amigo
su puño óseo
su envergadura
tu propio tiempo raso
prescrito por el miedo
De: “Memorias del cuerpo”
HAMLET AYALA LUGO
Andar de ciegos
Nada de
esto es raro
al
final
nada de
esto nos extraña
su
agudeza insondable
membrana
sorda de saber
imágenes
convulsas
que se
pierden
y al
tiempo se repiten
en un
borrón perpetuo
que nos
viene distante a la pupila
roba la
claridad
nada
nos promete
.
Pero cómo nos mueve
Pero cómo nos mueve
la
opaca incertidumbre
una
neblina pesada
que
hunde nuestro andar
en algo
poco claro
un día
vaporoso
de
noche
y sin
querer.
HÉCTOR DE PAZ
(En todas las lenguas)
En
todas las lenguas
el amor desborda vocablos
que lo nombran
el amor desborda vocablos
que lo nombran
los
amantes aprenderán
-entonces-
el duro trajín
del silencio.
-entonces-
el duro trajín
del silencio.
De: “Ahogada lumbre la sangre”
PAULINA VINDERMAN
Escalera de incendio
Me asomo a la ventana como todas las tardes
para escribirte.
Este cielo es tan pálido que da miedo mirarlo
(y de los jacarandáes con el abuelo basta.)
Sé que estoy viva, es decir
camino calles y Veo el trabajo del azar
en la arboleda.
Nada resplandece en los papeles que rondo,
el muchacho de la batería toca de seis a siete
mientras su madre visita amigas
con alguna receta para dejar de amar.
En todo caso la soledad es la que resplandece
y a veces la sequía,
quiero ver al infinito revolotear
en esa torpe batería:
una señal, la traición de una señal, la ficción
de una señal.
Nada es seguro, ya ni siquiera me desvelo
por una palabra para hacerle feliz.
Me asomo a la ventana como todas las tardes
para escribirte.
Este cielo es tan pálido que da miedo mirarlo
(y de los jacarandáes con el abuelo basta.)
Sé que estoy viva, es decir
camino calles y Veo el trabajo del azar
en la arboleda.
Nada resplandece en los papeles que rondo,
el muchacho de la batería toca de seis a siete
mientras su madre visita amigas
con alguna receta para dejar de amar.
En todo caso la soledad es la que resplandece
y a veces la sequía,
quiero ver al infinito revolotear
en esa torpe batería:
una señal, la traición de una señal, la ficción
de una señal.
Nada es seguro, ya ni siquiera me desvelo
por una palabra para hacerle feliz.
De: "Transparencias"
MIGUEL VEYRAT
Soy rojo como
aurora...
Soy rojo como aurora
y amo a Gilgamesh. En sus ojos
arden todos los colores
y su mente es el punto
en que la luz se convierte
en una forma. Mi sola posesión
mi patria será siempre su rostro
igual al claro día. Piedras
y estrellas laten en sus pechos
y en la espesura del vientre
tiembla su fruto como el mío:
¡Soy el cielo y no puedes tocarme!
¡Soy la tierra y no puedes
hechizarme! Sólo viento llevan
nuestros pies errantes.
Soy rojo como aurora
y amo a Gilgamesh. En sus ojos
arden todos los colores
y su mente es el punto
en que la luz se convierte
en una forma. Mi sola posesión
mi patria será siempre su rostro
igual al claro día. Piedras
y estrellas laten en sus pechos
y en la espesura del vientre
tiembla su fruto como el mío:
¡Soy el cielo y no puedes tocarme!
¡Soy la tierra y no puedes
hechizarme! Sólo viento llevan
nuestros pies errantes.
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