domingo, 4 de noviembre de 2012


NICOLÁS GUILLÉN






Negro bembon



¿Po qué te pone tan brabo,
cuando te dicen negro bembón,
si tiene la boca santa,
negro bembóm?

Bembón así como ere
tiene de tó;
Caridá te mantiene, te lo dá tó.

Te queja todavía,
negro bembón;
sin pega y con harina,
negro bembón,
majagua de drí blanco,
negro bembón;
sapato de dó tono,
negro bembón.

Bembón así como ere
tiene de tó;
Caridá te mantiene, te lo dá tó.



EMILIO BALLAGAS






Para dormir a un negrito



Drómiti mi nengre,
drómiti nengrito.
Caimito y merengue,
merengue y caimito.

Drómiti mi nengre,
mi nengre bonito.
¡Diente de merengue,
bemba de caimito!

Cuando tú sia glandi
va a sé bosiador…
nengre de mi vida,
nengre de mi amor…

(Mi chirivicoqui,
chiviricocó…
¡Yo gualda pa' ti
tajá de melón!)

Si no calla bemba
y no limpia moco,
le va'abrí la puetta
a Visente e'loco.

Si no calla bemba
te va'da e'gran sutto.
Te va 'a llevá e'loco
dentre su macuto.

Ne la mata e'güira
Te ñama sijú.
Condío en la puetta
Ettá e'tatajú...

Drómiti mi nengre
Cara'e bosiador,
nengre de mi vida,
nengre de mi amor.

Mi chiviricoco,
Chivicoquito.
Caimito y merengue,
merengue y caimito.

Ahora yo te acuetta
la'maca e'papito
y te mese suave…
du'ce…depasito…
y mata la pugga
y epanta moquito
pa' que droma bien
mi nengre bonito…

ROLANDO MORELLI






III




Límites
"Sólo la voz humana tiene límites"
V. Aleixandre


Más acá de todo se pierden las palabras
Ahora, por ejemplo, no sé qué estoy diciendo
¿Quién por mí lo sabe?
Y sin rozar un límite
que persistentemente ignoran,
un confín al parecer lejano,
se pierden

¿A dónde irán las cosas que se dicen?
¿A qué lugar remoto que no alcanzo?

No hay si no límites
que la voz se empecina en ignorar

Ignora que la súplica no llega a su destino
Un gavilán de indiferencia
O tal vez: la fatiga
la abaten en su vuelo
Y ni siquiera telegramas,
poemas, cartas
llegan nunca

Sólo la voz humana tiene límites
que desconoce
Condición de estrella que se apaga
y llega tarde con su luz a otro universo

¿A quién van mis palabras? Éstas
que musito
¿Quién me escucha aún?

En la insondable nada se deshacen
y caen sin dejar huellas

JORGE LUIS BORGES




  

El Mar




Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.

¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?

Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas

tardes, la luna, el fuego de una hoguera.
¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.

GABRIELA MISTRAL




  
Besos



Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.