jueves, 4 de octubre de 2018


ROBERTO LÓPEZ MORENO





Motivos para la danza
(Fragmento)



III

Fue en Tlatelolco,
Nosotros lo vimos esta tarde,
con nuestros ojos ardientes lo vimos,
lo sentimos, lo palpamos, nosotros lo vimos.
¡Dancemos!
Destruyamos todo con la danza
para hacernos la luz y el nuevo tiempo,
hacer el canto.
Fue en Tlatelolco,
nosotros lo vimos,
estaban todos reunidos para empezar la danza.
Era la primera época,
fue en Tlatelolco,
el quinto sol danzaba sobre nuestras cabezas,
la piedra era la cama de los siglos,
la lengua de los hombres,
la lengua de los vientos,
la lengua de esa tarde,
de allá del cielo bajo,
fue del cielo que bajó
como un relámpago,
del cielo bajó el rayo verde,
los hombres se reunían para iniciar la danza,
luego llegaron los perros de la muerte,
babeaban,
sus pisadas sobre las escalinatas,
plam, plam, plam,
sus pisadas,
plam, plam.
Del cielo cayó como un cometa,
un rayo verde, un relámpago verde, una estrella verde.
Nosotros somos testigos.
Caían sus pisadas, plam, plam, plam.
Sus pisadas plam, plam, plam,
clavaban sus pezuñas en el piso,
babeaban,
los hombres caían en medio de la danza.
Que florezca todo
porque todo está muerto,
porque mataron todo.
Que se acabe todo porque reconstruiremos todo,
lo haremos todo, nacerá todo,
volverá todo con la danza,
dancemos,
sus pisadas, plam, plam, plam,
reconstruiremos todo con la danza,
porque acabaron todo,
porque mataron todo,
todo murió en un tumulto de fuego.


IV

¡Comience la danza!
Porque esta noche
nos hemos echado al hombro un compromiso,
el de encontrarnos nuevamente,
el compromiso de hablar
hasta la fatiga misma de nuestra saliva,
a palabra calada.
Hay que romper los verbos y la sangre amordazada
para marcar el asco con toda nuestra lengua
y quemar con la ceniza de los muertos ciegos
una cruz en la frente de los criminales,
el que dio la orden en Palacio,
“el responsable soy yo”,
y las hienas de pronta ejecutoria.
Y bien, todos los días son hoy,
que lo digan los cuerpos cerrados
para siempre en Tlatelolco
con las venas vencidas en las escalinatas,
que lo digan los herederos de este rito cruento,
sobre 68 deyecciones,
el que salió de su casa un diez de junio
para rebautizarse con la muerte,
el que azota las plumas lastimadas
en subterráneos plenipotenciarios.
“El responsable soy yo”.
Sí, claro, el responsable eres tú, pero también yo,
y todos los pronombres responsables del idioma,
y todos los minutos silenciosos,
y el desconocimiento de la palabra ¡Basta!
En esas condiciones
me asusta entrar a las maternidades de luz vertiginosa,
palpar mi sien intacta
y que mañana siga siendo el hoy de siempre,
y saber que jamás olvidaremos Tlatelolco
desde esta descarnadora tumultez de tierra


V

Aquí se acabó la danza. ¡Dancemos!



SERGIO GARCIA





Este no es Campeche, señores



Y hoy colorean las fachadas de tus casas
Para venderte
Como una prostituta que se pinta los labios.

Tú no eres así,
es un engaño,
¿Dónde están tus muros de cal y canto?


MIGUEL RASH ISLA





Obsesión



Nunca te encontraré; nunca a mi lado
veré fulgir tu cándida silueta,
novia de mis ensueños de poeta,
que a través del vivir tanto he buscado.

Con insistente afán alucinado,
bajé a la sima y ascendí a la meta,
y en ninguna mujer te hallé completa:
en todas ¡ay de mí! te he equivocado.

Ya no te busco. ¿Para qué? Vendrías,
envuelta en engañosas fantasías,
a darme la ilusión de que ella eres,
mas al tocar tu frágil hermosura,
sentiré renovarse la amargura
que en mí dejaron las demás mujeres.


ROBERT DESNOS





Infinitivo



Ahí morir oh bella pavesa ahí morir
ver las nubes fundirse como la nieve y el eco
principios del sol y del blanco pobres como Job
no morir aún y ver durar la sombra
nacer con el fuego y no morir
apretar y abrazar amor fugaz el cielo opaco
ganar las alturas abandonar el borde
y quien sepa descubrir lo que amo
omita transmitir mi nombre a través de los años
reír en horas tormentosas dormir al pie de un pino
gracias a las estrellas iguales a una cifra
y morir de lo que amo al borde de las llamas.


Versión de Jorge Fernández


UMBERTO SABA





Ulises



Oh, tú que eres tan triste y con presagios
de horror -Ulises declinante- ¿ninguna
dulzura en tu alma aúna
la Llama
por una
pálida soñadora de naufragios
que te ama?


Versión de Jesús López Pacheco


PEDRO CASARIEGO





Barnízate

                                                                c. 1980



barnízate
                     te quiero
                                        genio del can-can
                                                                             docena de flores.

Eres toda la tierra
docena de flores
música ciega,
                            eres todos los templos
                            todos los tigres
                            todos los días,
                                                          eres el número de teléfono de Dios.

Tus ojos azules azor de los ojos
tus manos cerradas y el campo abierto y amarillo,
sólo te echo de menos
cuando estás conmigo

cuando estás conmigo
cuando buscas agua en el desierto de mi boca

sólo te echo de menos
cuando estás conmigo,
entonces trago más humo
tengo más miedo
veo más luces.
Van Gogh quiere pintarte los labios antes de morir.

Eres un bosque de un solo árbol,
                                                                   cuando me miras
                                                                   estoy quieto y soy quietud
                                                                   pero cuando no me miras
                                                                   bailo tan salvajemente
                                                                   clavo tantas navajas
                                                                   pienso tan poco en ti

                                              te echo de menos cuando estás conmigo
                                              no existo cuando no estás,
                                              te vas y me convierto en baile
                                              te vas y me convierto en ala.

Si quemas mi tristeza con tu risa
te enamorarás de mí
y dejaré de subir
tantos montes de amargura.


Te escribo para decirte
que eres un almendro de fuego

te escribo para decirte
que no quiero decirte nada
que sólo quiero abrazarte
buscar el calor de tu vida.