"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 2 de septiembre de 2022
DORI GÔMEZ
Sentires
del alma
Lágrimas
de hielo
resbalan
lentamente,
amores
perdidos
poemas
inacabados;
un
cielo negro
invade
mi cuerpo
un
aire fresco me
recorre.
Quiero
ser agua
para
bañarme y sentir
un
sueño húmedo,
pero
solo soy viento
que
se arrastra.
Quisiera
que me vieran sonriente
sobre
una vida en calma
para
que me sientan como
éter
de lo azul que me
calienta
el alma.
Pero
solo soy sombras,
de
un lugar pasado
donde
cartas de amor
se
atan con lazos negros,
mientras
me recuesto en mi cama.
COVENTRY PATMORE
Las
victorias del amor
Quien
oye una vez con claridad
la música de las esferas prohibidas,
en adelante estará solo,
y durante el resto de sus días,
como alguien que recorre la Muralla China,
de un lado divisará ciudades y cortesías,
y de otro verá leones.
ALICE MEYNELL
El regreso a la naturaleza
PROMETEO
Fue en el sur, en medio de todo,
tierra adentro, a mediados de verano, mediodía;
y en lo más profundo de un manantial
se reflejaba el sol de junio.
¡Qué espléndida frescura! ¿Quién robó
este sol, este fuego, del cielo?
Lo preserva brillante en su alma
Prometeo, el perdonado.
TETIS
Bajo
su brillante influencia los poetas se atreven
con lo que percibe el ojo salvaje de la fantasía;
similitudes: la claridad, la justicia,
luz misteriosa de las imágenes.
Cerca
del mar azul amo lo mejor,
la espuma plateada juega y flota, esbelta;
y diviso (tras Wordsworth y los demás)
sus naturales, griegos y plateados pies.
VÍCTOR ANGULO
Los
polígonos industriales
Los
polígonos, dices,
me
gustan los polígonos industriales. Sus calles.
Me
gustan las carreteras que se cruzan en perpendicular,
los
árboles que nunca serán altos,
la
vida sencilla de las cadenas de montaje.
Me
gustan las fábricas,
las
fiestas que se montan durante los fines de semana,
cualquier
lugar donde la música no molesta
y la
gente baila como si fuera el fin del mundo;
como
si la intensidad de la noche jamás fuera a interrumpir
los
sueños de grandeza, las ansias de poder,
las
ganas de presunción y delirio.
Tras
la expansión de la juventud, sin embargo;
tras
la ilusión de los concesionarios
y el
destello de los almacenes chinos,
tras
el milagro de la gestión y la logística,
me
gustan los talleres.
Me
gusta lo pragmático, lo simple,
por
fin la tierra allanada y dividida en parcelas,
la
multiplicación de las salas de cine,
las
ventajas de los autoservicios 24 horas.
Siempre
rodeados de soledad,
siempre
dominados por el placer y la aventura,
envueltos
en medio del estupor,
me
gustan los coches que hay aparcados
delante
de los clubs nocturnos,
los
camiones que llegan intempestivamente,
las
luces de las naves comerciales.
Me
gustan las salas de juego,
los
supermercados que hay a la salida de las autovías,
el
esplendor y el descontento,
las
voces de este tiempo tan distinto a otros;
tan
diferente porque me gusta lo nuevo,
lo
verdaderamente nuevo de los polígonos industriales,
la
gente que pasea,
las
extensiones traslúcidas de la vida.
De:
“Street View”
LETICIA SALA
Olor
Veracruz; Ciudad de México; Greenwich,
Connecticut:
me hablarás de estos lugares
que no conozco
una y otra vez.
Me describirás las casas en las que
viviste,
y cuando yo te llevé a la que yo viví,
me ayudarás a identificar
el olor de todo aquello
que
nunca supe descifrar sola.
De:
“In Real Life”
