"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 2 de octubre de 2019
ALEJANDRO AURA
Canción para la golondrina
La
golondrina es animal corriente,
es obvia su semejanza con el torso de una mujer flaca aullando en la cama de los árboles; tocan sus plumas
más ocultas las ramas con el viento;
es obvia su semejanza
con sus piernas, sus caderas (la línea),
quizás un velo para tapar honestamente,
aladamente,
el pubis de la golondrina.
Sólo para anunciar la lluvia viene,
vuela haciendo grumos en la tierra como en el asfalto, porque no tiene prejuicios la naturaleza;
abundadora de las fuentes del canto,
acrecentadora del agua de las cacerolas,
extirpadora de los dineros del mar mal llevado a esta gruta de dolorosa entraña,
golondrina;
pero insisto,
la golondrina es animal corriente;
no de las vigas del techo hizo su nido sino
para estar atenta al doblez de nuestras horas lúbricas; espeso es el rayo de la luz
que queda entre nosotros y la golondrina
cuando estamos desnudos ella y yo,
esta pájara y yo,
esperando a que caigan las primeras gotas
para romper todo hechizo de elegancia
y partir soeces
a otra soledad
más
refinada.
es obvia su semejanza con el torso de una mujer flaca aullando en la cama de los árboles; tocan sus plumas
más ocultas las ramas con el viento;
es obvia su semejanza
con sus piernas, sus caderas (la línea),
quizás un velo para tapar honestamente,
aladamente,
el pubis de la golondrina.
Sólo para anunciar la lluvia viene,
vuela haciendo grumos en la tierra como en el asfalto, porque no tiene prejuicios la naturaleza;
abundadora de las fuentes del canto,
acrecentadora del agua de las cacerolas,
extirpadora de los dineros del mar mal llevado a esta gruta de dolorosa entraña,
golondrina;
pero insisto,
la golondrina es animal corriente;
no de las vigas del techo hizo su nido sino
para estar atenta al doblez de nuestras horas lúbricas; espeso es el rayo de la luz
que queda entre nosotros y la golondrina
cuando estamos desnudos ella y yo,
esta pájara y yo,
esperando a que caigan las primeras gotas
para romper todo hechizo de elegancia
y partir soeces
a otra soledad
más
refinada.
De: “Alianza para vivir”
MARINA TSVETAIEVA
Mi jornada
Mi
jornada es un absurdo sinsentido
Yo
espero del pobre una limosna,
Y
doy al rico generosamente.
Ensarto
un rayo en la aguja
Confío
mi llave a un bandolero
Y
pinto de blanco mis mejillas.
El
pobre no me da su pan,
El
rico no acepta mi dinero,
En
la aguja no entra el rayo.
Entra
sin llave el bandolero,
Y
la tonta llora a cántaros—
Sobre
su jornada de sinsentidos.
29 de julio de 1918
GEORG TRAKL
Karl Kraus
Blanco,
supremo sacerdote de la verdad,
Voz
cristalina, morada del gélido aliento de Dios.
Mago
iracundo, bajo tu capa en llamas
Resuena
la azul armadura del guerrero.
SAUL IBARGOYEN
Cero
Aquello
sucedió rápidamente.
Tan
de pronto ocurrió
que
no hubo tiempo
de
cerrar los ojos
de
mirar
de
tener miedo.
Quedaron
manos detenidas
en
actos de amor
de
piedad de furia
los
gritos fueron
rígidas
flechas absorbidas por el viento
el
sol un diente helado
comiéndonos
los nervios
la
noche una distancia
claramente
presentida
los
amantes estatuas
abrazadas
a lo eterno.
Tan
de súbito ocurrió
fue
aquello tan perfecto
que
el árbol
no
fue árbol
ni
la rosa
fue
rosa
ni
el niño
fue
niño
ni
la piedra
fue
piedra
ni
el agua
fue
agua
ni
el silencio
silencio.
Un
nuevo sistema
castigó
la hierba
penetró
las escamas y los pétalos.
Ya
nadie pudo
refugiarse
en el sueño
ya
nadie tuvo luz
ya
nadie tuvo sombra
ni
se miró al espejo
ni
copió más pecados
ni
adquirió más defectos
ni
exaltó pasiones
para
después negarlas
ni
murió por verdades
o
por alma
ni
se mezcló entre el futuro
y
el recuerdo
ni
se agarró
al
desgaste del deseo
ni
a la fiebre
ni
a la fe
ni
a una planta
de
sencillas hojas verdes
ni
a un perro esperando
con
la cola levantada
ni
a un perfume
de
cabellos en la noche
ni
a un fantasma
disfrazado
de esperanza.
Aquello
fue tan rápido
tan
técnicamente exacto
y
en pureza concebido
que
los ojos abiertos
quedaron
abiertos
y
los ojos cerrados
quedaron
cerrados
y
los informes fueron
por
siempre
secretos.
Fue
tan rápido
que
ocurrió
en
menos del tiempo
necesario
a la boca
para
ser un beso.
Porque
aquello vino de una boca
fríamente
diciendo:
Tres
Dos
Uno
Cero.
LÍBER FALCO
Visita
A
esa hora de la madrugada,
hora
en que los enfermos mueren,
en
que los cristales se enfrían,
en
que Dios nos olvida,
a
esa hora la vi.
Una
lenta lava triste, caminaba su cara.
Mano
de hueso, pie de sombra oscura,
la
boca manándole negruras,
junto
a mi cama estaba.
JUAN GUSTAVO COBO BORDA
Colombia es una tierra de leones
País
mal hecho
cuya
única tradición
son
los errores.
Quedan
anécdotas;
chistes
de café,
caspa
y babas.
Hombres
que van al cine, solos.
Mugre
y parsimonia.
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