"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 29 de septiembre de 2012
SALVADOR NOVO
Amor
Amar
es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
Amar
es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
Amar
es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.
GABRIEL ZAID
Circe
Mi
patria esta en tus ojos, mi deber en tus labios.
Pídeme
lo que quieras menos que te abandone.
Si
naufragué en tus playas, si tendido en tu arena
soy
un cerdo feliz, soy tuyo, más no importa.
Soy
de este sol que eres, mi solar esta en ti.
Mis
lauros en tu dicha, mi hacienda en tus haberes.
JOSÉ EMILIO PACHECO
Mar
eterno
Digamos
que no tiene comienzo el mar
Empieza donde lo hallas por vez primera
y te sale al encuentro por todas partes
Empieza donde lo hallas por vez primera
y te sale al encuentro por todas partes
JESÚS MUNARRIZ
Será
mejor así...
Será
mejor así.
Tu rostro eternamente trenzará entre mi pecho
inéditos cordajes,
se mantendrán tus manos taumaturgas,
y en tu ritmo no habrá jamás monotonía.
El color de tus ojos siempre será distinto,
y el sabor de tu piel,
y el de tu boca.
Jamás será rutina desnudarte
ni ver cómo te ocultas.
Porque no te atreviste
a romper con tu mundo cotidiano,
no será nunca el nuestro cotidiano,
rutinario y monótono.
Cada cual vivirá a solas su jornada
y en vez de soportarnos mansamente,
yo haré literatura entre otras cosas,
y tú no sé qué harás, fuera de mi memoria.
Tu rostro eternamente trenzará entre mi pecho
inéditos cordajes,
se mantendrán tus manos taumaturgas,
y en tu ritmo no habrá jamás monotonía.
El color de tus ojos siempre será distinto,
y el sabor de tu piel,
y el de tu boca.
Jamás será rutina desnudarte
ni ver cómo te ocultas.
Porque no te atreviste
a romper con tu mundo cotidiano,
no será nunca el nuestro cotidiano,
rutinario y monótono.
Cada cual vivirá a solas su jornada
y en vez de soportarnos mansamente,
yo haré literatura entre otras cosas,
y tú no sé qué harás, fuera de mi memoria.
ANTONIO JOSÉ MIALDEA
VII.
Ni uno solo de estos versos...
Ni
uno solo de estos versos
incendiará mi pecho como lo incendiará mirarte.
Esta muerte, cada vez más honda, esta noche
de luna en que tus manos defienden mi hermosura,
estas alas que siento batir sobre el aire cansado
me descubren tu rostro de absoluto vacío.
incendiará mi pecho como lo incendiará mirarte.
Esta muerte, cada vez más honda, esta noche
de luna en que tus manos defienden mi hermosura,
estas alas que siento batir sobre el aire cansado
me descubren tu rostro de absoluto vacío.
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