lunes, 23 de marzo de 2020

ALICIA MOREAU DE JUSTO, FEMINISTA, ARGENTINA

THOMAS BERNHARD





14 de agosto



Quisiera tener un amigo en quien confiar. Un amigo con quien aconsejarme.
Pero no tengo a nadie, y si tuviera a alguien -de todos modos hay límites a lo que uno
puede exigir de los amigos.
Siempre he sido bastante solitario. He acarreado mi soledad por entre la multitud,
como el caracol su casa. Para algunos, la soledad no es una circunstancia en que
han ido a dar, sino un rasgo del carácter. Y mi soledad me ha enseñado una gran verdad:
ocurra lo que ocurra, tanto si las cosas salen bien como si salen mal, mi «castigo» será
siempre la prisión perpetua en incomunicación.


De: "Doktor Glas"
Versión de Gabriel Ferrater


GUNNAR EKELÖF





2. ¿Has visto florecer el desierto?
Dime: ¿Has visto el desierto en flor?
Dime, para que yo sepa
cómo luce un desierto en flor
-Yo he visto florecer el desierto
Era el rostro del ciego
cuando tocó con la mano algo
que su boca recordaba.


De: “La novicia de Spalato”


GERMAN BLEIBERG





El amor y el paisaje



Un hálito de rocío en mis venas,
una mariposa que sangra,
tu voz hecha cristal quebrándose en el río de la noche,
y yo, llama menor de la muerte, soñando.
El otoño desliza antiguas alas de galgo
por las calles de la ciudad perdida,
los niños estremecen su cántico entre hierbas tristes,
mi voz se sumerge en el paisaje escondido,
mientras un dócil viento
martiriza mis ojos con súbitas ausencias.

¿Dónde ciñen ahora tus manos acostumbradas al asombro del tilo
mi carne desamparada?
Una ligera sombra corrige nuestro llanto,
y la víspera del naufragio es bendecida
por el mar y por las rocas
y por el gozo de ser en tu hermosura un lirio sin fondo.

Las flores de nuestro jardín nocturno
no son sino memoria y lejanía,
y bajo la luna silvestre, el olvido tiembla
como un álamo sin raíces.

Han arraigado en nuestra piel las primeras luces del alba,
y el mar con su oleaje salobre abraza nuestro anhelo,
y todo en nosotros vibra y canta y se abandona al grito.

¿Qué promesa de parque temblaba en tus ojos?
El amor es hoy la medida del tiempo
en las llagas que nacen de la soledad.
Sobre mi pecho, los siglos se consumen en su fuego,
y busco el asilo límpido de los nuevos árboles frutales,
busco la ventana abriéndose al mar embravecido,
donde todo es horizonte y paisaje y amor,
donde se yergue, en fin, esta trémula semilla exacta de la vida,
que se propaga de primavera en primavera.

Y tú, niña, llamándome con la misma voz que brota de mi sangre,
espérame, tú, la más dulce:
también yo he llamado a las puertas sombrías de la noche,
y sólo acuden el tiempo y el destino.

Toda mi alma, amor, sabe esperarte,
en esta penumbra marchitada,
mientras en mis ojos reside un ambiente de barco cercado por las olas,
y recuerdo el dolor convertido en experiencia.
¿Dónde se confunde la brisa con la paz delgada del padre muerto?
Quiero llegar a tus tranquilas puestas de sol,
alta melancolía impaciente,
quiero abrazarte en la raíz de toda mi vida,
quiero recordarte en la firme anunciación de mí mismo,
dulcemente morena bajo la melodía del cielo azul,
tú, lejana,
sin más principio que tu propia transparencia.


ALEKSANDR BLOK





Acepto todo lo que hubo...



Acepto todo lo que hubo
Nunca busqué mejor suerte.
Acaso hay algo mejor que haber amado
Algo mejor que haber ardido!

La felicidad y los sufrimientos
Impusieron sus huellas amargas,
Pero yo no desperdicié la antigua luz
En tempestades pasionales, ni en el tedio sin límites.

Y tú, a quien yo de nuevo he desgarrado
Debes perdonarme. Sé que nuestro destino es estar juntos.
Todo lo que no me has dicho con palabras
En tu semblante lo he adivinado.

Los ojos miran atentos
Y el corazón inquieto golpea en el pecho,
Continuando su camino ineluctable
En la fría oscuridad de la noche nevada.


Versión de Jorge Bustamante García


MARTINE BRODA






el instante
o bien          su
blancor

(un copo atraviesa el cielo)

en los pechos       hierba
tibia

lo que morirá

estío


HOWARD PHILLIPS LOVECRAFT





XX. Bestezuelas nocturnas



No sabría decir de qué criptas salen arrastrándose,
Pero cada noche veo esas criaturas viscosas,
Negras, cornudas y descarnadas, con alas membranosas
Y colas que ostentan la barba bífida del infierno.
Llegan en legiones traídas por el viento del Norte
Con garras obscenas que cosquillean y escuecen,
Y me agarran y me llevan en viajes monstruosos
A mundos grises ocultos en el fondo del pozo de las pesadillas.

Pasan rozando los picos dentados de Thok
Sin hacer el menor caso de mis gritos ahogados,
Y descienden por los abismos inferiores hasta ese lago inmundo
Donde los shoggoths henchidos chapotean en un sueño dudoso.
Pero ¡ay! ¡Si al menos hicieran algún ruido
O tuvieran una cara donde se suele tener!


De: "Hongos de Yuggoth"
Versión de Juan Antonio Santos y Sonia Trebelt