lunes, 17 de agosto de 2020


MERCEDES DE ACOSTA




La fe perdida



Vacío está el confesionario.
Desgastado —suavizado—
en colores antiguos y gloriosos está el mármol
en el que se ha arrodillado el penitente.
A paso lento me acerco y admiro
el lugar en que también yo una vez me arrodillé.
Y con reverente cercanía
yo, que ya no creo,
me inclino y beso el mármol
adonde aquellos que todavía creen
vendrán a arrodillarse.



MARÍA DE LOS REYES FUENTES BLANCO




Flores tardías



Vienen sus llamas cuando ya no somos
materia combustible de esos fuegos.

Un viento las sacude, ya qué tarde

para descomponer la arquitectura
de piedra, en la que un día —cuanto tiempo—
convirtieron la dúctil, blanda casa
donde quisimos alojar su entonces
nada inflamable corazón llamando.

Frígidos seres, con angustia y solos,

nuestro calor pidiendo mas negándose
a compartir la pira, el holocausto
donde el amor se ofrece. Que tardaban
en irse, porque hacían como un curso
de precalentamiento en que iniciarse
hacia la hoguera, el rito de vivirse
con esa incandescencia en que nos vieron.

Siglos hará de que nos convertían
llamaradas en roca; qué dureza,
tras la ceniza, nuestro ser tomando.
Granito somos cuando reaparecen
reveladores de voraz incendio,
de la necesidad y la belleza
de arder como ya entonces nos quemamos.

Viejos planetas, sí, donde los soles

pasan lejanamente por nosotros,
nada podemos ofrecer ahora
tras la tardía fundición de quienes
inoportunamente nos descubren.


JOHN BERRYMAN




Canción del sueño 14



La vida, amigos, es aburrida. No debemos decirlo.
Después de todo, el cielo destella, el inmenso mar suspira,
nosotros mismos destellamos y suspiramos,
y además mi madre me dijo cuando niño
(repetidamente) “Siempre confesar que estás aburrido
significa que no tienes

Recursos Internos.” Concluyo ahora que no tengo
recursos internos, porque estoy gravemente aburrido.
La gente me aburre,
la literatura me aburre, especialmente la gran literatura,
Henry me aburre, con sus problemas & quejas
tan mal como Aquiles,


que ama a la gente y el arte de vanguardia, que me aburre.
Y las colinas tranquilas, & la ginebra, parecen un lastre
y de algún modo un perro
se ha llevado a sí mismo & a su cola considerablemente lejos
dentro de las montañas o el mar o el cielo, dejando
atrás: a mí, el meneo.

BEN MOCADEM DE CABRA




Canción del amigo



Mi corazón se me va de mí.
¡Oh, Dios! ¿Acaso se me tornará?
¡Tan fuerte mi dolor por el amado!
Enfermo está, ¿Cuando sanará?


NARCÍS COMADIRA I MORAGRIEGA




Buenos propósitos




Adiós la piel ligera,
de la mirada espejo.
Para hundirse en el pozo,
ganar peso, ser piedra.

PEDRO LUIS MENÉNDEZ




III



Recorrió el silencio con la voz de dentro
resonando sorda la mañana pura
y en el absoluto de la orilla ardida
por la luz del alba
se escucharon todos
los gemidos hondos de los marineros
estertor y duelo de los horizontes
sangre de los hombres
cayendo y rodando la aventura oscura
patria de la tierra recomida y sabia
expresión del agua:
van por las mareas
los tirabuzones de las niñas blancas
crecen los latidos
de las soledades que nutre el olvido
y en el vientre enorme de la madre negra
se abrazan las almas de la esfera muerta
como un paraíso vuelto a los confines
de la gloria eterna
al azur de nieve
al amor de siempre
a su inmensa estela