miércoles, 13 de junio de 2018


ALLEN GINSBERG





Muere dignamente en tu soledad



Viejo hombre,
                               Yo profetizo recompensas

Más vastas que las arenas de Pachacamac
Más brillantes que una máscara de oro martillado
Más dulces que la alegría de ejércitos desnudos
      fornicando en el campo de batalla
Más rápidas que un tiempo pasado entre la noche
     de vieja Nazca y la de Lima nueva
            en el crepúsculo
Más extrañas que nuestro encuentro cerca del palacio
        Presidencial en un viejo café
    fantasmas de una vieja ilusión, fantasmas
                 del amor indiferente.


Versión de Marcelo Covian


JOSÉ MANUEL CABALLERO





Fábula



Nunca serás ya el mismo que una vez
convivió con los dioses.
                                                     Tiempo
de benévolas puertas entornadas,
de hospitalarios cuerpos, de excitantes
travesías fluviales y de fabulaciones.

                                  Tiempo magnánimo
compartido también con semidioses
errabundos y hombres de mar que alardeaban
del decoro taimado de los héroes.

Qué ha quedado, oh Ulises, de esta vida.

La historia es indulgente, merecidas las dádivas.
Los dioses son ya pocos y penúltimos.
Justos y pecadores intercambian sus sueños.


GUSTAVO OSORIO DE ITA





IV
[Trigal con cuervos]



errarás entre los trigos maduros
con estas manos duras vueltas
cobalto y cercenarás el sorgo
de tus sueños desperdigando las bandadas
con tu aletargada presencia Vincent
Ahí donde el cielo se quiebra y se vuelve
las nubes que son mares que te llevan
a seguir otros caminos justo ahí
tú no pondrás los ojos
Vincent a ti las rutas pertenecen
que dibujas vuelto curva
que linda con tu cuerpo que mañana
los cuervos pintarán de rojo y negro


De: “Cuatro retratos para Vincent”

En alusión a la pintura de Vincent van Gogh “Korenveld met kraaien



OMAR JAYAM





IV. El gran secreto



42

Y ni una de esas gotas que de la copa echamos
a la sedienta hierba, se escurrió bajo tierra,
a mitigar la angustia de un alma que olvidamos
y muy hondo y muy lejos en el tiempo dejamos.


EFRAÍN HUERTA





XIII. Tláloc



Sucede
Que me canso
De ser dios
Sucede
Que me canso
De llover
Sobre mojado
Sucede
Que aquí
Nada sucede
Sino la  lluvia
lluvia
lluvia
lluvia



CINZIA MARULLI




  
Las muñecas ciegas



Helas aquí las muñecas
todas en fila sobre la cama
a todas la niña mala
les ha quitado los ojos
en su lugar dos agujeros negros
como pozos sin fondo

Pero las muñecas están contentas
porque ya no podrán ver
al ogro malo que las desnuda
hasta la piel helada de miedo.
  

De: “Las mantas de Dios”