sábado, 12 de septiembre de 2015

ALFONSO REYES OCHOA




Apenas


A veces, hecho de nada,
Sube un efluvio del suelo.
De repente, a la callada,
Suspira de aroma el cedro.

Como somos la delgada
Disolución de un secreto,
A poco que cede el alma
Desborda la fuente de un sueño.

¡Mísera cosa la vaga
Razón cuando, en el silencio,
Una como resolana
Me baja, de tu recuerdo!


SALVADOR NOVO




Epifanía



Un domingo
Epifanía no volvió más a la casa.

Yo sorprendí conversaciones
En que contaban que un hombre se la había robado
Y luego, interrogando a las criadas,
Averigüé que se la había llevado a un cuarto.
No supe nunca dónde estaba ese cuarto
Pero lo imaginé, frío, sin muebles,
Con el piso de tierra húmeda
Y una sola puerta a la calle.

Cuando yo pensaba en ese cuarto
No veía a nadie en él.
Epifanía volvió una tarde
Y yo la perseguí por el jardín
Rogándole que me dijera qué le había hecho el hombre
Porque mi cuarto estaba vacío
Como una caja sin sorpresas.

Epifanía reía y corría
Y al fin abrió la puerta
Y dejó que la calle entrara en el jardín.



JAIME SABINES GUTIÉRREZ



  
Lloverás en el tiempo de lluvia



Lloverás en el tiempo de lluvia,
Harás calor en el verano,
Harás frío en el atardecer.
Volverás a morir otras mil veces.

Florecerás cuando todo florezca.
No eres nada, nadie, madre.

De nosotros quedará la misma huella,
La semilla del viento en el agua,
El esqueleto de las hojas en la tierra.
Sobre las rocas, el tatuaje de las sombras,
En el corazón de los árboles la palabra amor.

No somos nada, nadie, madre.
Es inútil vivir
Pero es más inútil morir.




JAIME MARIO TORRES BODET





Dédalo



Enterrado vivo
En un infinito
Dédalo de espejos,
Me oigo, me sigo,
Me busco en el liso
Muro del silencio.

Pero no me encuentro.

Palpo, escucho, miro.
Por todos los ecos
De este laberinto,
Un acento mío
Está pretendiendo
Llegar a mi oído...

Pero no lo advierto.

Alguien está preso
Aquí, en este frío
Lúcido recinto,
Dédalo de espejos...
Alguien, al que imito.
Si se va, me alejo.
Si regresa, vuelvo.
Si se duerme, sueño.
—"¿Eres tú?", me digo...

Pero no contesto.

Perseguido, herido
Por el mismo acento
—Que no sé si es mío—
Contra el eco mismo
Del mismo recuerdo,
En este infinito
Dédalo de espejos
Enterrado vivo.



JORGE CUESTA PORTE-PETIT




De otro fue la palabra antes que mía



De otro fue la palabra antes que mía
Que es el espejo de esta sombra, y siente
Su ruido, a este silencio, transparente,
Su realidad, a esta fantasía.

Es en mi boca su substancia, fría,
Dura, distante de la voz y ausente,
Habitada por otra diferente,
La forma de una sensación vacía.

Al fin es la que hoy, obscura y vaga,
Otra prolonga en mí, que no se apaga,
Sino igual a sí misma oye su sombra

Al hallarla en el ruido que la nombra
Y en el oído hacer crecer su hueco
Más profundo cavándose en el eco.



ALBERTO RUY SÁNCHEZ LACY





Entre tres árboles




Tres árboles.
La lluvia nos detiene
Bajo sus ramas.
Como ellas,
Nuestras miradas se cruzan.
Y el sol nos toca
Mientras se esconde.

Me pierdo entre tus brazos
Y tus piernas
Como quien se hunde
En un bosque
Del tamaño de la noche
Que comienza.

Perdido en ti
Te encuentro.

Tu mirada me guía
De tus bosques
Hacia tus mares.
Tu olor me envuelve
Y me anticipa
Lo que es
Estar en ti,
Entre los muros movedizos
De tu cuerpo:
En esa cámara obscura
Donde me inicias
Al deslumbramiento.

Encerrado en ti
Vuelo contigo.

Tu piel es mi piel
Por un instante.
Y es mi casa y mi bosque
Y es mi mar y mi mundo.
Y esa noche
Eres mi universo.

Y si salgo de ti
Y te miro y te toco,
Giro de nuevo
En tu fuerza:
Atracción
Que me trastorna.

Entro al ámbito
Del poder absoluto
De tu belleza.

Nunca saldré
De tu bosque triangular.
Del espacio
Posesivo
De tu fuerza.