"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 19 de noviembre de 2022
HUANG LIHAI
Algunas cosas se reordenan
El
mundo está escondido en sus sutiles cambios.
Por la mañana, el café exhala un aroma, como los rayos lanzados desde la
colmena.
Fuera de la ventana, los bajos olivos aún mantienen la humedad de la mañana.
A la distancia puedes escuchar unos pasos suaves regresando del mar.
El pescador se sienta en el patio y mira un pájaro que busca comida en un
árbol.
En sus sueños escribe a su patria. El océano olvidado, el iceberg derrumbado.
En este momento, las cosas que Dios aprecia se reordenan.
Versión de Sun Xintang
CÉSAR TRUJILLO
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Prípiat
fue testigo de nuestras manos enlazadas: mi corazón agitado y sus zapatos que
se clavaban como un hacha a los maderos. Mis manos adheridas a su espalda para
pasearme en medio de todos ¡Éramos felices, Vasili!, sin el hollín gruñendo en
tu vientre, sin el vaho bufando por tus ojos.
De: “Al amor también lo devoró la luz”
ROBERTO LÓPEZ MORENO
Estoy en huelga
Que
no hable el líder de la central de embustes
porque
me encuentro en huelga;
que
no me pida ayuda el presidente
para
el desarrollo integral
porque
estoy en huelga;
que
no quieran los sindicatos apoyarse en mis cuotas
porque
me fui a la huelga;
que
no me quieran robar, matar, llenar de infamia,
porque
no me dejaré,
pues
ando en huelga;
que
no me pida perdón el policía,
el
soldado matón, el halconcete,
que
por esta vez cerré las puertas
de
toda comprensión a quien ultraja,
clausuré
a rojo y negro mi saludo,
mi
magullada hermandad conciudadana.
Soy
un lobo, un Caín, una bestia sin nombre,
un
delincuente,
y es
que hoy, señoras y señores,
contra
viento y marea,
me
acabo de declarar en huelga.
DOLORES CASTRO
Acabará el dolor
Acabará
el dolor.
Cantará el tecolote después de la tormenta.
Se
cerrarán después los picos
y las bocas.
Todo
silencio,
o hueco.
Si
nadie ha de comer,
romperemos el cuenco,
el
plato plano,
el vaso y la jarra común.
Ya
no ha de haber jamás tú,
yo, otros.
Ni
el ahogo de risa,
ni el canto.
Velaremos
el fuego,
agonizaremos.
Y
toda esta ciudad con sus calles de agua
perecerá.
Perecerán
sus templos
y sus hombres perecerán.
Ocultará
su cabeza el armadillo.
Mañana
no habrá fuego nuevo,
ya es inútil velar.
YOLANDA PANTIN
Cada uno a su modo
Pensar es resistir
Gilles Deleuze
Estos veranos son como
Inviernos,
cielos
sin cobijo.
Cada
uno a su modo,
distrae al tiempo:
no al que gotea, sino
el tiempo físico.
Yo
me esfuerzo
en salvar mis bromelias,
pacientes, con sus hojas
verdes.
No que embellezcan mis días.
MORAIMA GUANIPA
Oficio de Rosas
En
Oriente el destino de las niñas
fue la muerte o la orilla del olvido.
Alguna vez sólo fuiste
muñeca sin voz
descarga de la carne
hechura para el parto,
los quejidos, la sangre
en silencio.
En ocasiones tomaste la revancha
con furia, con odio
te hiciste besar los pies,
tus perlas se disolvieron en vinagre
y no hubo banquete que te comprara,
salvo el amor.
Tu precio demolió imperios y fronteras.
Alguna vez, por amor, mataste a tus hijos,
por amor, también, entregaste tus senos al aspid certero.
Has ganado el voto
las faldas cortas, el látigo
y el lavaplatos, y la aspiradora y el microondas
allí donde arden tus uñas
allí donde quemas la memoria de tus labios.
Tu impotencia todavía describe la suma de una piel
ávida, poblada de nuevas orografías.
Con todo, sigues siendo la niña buena
ansiosa del buen marido y de la casa buena
las pequeñas seguridades
pagadas a plazo y con aplazos.
Pero persiste en tí esa cualidad de la rosa
sola en su ritual de pétalos desnudos.
Esa fragilidad que te recoge cada noche.
De: “Bogares”
