Acabará el dolor
Acabará
el dolor.
Cantará el tecolote después de la tormenta.
Se
cerrarán después los picos
y las bocas.
Todo
silencio,
o hueco.
Si
nadie ha de comer,
romperemos el cuenco,
el
plato plano,
el vaso y la jarra común.
Ya
no ha de haber jamás tú,
yo, otros.
Ni
el ahogo de risa,
ni el canto.
Velaremos
el fuego,
agonizaremos.
Y
toda esta ciudad con sus calles de agua
perecerá.
Perecerán
sus templos
y sus hombres perecerán.
Ocultará
su cabeza el armadillo.
Mañana
no habrá fuego nuevo,
ya es inútil velar.
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