lunes, 22 de enero de 2018


MASAOKA SHIKI




Cuando se derrite la nieve.
¡Sueltan los caballos
en el pueblito!


AIDA CARTAGENA




Infancia en el Recuerdo



Frente rozando tiempo.
La tarde viste en mi pensamiento
con un triste recuerdo.
la infancia se ha llenado de soles y de lunas;
el folio de mis nombres se esta desvaneciendo,
di tierra a una semilla: ya maduran almendras!
Angeles aún sonríen como flores de estrellas.
la tarde se hizo tarde;
se abrió rutas de tierras
se abrió rutas de espacio,
y se llevó los cuentos de la abuela.
Tierra que no le asombra
verme rozar recuerdos!



LORENA VENTURA



  
Geografía de la dicha



Lentas luminarias líquidas
            venidas de tus labios
recorrieron mi piel
señalando mis puntos cardinales.

Para ti el hecho fue muy simple
pero desde entonces no me pierdo en barco alguno.

(Si escuchas un ronroneo mientras canto
            es mi corazón que ha vuelto a funcionar)

Así que

ahora que tenemos un alboroto entero
de brillantes peces
alimentemos al tigre de la dicha
            sin temor alguno.

Porque en tu cuerpo yo ejercito mi entusiasmo
cada colibrí lleva ahora  tu nombre a otras flores.

Porque la luz de mi interior es consecuencia  de tu aliento
y porque tu mano ahora es un pegajoso caracol entre la mía:

ya no me quiere más la muerte.

Puedo entonces
 –lanza en mano
            saludar al mundo.

(Saludos
hipocampos y hombres silvestres
y pintores festivos
y bomberos en días de siesta,
salmones bordados en el manto
de los ríos)

Que tus ojos sean la forma única
            en que yo pueda contemplarme.
Que en lugar de cardos sea
la hierba húmeda quien me reciba.

Que emplumes con palabras amarillas
            mis alas minerales.

Y que siempre pueda tenerte de mi lado
corazón
para que nada

Nada grave me suceda.




JOSÉ KOZER




Principio último de realidad
              

 
A la izquierda la clepsidra, a la derecha (equidistante)
            el reloj de arena, en medio
            Libra, la balanza de Dios
            (al fiel) encima del péndulo
            (detenido) todas las
            constelaciones (negro
            agujero) una sola flor a
            punto de mudanza (recibirá
            o ya recibió otro apelativo)
            lo incipiente titila, punto de
            intermitencia, el reloj digital
            de casa fulge un momento,
            el péndulo se inclina a
            siniestra.

Aves, pido aves, indistintas bandadas sin rumbo fijo ni
            explicación: cual querubín
            de alas extendidas en un
            atrio, fulgor segundo, agua
            lustral (con cuentagotas) la
            ablución corriente, el agua
            común, jabón de tocador,
            alhucema, haber refrescado
            el rostro, hombros, brazos
            en la mañana invernal: ni
            rastro de cara y hombros,
            las aves tiritaron, el cuerpo
            estuvo expuesto a mano
            izquierda a la nevisca, a la
            derecha ceniza, de frente la
            Muerte (esculpida) madre
            de lo hierático, en la Balanza:
            número etrusco, revés inerte,
            aún escribe (¿ya mudó?).

Y ocurre en casa, aduana: una dura especulación en una
            escritura dura, fugitiva:
            óbolo abonado.

No se da en el clavo una sola vez: convéncete amanuense.

Seco, me extirparé unos restos: las sobras exprimir, hollejos
            succionar con la boca amarilla,
            las insípidas fauces de la vejez.

Nada espero, oigo al fondo la torrentera, ir y volver las aves:
            raeduras al fondo, brillo
            pestilente de escamas mostrando
            boca arriba ceniza, debajo la
            infección, y aún debajo etrusca
            escritura gota a gota empapada,
            por arenas golpeada, astilla al
            fiel de una Balanza que no
            dirime ni dictamina: aclara
            su voz (gárgaras) la especulación,
            últimas trazas.

¿A qué nombrar nada más? ¿A qué oír profetas a la entrada
            de los templos, presagiar?

Estuve enfermo y me he curado en la oscuridad.

Filfa la luz fue filfa estupefacta.

La verdadera apariencia siempre aparece, trola y trola su
            espejismo.

Me quedan unos años. No volveré a imaginar aquello, ni
            a pensarlo (de frente)
            (a retazos) escribiré
            caudas en idioma
            esperanto, tierras de
            pastoreo, sábanas a
            orear, varas de pescar,
            desmerece de Dios la
            certidumbre: revena
            Nada, en la infeliz
            sobremesa, orlas y
            galas.



ELIANA MALDONADO




La voz



I

A rastras llega el silencio hasta la cama
se desliza entre sábanas claras humedecidas por la
noche,
penetra suavemente en el laberinto del oído hasta
ensordecerlo.
Él pensó que era la mar embravecida,
quizá el aire exhalado de sus pulmones,
tal vez, un rayo de luz que juguetea.
Un silencio tan estruendoso
tenía que venir de alguna parte
o partir hacia algún lugar.
Nunca supo cómo,
simplemente había llegado sigiloso,
para inyectar por sus colmillos huecos,
olvidadas letanías.


II

¿Y si corto las cuerdas,
olvido los nombres
y borro la letra,
existiré aun en medio de esta luz roja,
sobrenatural?





MERCEDES REYNOSO

  


Sexting



Sexting barato de 10 megapíxeles,
corre tras la pantalla,
¿No tienes más para ofrecer?

Seduces lánguido
tras tu aparatejo
de cristal,
como piernas de días
sin depilar,
así
transparente.

No me apetecen
tus palabras encendidas,
con sabor a tipografía
gastada,
las que malviven su corta vida
entre versos digitales
monosilábicos.

Detén ésta inmediatez
de correr mi sangre
y háblame de tu latir.
Solo para ver qué tan fuerte
te cojo.

Sexting barato de 10 megapixeles
y el wiffi inerte,
como el cartero despistado
de antaño.
Un “visto” es la cruel estupidez
rebotada  en la cara del soñador.
Tu notificación esclarece esa
estupidez .

Sexting barato a las 2 de  la mañana.
Y mi mano avara
reta al pensamiento
al ritmo del tecleo,
mientras mis piernas
se reducen a un par de montañas
dejando entrever un río platinado.