"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 30 de octubre de 2023
TERESA ABURTO URIBE
Aquí
te espero
Aquí
te espero
y quizás no sea en vano,
aquí te busco
enredada en mi letargo.
Aquí te espero
en las playas de mi puerto
manso espejo de agua
que refleja tu encanto.
Aquí te busco
entre la arena y la espuma
bañado en caracolas
dibujado en la bruma.
Aquí te espero
jugando entre las dunas,
contando las estrellas...
y tú estás en cada una.
OLGA ACEVEDO
Baja
la mano de comer
Baja
la mano de comer,
que tu madre también la baja.
Los trigos, hijo, son del aire,
y son del sol y de la azada;
pero este pan "Cara de Dios"
nos llega a mesa de las casas.
Y, si otros niños no la tienen,
mejor, mi hijo, no lo tocaras,
y no tomarlo mejor sería
con mano y mano avergonzadas.
LEGNA RODRÍGUEZ
Pimiento
Una
lengua por la oreja
como
una rana atractiva
que
no croa, no me esquiva,
no
salta sobre la teja.
Una
rana en la bandeja
sin
cáscara, primer plano.
Una
música de piano.
Verde
con pecas oscuras.
La
lengua hacía figuras.
La
rana entró por el ano.
MARGARITA LASO
Convento
naranja
suave ilumina
las
mejillas de la virgen del carmen
ella
no ve el sol desde el convento
pero
copian
la huída de la tarde sus mejillas
–naranja
o rosa de castilla– que cabe en el cielo
delante
del pichincha y aquí en san francisco
la
plaza te recuerda
como
la mano de la virgen leve
la
voz que te llama
te
despide
MOISÉS RAMOS RODRÍGUEZ
…y
la miré a los ojos
…una
noche
decidí
tomar de los cabellos
a la
ciudad convertida en fugitiva
—nada
más para mirarle el rostro—
(estaba
yo cantando
como
corresponde a quien se precia
de
estar solo
o
ser poeta)
…y
la miré a los ojos:
estaba
tan fuera de sí
que
gritaba ofreciendo mercancías
sentada
cómodamente en el retrete de su olvido
No
quedaba en ella rastro
de
lo que fue su vida regia:
cubierta
con harapos
los
pies desnudos y maltrechos
estiraba
la mano temblorosa
decorada
aún con el brillo
casi
imperceptible
de
su última joya:
la
Octava Maravilla
el
Osario de América
Pedía
por
caridad
el
verbo o la palabra que llevarse a la boca
hincado
el codo en sus riquezas mal habidas
Nos
vimos como se miran
los
huérfanos
los
gemelos
los
cófrades que toda filiación abandonaron
alejados
de toda pertenencia
El
frío congelaba sus encías deshabitadas
babeaba
como quien pierde la palabra
escurrida
por la comisura de los labios
pero
logró decir
que
estaba dispuesta a cortarse las venas del asfalto
para
dejar renacer un río limpio
Juró
que recuperaría su nombre augusto
para
perpetuarlo en un blasón de piedra en la memoria
Hablaba
creyendo estar iluminada
mientras
los dedos de los pies le carcomían las ratas
y
las cucarachas le surcaban el rostro virulento
Tartamudeaba
apoyada
en el báculo de sus centros comerciales
Le
pedí que dijera su nombre en voz alta
que
repitiera el nombre de sus padres
de
sus hijos
sus
entenados
las
hienas que están royendo su cadáver:
ojos
nublados de vieja ciega
echó
hacia atrás la su cabeza
agitó
su bote con monedas
tarareó
las últimas estrofas de su himno
y yo
me fui a buscar bronca a otra parte
JUAN CAMERON
Visión
de los ciclistas
Desde
lo alto los ciclistas migratorios avanzan a la estación terminal
Una
bandada de hormigas signos
de
otras edades abajo en el tablero
Mas
desde la avenida no se aprecia el cortejo
ni
las ovejas al crematorio
ni
los suicidas al escenario
ni
aquestas bestias al matadero
La
orquesta de colores prosigue se persigue
se
cruza en el espejo de los pájaros
uno
toma la punta otro le continúa se renuevan
Ninguno
parece circular en dirección opuesta
ni
las ovejas al escenario
ni
los suicidas al matadero
ni
aquestas bestias al crematorio
La
bandada pareciera continuar entre gritos o murmullos
Bien
puede el paisaje confundirse con sus elementos
un
mero montaje del ojo desde arriba
la
vera invención de interpretar la imagen
vértigo
de comprender los hechos
y
estas ovejas al matadero
y
estos suicidas al crematorio
y
aquestas bestias al escenario.
De: “Visión
de los ciclistas y otros textos”