"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 21 de septiembre de 2018
VICENTE GAOS
A la luna: preguntas
¿Adónde vas, cruzada por veloces
nubes, celada en vaporoso encaje
de nubes, resbalando entre un celaje
de nubes blancas, por las hondas hoces
de la distante noche? ¿Qué almos roces
de Dios ordenan tu impasible viaje
por el inmenso azul? ¿Tras qué ramaje
de estrellas bogas? ¿Qué silentes voces
altísimas escuchas? ¿Por qué tienes
el rostro virginal tan encendido,
tan dulce y triste, oh sí, tan dulce y triste?
¿Adónde vas? ¿De qué regiones vienes?
¿ Quién da a tu rostro ese celeste olvido?
¿Qué Dios sin fuego con su luz te viste?
¿Adónde vas, cruzada por veloces
nubes, celada en vaporoso encaje
de nubes, resbalando entre un celaje
de nubes blancas, por las hondas hoces
de la distante noche? ¿Qué almos roces
de Dios ordenan tu impasible viaje
por el inmenso azul? ¿Tras qué ramaje
de estrellas bogas? ¿Qué silentes voces
altísimas escuchas? ¿Por qué tienes
el rostro virginal tan encendido,
tan dulce y triste, oh sí, tan dulce y triste?
¿Adónde vas? ¿De qué regiones vienes?
¿ Quién da a tu rostro ese celeste olvido?
¿Qué Dios sin fuego con su luz te viste?
OBED GONZÁLEZ MORENO
Canto VIII
Una
ola de emociones cubre mi cabeza. Manos en el volante, una marea de ruidos
entra y sale rozando cristales. Aullidos de lobos que advierten.
La
caída de las gotas se despliegan en el parabrisas, pequeñas estacas que se
clavan en los ojos.
La
música es silencio, un mundo se crea dentro. Las llantas desgarran el asfalto,
las arterias engrosan: Rojos búfalos que desbaratan y trepan en los hemisferios
grises en los que la sombra de un caparazón óseo descansa.
Un
trueno resuena, las bestias rojas arremeten, cubren cejas, pestañas y ojos. Los
cristales se disparan collar que asfixia.
Gritos,
aullidos, rostros borrosos, miradas morbosas, sudores, tronidos, silencio… un
sombrío suspiro enmudece.
JUAN MANUEL ZERMEÑO POSADAS
Me corté con la navaja de afeitar al ver a Tadzio en el
espejo
el rostro humano es
caldera sellada
William Blake
uno
apenas puede con uno
y tira las bolsas del supermercado y a su madre
y el peso de los libros al suelo
y tira las bolsas del supermercado y a su madre
y el peso de los libros al suelo
tengo
una lengua inválida que aún quiere competir
en los juegos olímpicos de invierno
a la que le cuelgan medallas doradas de chocolate y chicle
solamente por asomarse de la boca
en los juegos olímpicos de invierno
a la que le cuelgan medallas doradas de chocolate y chicle
solamente por asomarse de la boca
soy un
niño que apenas sale al sol y se quema
o al contrario
muchas veces sin salir me queman con la pura mirada
y me dejan oliendo a azufre
y con el diablo al lado
o al contrario
muchas veces sin salir me queman con la pura mirada
y me dejan oliendo a azufre
y con el diablo al lado
tengo
problemas para definirme de frontera:
dicen que soy del norte
pero mi cuerpo se gobierna desde el sur
dicen que soy del norte
pero mi cuerpo se gobierna desde el sur
¿rebeldía?
solo soy bueno actuando de james dean
y los jeans me quedan grandes
y la chamarra hace juego con el color de mi alma
y los jeans me quedan grandes
y la chamarra hace juego con el color de mi alma
es
estúpido verme al espejo y darme cuenta
que tentativamente
no tengo ni idea de lo que será de mis labios a la mañana siguiente
que tentativamente
no tengo ni idea de lo que será de mis labios a la mañana siguiente
que lo
más importante radica
en la parte de tu cuerpo en donde pondré la primer bala.
en la parte de tu cuerpo en donde pondré la primer bala.
YVES BONNEFOY
Lo inacabado
Cuando
él tuvo veinte años, alzó la mirada, vio el cielo, vio nuevamente la tierra,
con suma atención. ¡Era cierto entonces! Dios no había hecho más que un bosquejo
del mundo. No dejó nada sino ruinas.
Ruinas
este roble, aun siendo tan bello. Ruinas el agua que viene a romper suavemente en
la orilla. Ruinas el sol mismo. Ruinas todos estos signos de la belleza, como
bien lo prueban las nubes, aún más bellas.
Sólo la luz poseyó vida plena, se dijo. Y por eso pareciera simple e increada. Desde entonces, los bosquejos es lo único que le gusta de la obra de los pintores. El trazo que se cierra sobre sí le parece que traiciona la causa de este dios que hapreferido la angustia de la búsqueda a la alegría de la obra concluida.
De: “Las uvas de Zeusis”.
Versión de Adalberto García López
BENJAMÍN VALDIVIA
Fragmento
inédito de Sócrates
Yo sólo sé que nada sé del espejismo
llamado tu mirada:
febril como la sed
el pensamiento busca saciedad,
la saciedad inalterable.
Pero la
calma es imposible si tu mano
-cardumen de cinco peces,
rama de cinco pájaros- me toca.
-cardumen de cinco peces,
rama de cinco pájaros- me toca.
Toda la
geometría que urde la razón
se me desploma en la garganta, muda,
y como los lunáticos desvío
la cabeza hacia ti.
se me desploma en la garganta, muda,
y como los lunáticos desvío
la cabeza hacia ti.
No
pienso, sólo miro, palpo.
Y frente al templo tibio de tu cuerpo sólo sé
que no sé nada.
Y frente al templo tibio de tu cuerpo sólo sé
que no sé nada.
De: “Temporadas perdidas”.
AUGUSTO FERRÁN
No os extrañe, compañeros…
No os
extrañe, compañeros,
que siempre cante mis penas,
porque el mundo me ha enseñado
que las mías son las vuestras.
que siempre cante mis penas,
porque el mundo me ha enseñado
que las mías son las vuestras.
De: “La soledad”, XXIII, 1860.
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