No os extrañe, compañeros…
No os
extrañe, compañeros,
que siempre cante mis penas,
porque el mundo me ha enseñado
que las mías son las vuestras.
que siempre cante mis penas,
porque el mundo me ha enseñado
que las mías son las vuestras.
De: “La soledad”, XXIII, 1860.
No hay comentarios:
Publicar un comentario