"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 25 de febrero de 2020
ANAHÍ MAYA GARVIZU
Recuerda tocar las ramas de los árboles
Son
extrañas las cosas que parecen plantas.
John
Ashbery
Ven
y acompáñanos esta mañana
que
pasa del frío a la llovizna.
Cuando
despierte, ella ya no estará a mi lado.
Acércate
y miremos el árbol de manzana,
el
color rojo parece navegar entre la niebla
aunque
las ramas están estáticas
como
todo lo demás en la aldea.
Escucha
el paso de nuestro asno
sobre
el empedrado que va en busca de hierba.
Tengo
la sensación de caer y caer
en
partes minúsculas de agua
sobre
el techo de paja de las casas
y
filtrarme hundiendo el tumbado de lona
como
si fuese un lienzo en el que dibujo
los
bordes de la humedad que oculta la penumbra.
Cuando
descendimos la colina ella tropezó,
la
leche se perdió en el paisaje rocoso.
Tan
pálida y rendida estaba
como las ramificaciones
como las ramificaciones
que
se extienden para ser leña.
Veo
en su imagen la frescura de la flor de naranjo,
te
lo dije, palpaba con sus pequeñas manos
tratando
de encontrar restos de leche
como
si reconociera el entumecimiento de las rocas, quizá.
Se
ha ido, ¿con quién miraré
la telaraña extendida entre los matorrales?
la telaraña extendida entre los matorrales?
Ahora
que puedo sentarme en la litera de la cama,
¿con
quién imitaré a los mirlos
cuando quiera distraer el hambre?
cuando quiera distraer el hambre?
HANS MAGNUS ENZENSBERGER
oigo
constantemente hablar de ella
como si fuera la culpable de todo;
pero observen qué suave y decidida
ella viene a sentarse debajo de nosotros
¿por qué entonces mancharle
su buen nombre
y prodigárselo
al presidente de los ee.uu.
a la guerra, a los policías,
a los capitalistas?
¡qué transitoria es ella,
pero qué permanente
todo cuanto cubrimos con su nombre!
he llegado a creer
que estamos explotando
a esta pacífica condescendiente.
si la hemos estrujado y exprimido
¿sería ahora el turno de ella
de exprimimos la rabia?
acaso no nos ha confortado?
suave de consistencia
y singularmente no violenta
ella es sin duda de todas las obras del hombre
la más pacífica.
¿en realidad qué nos ha hecho ella ?
como si fuera la culpable de todo;
pero observen qué suave y decidida
ella viene a sentarse debajo de nosotros
¿por qué entonces mancharle
su buen nombre
y prodigárselo
al presidente de los ee.uu.
a la guerra, a los policías,
a los capitalistas?
¡qué transitoria es ella,
pero qué permanente
todo cuanto cubrimos con su nombre!
he llegado a creer
que estamos explotando
a esta pacífica condescendiente.
si la hemos estrujado y exprimido
¿sería ahora el turno de ella
de exprimimos la rabia?
acaso no nos ha confortado?
suave de consistencia
y singularmente no violenta
ella es sin duda de todas las obras del hombre
la más pacífica.
¿en realidad qué nos ha hecho ella ?
1970
De:"Poesías para los
que no leen poesías"
Versión de Heberto Padilla
Versión de Heberto Padilla
JULIO TRUJILLO
Mundi
Puse
un dedo en Borneo
pero
no pude imaginar el Mar de Java
—apenas
me adentraba
el
mar dejaba,
huyendo
a una playita
de
palabras.
HOWARD PHILLIPS LOVECRAFT
XXIII. Espejismo
No sé si existió alguna vez
Ese mundo perdido que flota oscuramente en el río del Tiempo,
Pero lo he visto a menudo, envuelto en una bruma violeta
y brillando débilmente al fondo de un sueño borroso.
Había extrañas torres y ríos con curiosos meandros,
Laberintos de maravillas y bóvedas llenas de luz,
y cielos llameantes cruzados por ramas, como los que tiemblan
Ansiosamente momentos antes de una noche invernal.
Grandes marismas llevaban a costas desiertas con juncales
Donde revoloteaban aves inmensas, y en una colina ventosa
Había un pueblo antiguo con un blanco campanario
Cuyos repiques vespertinos resuenan aún en mis oídos.
No sé qué tierra es ésa... ni me atrevo a preguntar
Cuándo o por qué estuve, o estaré allí.
No sé si existió alguna vez
Ese mundo perdido que flota oscuramente en el río del Tiempo,
Pero lo he visto a menudo, envuelto en una bruma violeta
y brillando débilmente al fondo de un sueño borroso.
Había extrañas torres y ríos con curiosos meandros,
Laberintos de maravillas y bóvedas llenas de luz,
y cielos llameantes cruzados por ramas, como los que tiemblan
Ansiosamente momentos antes de una noche invernal.
Grandes marismas llevaban a costas desiertas con juncales
Donde revoloteaban aves inmensas, y en una colina ventosa
Había un pueblo antiguo con un blanco campanario
Cuyos repiques vespertinos resuenan aún en mis oídos.
No sé qué tierra es ésa... ni me atrevo a preguntar
Cuándo o por qué estuve, o estaré allí.
Versión de Juan Antonio
Santos y Sonia Trebelt
RAFAEL COURTOISIE
Una mujer ha muerto
Antes de dormir, Z macera raíces y pasa los jugos
sobre los ojos de las piedras. Las estatuas brillan serenas,
con una humedad oscura y un derroche de luz y lava sólida.
Así apacigua la noche su custodia.
* * *
Una carta llega a destino antes de ser escrita.
* * *
Una mujer ha muerto en algún sitio. Q sale a cielo descubierto,
apoya el oído en tierra y escucha cómo las orugas
despedazan un castillo subterráneo.
Antes de dormir, Z macera raíces y pasa los jugos
sobre los ojos de las piedras. Las estatuas brillan serenas,
con una humedad oscura y un derroche de luz y lava sólida.
Así apacigua la noche su custodia.
* * *
Una carta llega a destino antes de ser escrita.
* * *
Una mujer ha muerto en algún sitio. Q sale a cielo descubierto,
apoya el oído en tierra y escucha cómo las orugas
despedazan un castillo subterráneo.
De: "Umbría"
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