"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 14 de abril de 2021
ELSE LASKER-SCHÜLER
Fin
de mundo
Hay
un llanto en el mundo
como
si el amado Dios hubiese muerto
y la
plomiza sombra que cae
pesa
como una tumba.
Venid,
escondámonos más cerca…
La
vida está en todas las almas
como
en ataúdes.
¡Oh!,
vamos a besarnos profundamente –
toca
un ansia ante el mundo
por
la cual debemos morir.
MÓNICA ZEPEDA
Celebro,
a tientas, la ceguera.
Celebro, a tientas, la ceguera.
Un cosmos mágico y de inmortal
embeleso late tras su neblina.
Se
sacude y treme y tropieza
ante los ojos de nadie
y no cae, aunque caigan los paisajes
sobre este amanecer de inmensurable precipicio.
¿Quién
está ahí?
Ensambla la voz y, como si el destino
se contemplara senil en su retrato,
en el rostro universal, me reconozco a mí mismo.
Yo
estoy aquí. Inmenso y diminuto,
en todos los átomos del tiempo y en las células
breves, siempre moribundas, de las garras.
Frente a la tempestad, manifiesto mi equilibrio
y ataviada, en la inteligencia común,
se yergue mi ignorancia.
Lejos
de la noche, de no saber
mancomunar a los opuestos en el punto medio,
de no saber interpretar el resplandor
en la realidad última de una mirada,
derramo por el sueño mi cuerpo desnudo:
Yo
no volé. Nací en lo alto.
Soy el árbol enraizado a la cumbre.
¿Quién
eres tú cuando aprecias la belleza
o distingues en la integridad del alma lo sagrado?
Yo
estoy aquí, donde el abismo y sin alas.
JORGE RUIZ DUEÑAS
Las restricciones del cuerpo
(Fragmento)
Ahora
digo que ánimo y ánima conjuntos se tienen
entre
sí, y por sí, forman una sola natura (…)
Lucrecio
Para
Lêdo Ivo
Los
límites
el contorno
los
bordes de la piel al escalar la fiebre
la
ceniza
entre los miembros y su eje
El
movimiento
cartílago nutriente
sube
en la bruma del recuerdo
y la
agilidad del párvulo o del simio
es
emoción para el trapecio
Pero
la incertidumbre y la vida
determinan
el
visado
Aquel
mozo que ansiaba el periplo asido al mástil
no
permuta más poemas
ni
recorre senderos cubiertos de hojarasca
Entonces
una alfombra sembrada de castañas
el
esplendor arbóreo
y en
el fondo de sus brazos el
azoro
Entonces
el tiempo era futuro
con
el mensaje de los mancos y los ciegos
o
las llagas del crucificado
y la
astilla del hueso
y el
trance de mi sacrificio
Antes
en el camino al universo de las gasas
más
allá del urinal
y los vapores de amoniaco
la certeza
de lo impuro abrió su pasmo
las
cofias y las batas
el
cuerpo colmado de platino
la
miseria personal tan abrumante
sin
alivio ni resurrección
Mas
en el cuarto
donde
el paso de las nubes
sólo
era receptivo a la desdicha
los
órganos se entrenaban para consultar a los augures
medir
los fluidos
sopesar los alimentos
y navegar con la palabra
Después
hablé de las cartas amorosas de un profeta
al
amparo de custodios
Del
vagar untuoso de los cuerpos
De
callejones eternos
y
cadáveres al sol
No
era el caso de esperar en los túneles
donde
la turba gritaba camino de batallas dominicales
Tampoco
de curar la herida del caído
o
reprimir la violencia derramada
si
la marea ocultaba a los sicarios
En
aquel tiempo el agua cortaba los puentes
y
veía el ciervo del parque
por
entornadas ventanas donde moraron los poetas
En
aquel tiempo ascendí a la Torre
por
párrafos descritos
como no la vieron invasores
y la
cerveza podrida corría en las catedrales
al
dejar a su suerte una postal del mundo
Los
edificios decrépitos
los domos con verdín
apenas
otra pradera para cuervos
habituados
a colgar sus excrementos
en
las lianas del voltaje
Después
volvía
Sí
al jardín de tulipanes
donde
la perfección impedía ver los pederastas
en
su labor sobre la vulva de las niñas
y
los perros corrían liberados de correa
y
las madres leían revistas cuidando las carriolas
alejadas
del canto de los agentes de bolsa
INGEBORG BACHMANN
XV
El amor tiene un triunfo y la muerte tiene otro,
el tiempo y el tiempo de después.
Nosotros no tenemos ninguno.
A nuestro alrededor sólo hundirse de astros. Destellos y silencio.
Mas la canción por encima del polvo después
va a superarnos.
Del poema Cantos durante la huida contenido en el poemario "Invocación a la Osa Mayor"
Versión de Cecilia Dreymüller y Concha García