"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 9 de mayo de 2025
FILIPPO TOMMASO MARINETTI
Abrazarte
Cuando
me dijeron que te habías marchado
Adonde no se vuelve
Lo primero que lamenté fue no haberte abrazado más veces
Muchas más
Muchas más veces muchas más
La muerte te llevó y me dejó
Tan solo
Tan solo
Tan muerto yo también
Es curioso,
Cuando se pierde alguien del círculo de poder
Que nos-ata-a-la vida,
Ese redondel donde sólo caben cuatro,
Ese redondel,
Nos atacan reproches (vanos)
Alegrías
Del teatro
Que es guarida
Para hermanos
Y una pena, pena que no cabe dentro
De uno
Y una pena, pena que nos ahoga
Es curioso,
Cuando tu vida se transforma en antes y después de,
Por fuera pareces el mismo
Por dentro te partes en dos
Y una de ellas
Y una de ellas
Se esconde dormida en tu pecho
En tu pecho
Como lecho
Y es para siempre jamás
No va más
En la vida
Querida
La vida
Qué tristeza no poder
Envejecer
Contigo.
PÄR LAGERKVIST
Oración
fúnebre
Estás
muerta.
Puedo
mirarte en paz con toda facilidad. Tu frente es
pequeña y redonda. Antes no la había visto. Eres torpe.
Ahora veo que eres torpe.
Tienes
pequeños ojos guiñadores. Ahora los veo. Todo
es pequeño y mezquino en tu casa. Tus cabellos son
rebeldes, gruesos, groseros. Ahora lo veo. Tu labio pende
como el de una muchacha de cocina.
Ahora todo lo veo.
Estás muerta. Tú no eres nada.
Tú
sólo eras una muchacha de cocina, una sucia. Una
que debía morir.
Pero yo te amaba. Eso era.
Ahora
esto ha concluido. Ahora tú has muerto.
Me agradaba acariciar tus cabellos tanto, cuando ellos
eran vivos. Yo amaba todo lo que había de feo en tu
casa, tanto cuando esa fealdad era viviente.
Ahora
esto ha concluido. Ahora tú has muerto.
Yo acariciaba tu cabellera, aunque ella fuese gruesa,
grosera. Yo amaba tus pequeños ojos, cuando ellos
miraban delante de ellos en el mundo, la mañana.
Entonces
yo amaba todo en tu casa.
Ahora esto ha concluido. Ahora tú has muerto.
Yo amaba tus grandes pies. Y tus manos agrietadas
las amaba también.
Ahora ellas están muertas. Ahora ya no existe nada.
Es preciso que continúe mi camino, que marche, que marche.
Tú, tú has muerto.
Ahora nada existe.
Ahora, tú, tú has muerto.
Ahora ya no existe nada en el mundo entero.
Traducción
de Ángel Cruchaga
SAMUEL T. COLERIDGE
La
sombra de este tilo, mi cárcel
Ya
se han ido y aquí debo quedarme,
a la sombra del tilo que es mi cárcel.
Afectos y bellezas he perdido
que serán intensos recuerdos cuando
la edad ciegue mis ojos. Mientras tanto
mis amigos, que acaso nunca encuentre
de nuevo por los campos y colinas,
se pasean alegres, tal vez llegan
a ese valle boscoso, estrecho y hondo
del que yo les hablé y que sólo alcanza
el sol del mediodía; o a ese tronco
que se arquea entre rocas como un puente
y ampara al fresno sin ramas y oscuro
cuyas escasas hojas amarillas
no agita la tormenta pero airea
la cascada. Y allí contemplarán
mis amigos el verde de las hierbas
desgarbadas -¡fantástico lugar!-
que se comban y lloran bajo el borde
de esa arcilla morada.
Ya
aparecen
bajo el cielo abierto y de nuevo ven
la ondeada y magnífica extensión
de campos y colinas, y el mar
quizá con un navío cuyas velas
alegran el azul entre dos islas
de penumbra violácea. ¡Y caminan
alegres todos, pero tal vez más
mi bienaventurado Charles !Pues muchos años
has anhelado la naturaleza,
recluso en la ciudad, sobrellevando
con alma triste y paciente el dolor,
el mal y la calamidad (…)
Traducción
de Gabriel Insuasti
ZBIGNIEW HERBERT
Dos
gotas
Los
bosques ardían
y ellos
en sus cuellos enredaban los brazos
como ramos de rosas
la
gente corría a los refugios
él decía que su esposa tenía cabellos
en los que uno podía esconderse
cubiertos
con una sola manta
musitaban impúdicas palabras
la letanía de los amantes
Si
la cosa se ponía fea
saltaban en los ojos del otro
y los cerraban con fuerza
con
tanta fuerza que no sintieron el fuego
que alcanzaba sus pestañas
hasta
el final fueron audaces
hasta el final fueron fieles
hasta el final fueron parecidos
como dos gotas
detenidas al borde de la cara
Traducción
de Xaverio Ballester
IZET SARAJLIĆ
Aquel
mirlo
¿Qué
habrá sido de aquel mirlo
que cantaba la primavera pasada
cuando esperábamos el tren
en la estación de Dovlici?
Pero,
¿puede un poema sobre el mirlo
sustituir el canto del mirlo?
¿Puede?
Lo dudo.
MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN
Como
si fuera esta noche la última vez
Rota
solitaria articula da muñeca
de sus alas sus gestos
la gogo girl
reivindica parcelas de aire
en un imprevisible océano
sin rosa de los vientos
sin norte nocturno, ni sur de estío
la inutilidad de todo viaje
conduce a la isla de un podium
para bailar la danza de una tonta
muerte fingida para no fingir la vida
no
no lee hasta entrada la noche
ni en invierno viaja hacia el sur
pero
tiene bragas de espuma ambarina
sostenes de juguete un príncipe violeta
la despeña por los acantilados
del goce más pequeño
submarinos ya sus ojos tan nocturnos
la gogo girl
tiene la boca entreabierta por el prohibido
placer de no hablar apenas
sobre la tierna noche
y su manto de flores ateridas reposa
su falsa cabellera de niña emancipada
guitarras
nada eléctricas sumergen despedidas
rómpete actriz del deseo de amar la vida
como si fuera
como si fuera esta noche la última vez.