"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 7 de julio de 2025
BOŽIDAR PROROČIĆ
Prisionero
Me
aprisionaron las sombras de la noche
las
torres de piedra
guardianes
en la soledad
frente
a la que cayeron muchos ejércitos
Capturaron
el corazón con el fuego
No
doy mis sentimientos
al
carcelero de las sombras
no
quiero entregarlos
y la
medianoche pasará
Escúchame,
carcelero
Desaparecerás
tú
y
todas tus sombras
y
los fuertes y mis grillos
y
los ejércitos que te siguen
esperaremos
las
horas matutinas
De
nuevo, no voy a parar
No
voy a entregarme
LUIS ARIAS MANZO
Los círculos viciosos de la existencia
Todo
gira, y también giramos nosotros,
Como giran las estrellas,
Y la luna vestida de azul,
Y mi alma un poco desahuciada,
Por ti mi amor, por ti,
Y por la vida de mi alma,
Y por la muerte de mi cuerpo.
Todo gira constante y regular,
Como giras tú mi amor,
En este ir y venir, perenne,
En que me punza cuando estoy aquí.
Todo gira, como gira la ciudad,
Con sus hambrientos en las esquinas
Y los hombres de negocios que giran,
Y las prostitutas que buscan girando,
Como yo, Amor, como yo,
Que te busco atolondradamente rodando,
Y no te puedo encontrar.
Todo gira, como los electrones de mis átomos,
Cuando iracundo voy en tu búsqueda, Amor,
Para materialmente amarte. ¿Sabes?
Pues mi mente hace un alto en la espera.
Todo gira, como las ruedas del bus,
Que implacable rodaban robándome tiempo,
Cuando sólo podía amarte, largo y profundo.
Todo gira, como giraban las gotas de mi sudor,
Y la rueda solitaria de mi carretilla,
Cuando inserto allá arriba rodaba,
Rodaba ignorante de tu existencia lejana.
Así también giran las cosas al otro lado,
Porque todo es circulo y circular,
Como el cosmos y el átomo,
Como mi alma y tu alma, Amor.
Las cosas giran como gira la historia;
El nacimiento surge de un circulo indescriptible,
Y el renacimiento mana de una gran rueda
Cuando agotada deja de girar.
Entonces, naces tú y nazco yo, enamorados ya.
Y nos vamos por la vida, lejanos,
Pero, en la rodoviaria nos volvemos a encontrar.
Y así, eternamente, perpetuamente,
Todo, como tú, y, como yo, Amor,
Todo se reencuentra Amor, todo se va,
Y todo vuelve, así, en un instante todo retorna.
MELCHOR LÓPEZ
Ante unos cuadros de Mark Rothko
Sí,
usted fue, Mark Rothko,
el
último dios vivo. Sí, el último
dios.
O su enviado.
Sentado
ante sus cuadros, conmovido,
oyendo
ahora en esta sala
la
música que suena, mueve
silenciosa
las cuerdas, los colores,
las
franjas paralelas
de
su pintura,
con
mi espíritu al fin
hallando
su reposo, sosegándose,
ya
aquietada mi carne
en
su pobre materia,
vencidos
los deseos,
las
ansias doblegadas,
postrado
como en una iglesia
levemente
alumbrada
donde
apenas se oyesen en el eco
algunos
pasos, siento
que,
si me concentrara,
si
mi mirada se abriera, cerrándose,
ciega
en sus ojos, hacia adentro,
lograría
llegar
allá
donde usted, Rothko, pintaba,
lograría
pasar
sin
dolor, casi sin esfuerzo, sí,
al
otro lado.
EUGENIO MONTEJO
El país más verde
a Antonio Rojas Bueno
Era
el país más verde de la tierra,
tal se veía por mis anteojos.
Un verde hecho rumor sobre los pastos
de fragantes celajes.
Mirándolo
hacia junio,
cuando llovía desde el fondo de las hojas,
cada hombre era un árbol a lo lejos,
de pie ante la feracidad del horizonte.
Pero
más que color, el verde unánime
era un modo de ser, hablar, reconocernos.
Lo llevábamos tatuado en las pupilas
como un mapa de geografías inabarcables.
Podíamos
verlo aun en la sequía
emergiendo del sueño o las palabras,
era el tono fraterno de nuestra soledad,
la
saudade natal de los ausentes,
la vida que iba siempre delante del paisaje
con un boscoso silencio de caballos.
JULIA NADAL BARRERAS
El cielo llorara
Por
ti, por el
El
cielo llorara
al
ver como dejáis escapar
esta
amor tan lindo
Daros
la mano
y
sentir ese calor
que
transmite vuestro amor
No
lo dejéis escapar
sería
solo cobardía
sería
la mayor
de
las tonterías
La
distancia no importa
cuando
hay amor verdadero
Daros
la oportunidad
de
tocar el cielo con las manos
y
subir a lo más alto
para
aclamar al cielo
te
amo
Coger
ese tren que ya
está
a punto de partir
las
maletas, cargadas de sueños
De
abrigo, sus abrazos
y lo
demás poco importa
si
ya os tenéis a los dos
Dar
ese paso porque
se,
que
jamás os vais arrepentir