martes, 31 de enero de 2012


LUIS CERNUDA




TIERRA NATIVA
 



Es la luz misma, la que abrió mis ojos
toda ligera y tibia como un sueño,
sosegada en colores delicados
sobre las formas puras de las cosas.

El encanto de aquella tierra llana,
extendida como una mano abierta,
adonde el limonero encima de la fuente
suspendía su fruto entre el ramaje.

El muro viejo en cuya barda abría
a la tarde su flor azul la enredadera,
y al cual la golondrina en el verano
tornaba siempre hacia su antiguo nido.

El susurro del agua alimentando,
con su música insomne en el silencio,
los sueños que la vida aún no corrompe,
el futuro que espera como página blanca.

Todo vuelve otra vez vivo a la mente,
irreparable ya con el andar del tiempo,
y su recuerdo ahora me traspasa
el pecho, tal puñal fino y seguro.

Raíz del tronco verde, ¿quién la arranca?
Aquel amor primero, ¿quién lo vence?
Tu sueño y tu recuerdo, ¿quién lo olvida,
tierra nativa, más mía cuanto más lejana?

ANTONIO MACHADO...




ESTOS CAMPOS DE LA TIERRA MIA



En estos campos de la tierra mía
y extranjero en los campos de mi tierra
-yo tuve patria donde corre el Duero
por entre grises peñas,
y fantasmas de viejos encinares,
allá en Castilla, mística y guerrera,
Castilla la gentil, humilde y brava,
Castilla del desdén y de la fuerza-,
en estos campos de mi Andalucía,
¡oh tierra en que nací!, cantar quisiera.
Tengo recuerdos de mi infancia, tengo
imágenes de luz y de palmeras,
y en una gloria de oro,
de lueñes campanarios con cigüeñas,
de ciudades con calles sin mujeres
bajo un cielo de añil, plazas desiertas
donde crecen naranjos encendidos
con sus frutas redondas y bermejas;
y en un huerto sombrío, el limonero
de ramas polvorientas
y pálidos limones amarillos,
que el agua clara de la fuente espeja,
un aroma de nardos y claveles
y un fuerte olor de albahaca y hierbabuena;
imágenes de grises olivares
bajo un tórrido sol que aturde y ciega,
y azules y dispersas serranías
con arreboles de una tarde inmensa;
mas falta el hilo que el recuerdo anuda
al corazón, el ancla en su ribera,
o estas memorias no son alma. Tienen
en sus abigarradas vestimentas
señal de ser despojos del recuerdo,
la carga ,bruta que el recuerdo lleva.
Un día tornarán, con luz del fondo ungidos,
los cuerpos virginales a la orilla vieja.

CESAR VALLEJO




¡CUIDATE, ESPAÑA, DE TU PROPIA ESPAÑA!




¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!...

PEDRO GARFIAS

MADRID

I

Déjame mirarte bien
con mis dos ojos abiertos,
Madrid de las casas rotas
y del corazón entero.
Déjame mirarte bien
con un mirar largo y lento
que te recorra la piel
y te penetre los huesos
Que cada herida en tu carne
abra una herida en mi pecho.
Que cada lágrima tuya
fluya por mis ojos ciegos,
ciudad abierta a la muerte
por la tierra y por el cielo.
Déjame mirarte bien
que quiero llevarme dentro
para mil eternidades
tu recuerdo.

II

Bajo la metralla bullen las mujeres
Bajo la metralla los hombres trabajan,
bajo la metralla descansan los viejos
y los niños juegan bajo la metralla.

Graves, sobrios, serios
bajo la metralla.

Sin miedo ni alardes,
sin prisas ni pausas,
con el ritmo justo,
con la cotidiana
razón de su vida —razón del destino—
bajo la metralla.

III

Quinientas noches en vela
como montaña de plomo
pesando sobre sus párpados
que ha enrojecido el insomnio,
tiene a Madrid en pie
sobre un pedestal de escombros
sólo con la muerte enfrente
y con la vergüenza en torno.
Qué tranquilo su ademán,
qué transparentes sus ojos
que ya no velan los sueños
y no fatiga el reposo.
De pie sobre sus entrañas,
que no hay cimiento más sólido,
mira el bullir de sus hijos
en un despertar glorioso.
Derrama París su llanto
demagógico.
Londres arropa en su niebla
los deslumbres de su oro.
Madrid espera y espera,
sobre un pedestal de escombros,
sin sus collares de luces
y entre sus mármoles rotos
espera y espera y mira
por encima de sus hombros.

MANUEL MACHADO



CANTARES



Vino, sentimiento, guitarra y poesía,
hacen los cantares de la patria mía...
Cantares...
Quien dice cantares, dice Andalucía.

A la sombra fresca de la vieja parra,
un mozo moreno rasguea la guitarra...
Cantares...
Algo que acaricia y algo que desgarra.

La prima que canta y el bordón que llora...
Y el tiempo callado se va hora tras hora.
Cantares...
Son dejos fatales de la raza mora.

No importa la vida, que ya está perdida.
Y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?...

Cantares...
Cantando la pena, la pena se olvida.

Madre, pena, suerte; pena, madre, muerte;
ojos negros, negros, y negra la suerte.
Cantares...
En ellos, el alma del alma se vierte.

Cantares. Cantares de la patria mía...
Cantares son sólo los de Andalucía.
Cantares...
No tiene más notas la guitarra mía.



lunes, 30 de enero de 2012


30 DE ENERO



LA FECHA CORRESPONDE AL DIA EN QUE FUERON TWITEADOS LOS POEMAS


P.D.

Para que no me confundas,
con mis anónimos
colgaré de los balcones de mis manos
los disfraces que más se me parecen
Esteban Charpentier



TU SONRISA

Cada noche tu mirada es un anhelo diferente,
te desnudas a conciencia con mis besos
y en mi cuerpo tejes un traje de deseos.

Estos versos son todo cuanto tengo
a la hora de soñar contigo,
mi pequeña historia que se instala en tu oído
la memoria se equilibra en un viaje hacia el recuerdo.

Tradúceme el secreto lenguaje de tu mirada
el rito unánime donde se ajustan los labios
y las palabras cumplen lo que prometen
darme la hermosura de una sonrisa.

Atravieso nuevamente el mismo pueblo,
recojo la tristeza de tus ojos quebrados
el vuelo indiferente de algunas palabras.

Tú eres bella como las mujeres que el poeta conoce
en el ejercicio de sus primeros versos.
Pablo Cassi

UN DÍA DE LLUVIA

Un día de lluvia
la madre seca la ropa mojada
en la vieja estufa a parafina.
La abuela prepara en la cocina
una torta de castañas.
Los niños aún no saben nada
de metas en la vida
sólo quieren salir a la calle
a correr bajo la lluvia.

El padre llega agobiado del trabajo
pero trae dulces para regalar
la radio anuncia nuevos crímenes
se murmura en el sillón un hasta cuándo
el invierno se expande en la ciudad sitiada
los niños sólo piensan
en jugar bajo la lluvia.

Claudio Guerrero



AMOR ETERNO

Puedes cerrar los ojos, complaciente, y saber
que no habrá más estrellas con nombre de mujer
pues buscando de noche la luz del firmamento
ahora duermo tranquilo, apacible y contento.
Ahora que he descubierto que a veces en penumbra
Una llama de amor casi todo lo alumbra.

Puedes cerrar los ojos y soñaré conmigo
yo que sueño despierto, pero no te lo digo,
para encontrarme a solas con ese alma viajera
sabiendo que, paciente, cada noche me espera
en un frugal encuentro de silencio de silencio nocturno
para dormir conmigo un sueño taciturno.

Puedes cerrar los ojos, sabiendo complaciente
que este amor es eterno, infinito y paciente.
Y si acaso otra estrella ilumina tu noche
yo cerrare tus ojos y sin ningún reproche
besaré tu deseo en forma de desliz
pensando solamente: “quería ser feliz”.
Fernando Marin



DETRÁS DEL RELÁMPAGO

Pasa la muchacha encinta
por las calles del pueblo,
pasa la muchacha.
Hacia el cielo
su frente apunta
mientras otros arrojan
duras miradas.
Pasa la muchacha encinta
por el pueblo de barro,
pasa la muchacha.
En su vientre lleva
gloria de soles.
Otros seres,
vierten vergüenza
en sus entrañas
y en su rostro puro,
piedra, amenazas.
Pasa la muchacha encinta
por la siesta del pueblo,
pasa la muchacha.
Vuelve
en el crepúsculo,
multiplicada.
Susana Cattaneo
 

domingo, 29 de enero de 2012


29 DE ENERO


LA FECHA CORRESPONDE AL DIA EN QUE FUERON TWITEADOS LOS POEMAS


PATRIA

Ahora sé que no
habrá repatriación,
de todo lo que me indujo
a perderme en la necedad,
fría de tus ojos.
Ahí donde la patria mía
era la ternura legítima
de tu vientre:
la estrechez de tus caderas,
era la patria;
tus pequeños senos, urgentes
de mis labios, era la patria...
Ahora soy un paria
en este tiempo de regreso,
tal como esta lluvia, que cae
lastimando la memoria orgásmica
de la carne.
Angela Cardozo




DESPERTAME...

como calas blancamente
repetido acariciado


como noches oscuramente
íntimo amontonado


como fieles religiosamente
rezo susurrado

como panes salvadoramente
cotidiano necesitado


despertame amor
tan continuo como puedas...
Mabel Casas




PASO A NIVEL

Mi madre es máquina,
lino,
leño.
Piernas chuecas,
surcos resecos.
Párpados caídos,
ojos achinados.
Ojos que se elevan
como aquellas albas
de humanidades inhóspitas,
anuncios de gallos.

Mi madre
ya no esta junto al viejo brasero,
masticando un chipaco,
ni sorbiendo mate cocido.
Tampoco sigue las huellas de alguna cabra
envuelta en su pañuelo blanco
entre el viento y la sequía.
Traquetea como aquel tren adolescente
que por la vía del llanto
la acarreó hasta la ciudad.

Pero mi madre,
sigue siento monte,
chañar y trabajo.
Fuerza productiva
hasta que llega la oración.
Y luego de un sueño sereno,
distante,
sus párpados se elevan
y las mañanas despiertan
un tanto más chuecas y achinadas.
Con sonidos férreos,
con palabras dulces y costuras alegres.
Una vida de paso a nivel.
Jorge Daniel Cordoba




Vestida de rafia, la paloma
bebe té a orillas del destino
y arroja barajas de polvo
sobre opacos futuros.
Descubro el asombro
en sus plumas de fuego.
A su espalda,
llamas violetas
semejan candiles.

Un tiempo habrá
en que los ciegos despierten
extraños de luz.
Susana Cattaneo




NIÑOS

Los suicidas
son niños absolutos
a los que hay que llenar de besos
y perfumar el cuerpo,
vestir con los trajes más caros,
llorarles encima,
tocarles el frío de su piel de abandono,
cuidarlos de las moscas de los velatorios,
mirarlos un rato que abarque la noche
y cerrarles después la oscuridad
que se ganaron con su carne de mártires.
David Gerardo Curiá

sábado, 28 de enero de 2012



28 DE ENERO



LA FECHA CORRESPONDE AL DIA EN QUE FUERON TWITEADOS LOS POEMAS


AMANECER CORDIAL

      Ah, no abras la ventana todavía,
es tan vulgar el sol!... La luz incierta
conviene tanto a mi melancolía...
me fastidia el rumor con que despierta
la gran ciudad... Es tan vulgar el día!...

   Y ¿para qué la luz? ...En la discreta
penumbra de la alcoba hay otro día
dormido en tus pupilas de violeta...
Un beso más para mi boca inquieta...
Y no abras la ventana todavía!
Medardo Angel Silva



REDONDILLAS

Hombres necios que acusáis...

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?

Cambaís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Sor Juana Ines de la Cruz



AJEDREZ

Porque éramos amigos y a ratos, nos
amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.

Pusimos un tablero enfrente
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.
Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.

Henos aquí hace un siglo, sentados,
meditando encarnizadamente
como dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.
Rosario Castellanos



CENICIENTAS POSMODERNAS

Al filo de otro siglo
hay mujeres que aún esperan
les calce perfecto
un diminuto sueño.
Mónica Gogna



CADENA PERPETUA

Como árboles
hay hombres que aferrados al destino,
atan sus raíces a la nada
y besan sólo el aire
que llega hasta sus brazos...
Desconocen del río su silueta,
la magia de su cuerpo vaporoso,
su alimento.
Sus anclas sólo visten el óxido
de un séquito de días infinitos.
La obsesiva soledad no les permite
ser abrigo de trinos y perfumes.
No saben de la vida...
tampoco de la muerte ;
son fetiches asentados a un único paisaje,
gris,
sombrío,
vestido de rutina.
Como árboles
hay hombres
que sólo han conocido
un único camino.
Guillermo Quijano Rueda

viernes, 27 de enero de 2012


27 DE ENERO


LA FECHA CORRESPONDE AL DIA EN QUE FUERON TWITEADOS LOS POEMAS


ESTANCIAS

1. Aquella dulce tarde pasaste ante mi vista
soberbia, en el decoro de tu vestido rosa;
inefable, irreal, melodiosa, imprevista,
como si abandonara su plinto alguna diosa.

Y perfumando la hora de lilas, te perdiste
al fondo de la calle, cual tras una áurea gasa...
mis ojos te seguían, con la mirada triste
que lanza un moribundo a la salud que pasa
Medardo Angel Silva



TEMPORAL EN SANTA CRUZ

Los malecones de la ciudad también zarpaban hacia
el mar,
no obstante el torbellino, el temple, las balandras
eran esenciales en plena travesía
y se eternizó en la cubierta y en los mástiles.
Naufragaron entonces las estropeadas escolleras,
el fondeadero se hizo más profundo con el temporal
un vagabundo perturbado en Santa Cruz de Tenerife,
            perdido en la negrura cuando
se apagaron las estrellas,
y así en esta vulgaridad se ensombreció la noche,
falló el astrolabio y tú en mi memoria,
la distancia falseó la travesía,
             nos desorientamos angustiados, pensando
en la venida de la muerte
y aún acumuladas las tinieblas se aclararon
como espantajos enloquecidos,
                      y después la calma
Allí se enredó el alba / en el mesana /
                                  más a la derecha del trinquete.
Sergio Badilla Castillo



EL RETORNO

Vieja alameda triste en que el árbol medita,
en que la nube azul contagia su quebranto
y en que el rosal se inclina al viento que dormita:
te traigo mi dolor y te ofrezco mi llanto.
He vuelto. Soy el mismo. La misma sed que me aqueja
y embelesa mi oído idéntica canción,
y soy aquel que ama el minuto que deja
un poco más de llanto dentro del corazón.
He vuelto. A tu silencio otoñal, he buscado
vanamente mis huellas entre todas las huellas,
y mi ilusión es una hoja muerta de aquellas
que estremecía el viento y que el sol ha dorado.
Y mientras quiero acaso recomenzar la senda
y un mal irremediable consume los destellos
del sol, vieja alameda, y te guardo mi ofrenda,
tú contemplas mis ojos y miras mis cabellos.
Salvador Novo



XX

El verso humano pesa.
Yo le cojo en mis manos
y siento que me dobla las muñecas.
Mi traspiés juegan mal con el camino
y mi dolor contigo, oh blanca primavera

A veces en lo hondo del silencio
que bordean las flores y la brisa
acude el largo grito a mi garganta.
La primavera rápida se esquiva,
se rompe en mil pedazos
el aire de veloz cristalería
y cubre el sol sus desnudos miembros
como una virgen tímida.
Yo quedo sobre un monte de tinieblas
aullando al horizonte de mi vida.

*Después de todo, qué;
¿por qué no recordaros,
vosotros que conmigo compartisteis
la lluvia y el espanto?
De vuestra sencillez sabe esta agua,
de vuestra dignidad sabe este árbol.
Acaso vuestros rostros en borrasca
rimaran mal con este culto prado:
pero también su cultivado césped
lo ha sido por las manos.
Hombres de España muerta, hombres muertos de España.
¡Venid a hacerles coros a estos pájaros!
Pedro Garfias

*Nota: Otra versión de este mismo poema dice en este párrafo “Desde esta primavera luminosa / ¿Por qué no recordaros…”

jueves, 26 de enero de 2012


26 DE ENERO


LA FECHA CORRESPONDE AL DIA EN QUE FUERON TWITEADOS LOS POEMAS


SONETO DE AMOR

Este soneto nuestro, que escribimos
entre cuatro paredes de un hotel,
sobre el perfil desnudo de la piel,
revive cada instante que sentimos.
Esta oportunidad que ambos quisimos,
cicatrizando heridas de ella y de el…
esta boda sin firma en un papel
rubrico la alianza que nos dimos:

Este amor, que nos habla de coherencia.
Este amor, que nos pone en un destino.
Este amor, que reclama tu presencia.
Este amor; que nos muestra ya el camino.
Este amor, que nos pide mas paciencia.
Este amor, que sabemos por que vino.
Fernando Marin



LIBERTAD

 

Tenemos
por ti
tantos golpes
acumulados
en la piel,
que ya ni de pie
cabemos en la muerte.

En mi país,
la libertad no es sólo
un delicado viento del alma,
sino también un coraje de piel.
En cada milímetro
de su llanura infinita
está tu nombre escrito:
libertad.
En las manos torturadas.
En los ojos,
abiertos al asombro
del luto.
En la frente,
cuando ella aletea dignidad.
En el pecho,
donde un aguante varón
nos crece en grande.
En la espalda y los pies
que sufren tanto.
En los testículos,
orgullecidos de sí.
Ahí tu nombre,
tu suave y tierno nombre,
cantando en esperanza y coraje.

Hemos sufrido
en tantas partes
los golpes del verdugo
y escrito en tan poca piel
tantas veces su nombre,
que ya no podemos morir,
porque la libertad
no tiene muerte.

Nos pueden
seguir golpeando,
que conste, si pueden.
Tú siempre serás la victoriosa,
libertad.
Y cuando nosotros
disparemos
el último cartucho,
tú serás la primera
que cante en la garganta
de mis compatriotas,
libertad.
Porque
nada hay más bello
sobre la anchura
de la tierra,
que un pueblo libre,
gallardo pie,
sobre un sistema
que concluye.

La libertad,
entonces,
vigila y sueña
cuando nosotros
entramos a la noche
o Ilegamos al día,
suavemente enamorados
de su nombre tan bello:
libertad.
Otto René Castillo



MELODIA DE ARRABAL

Cómo no voy a sentir que el pecho se me parte
cuando oigo a Gardel cantarle al barrio
si yo nací en el barrio del Gallito.
Si yo jugué con polvo de sus calles,
y fui pirata entre sus lodazales,
y cada esquina me sirvió de línea Maginot,
y sus piedras eran balas treinta treinta,
y mi pandilla era el Ejército Rojo de la cuadra
(los pandilleros éramos Anzueto y yo
y mis hermanos, que no alzaban un palmo de la tierra).
Si ahí perdí a mi padre, y lo seguí
y me colgué del bomper de su carro, y
me arrastró;
si ahí me atropelló un carruaje cuando
tuve cinco años y sus caballos me hundieron
sus cascos en las piernas;
si ahí conocí el llanto seco, duro, constante
de mi madre;
si ahí me iba a juzgar, detrás de un cerco de izotales
al loco de mi barrio, que usaba muñequeras de cuero,
y cantaba tangos todo el día
echado en una hamaca, y en la noche
salía a cotorrear a las patojas;
si ahí aprendí a cantar esos tangos
que ahora canta ese loco de Gardel.
Marco Antonio Flores



NUNCA LES CONTÉ LA HISTORIA DE MI PADRE CON 777 CARAS Y SU AMANTE MÚLTIPLE

No la conozco

Él nació muerto pero
se pega a cada espejo que encontramos
en el transcurso del cuento

Su ausencia data de tiempos inmemoriales
Colecciona ojos en una vieja alacena invisible
La niña gato en la fosa temía le quitase los peces
de su pequeño útero

Ella ..no sale muy a menudo de la jaula del olvido
Janequeo es un poco gata y araña
Sus pechos son de nadie ..No son de perra
No son de hermana ..No es niña
sino santa

Anoche mordió mi lengua
No sé si en sueños o despierta.
Fanny Campos Espinoza