martes, 19 de marzo de 2013

ALVARO MUTIS





Señal



Van a cerrar el parque.
En los estanques
nacen de pronto amplias cavernas
en donde un tenue palpitar de hojas
denuncia los árboles en sombra.
Una sangre débil de consistencia,
una savia rosácea,
se ha vertido sin descanso
en ciertos rincones del bosque,
sobre ciertos bancos.
Van a cerrar el parque
y la infancia de días impasibles y asoleados,
se perderá para siempre en la irrescatable tiniebla.
He alzado un brazo para impedirlo;
ahora, más tarde, cuando ya nada puede hacerse.
Intento llamar y una gasa funeral
me ahoga todo sentido
no dejando otra vida
que ésta de cada día
usada y ajena
a la tensa vigilia de otros años.


ADOLFO BURRIEL






Breve es el sueño…



Breve es el sueño, así
la picadura,
el vuelo de la abeja,
la lluvia,
el brillo
del pájaro y la llama,
la súplica del náufrago,
    y la costa,
breve es la lluvia,
es solitaria el alba,
la sombra del milagro.

De “Colores desunidos”

ALBERTO BLANCO





Tríptico azul


I

Hay mañanas
en que bajas al río
y te detienes
a escuchar en la corriente
la voz amorosa del mar.

Quisieras volar,
seguir el cauce
de su pelo suelto,
y tal esperanza te sostiene
sobre los juncos de la ribera.

II

Una paloma
cruza los maizales
quebrando
en violetas y grises
la certeza de las miradas.

Absortas en la luz
se doran las mazorcas,
brillanters contra el cielo
como lo ojos
colmados de placer.

III

Así mientras recobro
mi cuerpo lentamente,
la tarde en los balcones
toma la forma
de un barco que se aleja.

Entre las nubes que flotan
azules en el horizonte,
contemplo a la luna
dormir desnuda
junto al río.

ANA GUILLOT






Mujer 2



a Guadalupe Wernicke


la baba de ese beso
la saliva en la espalda
en la vagina
la yerma lascitud
de haberse equivocado
de hombre
los corpiños al borde
de la cama
las enaguas que retienen la seda
no hay canto primoroso
no hay gemido grito rasguño gutural
espasmo
no hay nada
hay la pared y su humedad
como un augurio
el olor hueco de sus crines
sobre el desaguadero
ella tensa las manos
en el hierro
se sujeta de la cabecera
él empuja la queja más dolida
ella hace silencio
los corpiños al borde de la cama
una ladera montañosa
la roca de por medio
(haberse equivocado de hombre)
el hueco de las crines
no hay roce caricia extremaunción
no hay nada de nada
se encoge frugal ella
él avanza las crines y el quejido
taladra la madera del abdomen
los músculos más tiesos
se agigantan
las noches
pesadillas del aire la baba en los pezones
nada de nada
en el vejamen sólido
en el entretejido de las mantas
ella reza para que pase pronto
él oscila las crines
las masa de su cuerpo
no hay más techo no hay sigilo
no hay ternura
no hay nada de nada
ni acaso rebelión
habría
él se come la zarza en ese grito
ella detiene el rezo
él bosteza
ella gira en la cama
el pueblo es un espectro
una calavera amenazante

CARMEN GIL





Abrazos



Acaba de abrirse el plazo:
desde hoy se regala afecto.
Para el que quiera un abrazo,
este es el bazar perfecto.

Se reparten cada día
mil caricias, atenciones,
alguna zalamería
y montones de achuchones.

Con sólo entrar por la puerta,
oirás palabras bonitas,
que están desde ayer de oferta,
y hay ternezas gratuitas.

Nos queda una cucamona.
¡Ven a vernos cuanto antes!
El cariño se amontona
encima de los estantes.

Ayer llegaron dos sacos
─los guardo en el almacén─
rebosantes de arrumacos.
¿Besos y roces? ¡También!

Valen todas las divisas,
que el producto es regalado.
Cambio mimos por sonrisas
y hay amor garantizado.

Carmen Gil escribe poemas para niños

ALMA VELASCO





El ave



El ave
para cantar
piensa en el mar.
Está enamorada la luna
de la canción encantada
del ave sobre mi cuna...
cuida mis sueños un hada.

Mi ave
es melodía
de cada día.