sábado, 5 de enero de 2013

JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN





Universos


Otra definición del amor

Sólo no estaba solo cuando estaba contigo.


JORGE GAITÁN DURAN




  
Sé que estoy vivo en este bello día...



Sé que estoy vivo en este bello día
acostado contigo. Es el verano.
Acaloradas frutas en tu mano
vierten su espeso olor al mediodía.
Antes de aquí tendernos, no existía
este mundo radiante. ¡Nunca en vano
al deseo arrancamos el humano
amor que a las estrellas desafía!
Hacia el azul del mar corro desnudo.
Vuelvo a ti como al sol y en ti me anudo,
nazco en el esplendor de conocerte.
Siento el sudor ligero de la siesta.
Bebemos vino rojo. Esta es la fiesta
en que más recordamos a la muerte.

LUIS GARCÍA MONTERO





Como cada mañana



Ahora sé
que estas calles nos han hecho solitarios
y nuestro corazón
tiene el pulso amarillo
de las maderas lentas de un tranvía.

Sobre su cuerpo viejo
andábamos despacio, de forma irregular,
con una simetría parecida a los árboles.

Era hermoso acudir
cada mañana
y respetar la cita con la hiedra
del muro,
los ropajes cansados de las casas estrechas
y de las calles sucias. Agradable
cruzar sobre algún puente,
detenerse lo exacto
para ver cómo el agua discute en las orillas.

En su jardín olimos
los primeros inviernos, su curso indefinido
por entre las palmeras.
Casi nadie pasaba,
sólo había
cuarenta sillas rojas
de los bares cerrados y alguna soledad
definitiva.

Durante muchos años,
durante tantos días que pasaron
el uno tras el otro,
el deber era un cierto paseo solitario,
la cita con un rumbo que sólo desviamos
para pisar las horas que caían,
los sueños que faltaban,
la superficie helada de los charcos,
para saltar los setos
o besamos las uñas moradas por el frío.
Y llegando a la puerta solíamos comprar
pequeños caramelos de nata o de violetas.

Entrábamos por fin para mezclamos
como cada mañana de la vida
con el paso cansado, los azulejos fríos
de un mundo hecho en latín
y números romanos.

Ahora sé
que en aquella ciudad deshabitada
la gente andaba triste,
con una soledad definitiva
llena de abrigos largos y paraguas.



LÊDO IVO





El turista



En el barco lleno de turistas
que singla el puerto de Rotterdam
encuentro a Dios
y El finge no verme. 

No me apremia viajar.
Todos los viajes son inútiles.
No nos llevan a ningún lugar
ni nos revelan el otro lado del mundo. 

Dios, el gran turista, va en el barco
pero prefiere mirar los astilleros y los remolcadores.
Tal vez los hombres lo tengan decepcionado
con sus súplicas sucesivas. 

El cielo está lleno de imprecaciones.
Envidio a las gaviotas
que picotean el agua cenicienta
-las gaviotas que no necesitan de Dios.


GRACIELA SALAZAR




  
Aquella tarde



Aquella tarde mojada de naranjas
en mi mano sorprendida
escribiste un beso
revelaste en un candil de chocolate
las estrellas de Neruda
mi luna y mis mieles sin edad.
Entonces
recorrimos los significados, los pasados
tu vida, mis luciérnagas y los ojos que mordían;
pero todo se oculta bajo las sillas blancas;
tu camisa de cuadros azules
tu guitarra.
Hoy, no has traido las orquídeas
ni las rosas para vestir la tarde prometida
los azares derretidos entre la lluvia
eligieron escaparse con los grillos
a inventar otros violines
y fabricar otra tarde con naranjas.


"Ensayo", 28 de octubre de 1984


ADRIANA ESTHELA FLORES





  
Incendio



El amor arde está noche a cielo abierto
Tu aliento está cerca
mi voz palidece
Se conjuga en la garganta
una palabra apenas
un gemido
continua el incendio
Germinamos
Los alientos se agolpan
en la tierra que aparece
Te abres todo como un cáliz
en que mi sangre se hace eterna
De pronto tu boca
tormenta de rosas
donde palpita la mía
el abismo dulce moja
mi tierra desenvainada
arde
arde
en mis manos
el vestigio de tu espalda


Oficio, número 201, mayo del 2004