"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 2 de octubre de 2021
ISMAEL RAMOS
La
muerte son los hijos
El
poema es el poema de los padres.
La herida es la herida de los padres.
La herida de los hombres.
Las cicatrices también.
Las cicatrices son uno de los frutos de la herida.
Los hijos somos cicatrices.
JUAN MARÍA PRIETO
De
un nuevo lenguaje
hay
algo que hacer y es el momento idóneo porque ha vuelto el ritmo vespertino del
soul funciona el drama para la hemorragia pero no era necesaria la espina
habíamos olvidado el proceso ahora se afana el oficio del hígado y resulta
salutífero este bálsamo he vuelto es humano el disimulo pero ya era pertinente
el verbo hay una música taciturna que nos vuelve a convocar quiero ser el
ventrílocuo que os abrace he robado una estampa tan lozana que no me reconozco
lenguaraz tenemos que hacer cosas es inminente el lenguaje y eso eso nos
ilusiona
LORINE NIEDECKER
[Dos hombres viejos…]
Dos
hombres viejos
—uno propuso que vivieran juntos—
se turnan para cocinar y lavar platos
ambos estaban solos.
Dice el amigo: “Nuestra manera de vivir
es tan distinta:
tú escupes
y yo no”.
JAVIER TEMPRADO
V
“Y judío alemán negro argentino chino francés árabe indio
sean palabras que se usaban
en la Edad Media que acabó a finales
del siglo veinte”
Julio Cortázar
Se
calzó sus zapatillas de ante
egipcio, con suela de caucho
argentino,
con textiles ingleses
diseñados en Estados Unidos
con máquinas y ordenadores
Made in China.
Llegó
al congreso
y habló sobre la pureza y las esencias
y los pueblos y las patrias.
Y
otros esqueletos de agua.
SANTIAGO GALÁN
Me
llamaréis limítrofe
molécula
del tejido
que separa dos mundos
cuando
me veáis
atrapado en él
al paso de la aguja
que con hilo imperturbable
los hace estancos
Ya
no más aire
entre ambos ya sólo
el choque y giro de vuelta
de sus señales al alcanzar
esta pared
nido
de nada
nido de toda ausencia
donde estaré
esperando
que un destello que no existe
os hable de mí
y me rescate
De:
“La lucidez del dromedario”
EMILIA PARDO BAZÁN
La
bahía
En
la planicie azul de la bahía
la luz de los faroles cabrillea:
lago de plata el móvil oleaje,
hondo abismo la sombra de las peñas,
y una lancha airosa
gallarda y ligera,
no boga, que corre,
no corre, que vuela,
llevada al suave compás de los remos
y al trémulo impulso de las blancas velas,
cercando su proa de chispas de lumbre
de las tibias olas la fosforescencia.
Al
espolón de hierro, que del agua
por la tranquila inmensidad penetra
cual dedo audaz que señalan el rumbo
del Océano a la extensión inmensa,
camina la lancha
como una saeta,
y a mí me parece
de lejos al verla
llevada al suave compás de los remos
y al trémulo impulso de las blancas velas,
sobre el lomo manso de la mar dormida
con cándidas alas gaviota negra.
De:
“Gota perdida en el inmenso mar”