sábado, 2 de marzo de 2013

ENRIQUE BANCHS





Árbol feliz



¿Qué es esto? Ayer no más árbol desnudo
Y seco, abandonado, inmóvil, mudo.
De nuevo al cielo azul joven te elevas,
Pomposamente lleno de hojas nuevas. 

Y aquellas ramas rotas que tenías,
Y aquellas hojas secas que veías
Como instantes caer ¿adónde han ido?
¿Tanto antiguo dolor desvanecido? 

Bajo la maravilla de hojas verdes,
no lloras lo que pierdes;
Retoñas en la misma cicatriz
Y flor se llama lo que fue quebranto...
¡Comprendo como puedes vivir tanto,
Árbol feliz!


IRENE DUCH GARY






Hasta el desnudo lindero de las ansias



En un dialogo de abrazos
nos reconocemos.
Nuestra voz, la piel,
murmullo de plegarias
y secretos,
descubrirá el sonido de la sangre,
la armonía de los cuerpos
en el espacio sin limite del gozo,
espiral de lumbre
subiendo por el vientre de abismo
hasta el desnudo lindero de las ansias.

De “Astillas de luz”


ENRIQUE MORÓN





Soledad


Me duele el corazón, rejas de acero.
y a lo lejos el mar y los marinos.
Los montes juegan a la rueda. Quiero
la libertad del mar y los caminos.

Desde la soledad de mis cristales
digo adiós a las aves emigrantes.
Lloran las hojas. Lluvias torrenciales.
Rojo viento de oestes y levantes.

Ya se acerca la noche. Las esquinas
iluminan su tenue faz de hielo.
Vuelven los niños al hogar. Ovinas
caravanas de nimbos en el cielo.
Queda el pueblo en silencio. Las ventanas
han cerrado sus ojos. Pasa el río
más allá del silencio. Dos campanas
y un alto campanario en el vacío

de una noche otoñal. Amargamente
me he sentado a mi diestra y ha crecido
por mis duras mejillas una fuente
y una flor de cristal descolorido.

Me duele d corazón. Quietud. Se mueve
la aguja del reloj del viejo muro.
Viejos recuerdos. Viejas sombras. Llueve.
Mes de noviembre trágico y oscuro.

De "Paisajes del amor y el desvelo"


EDUARDO MILÁN





A los veinte años tu sexo olía profundamente...



A los veinte años tu sexo olía profundamente,
antiguo, tibio, una raíz sin frío, precaria
aun viniendo de un pasado tan hondo, mítico
de atreverse a atravesar la selva sin ser visto.
Voz de ánima en pena que busca un continente,
África donde agarrarse, desgarrada. Pero volviendo,
el sexo de la mujer tiene una autonomía rara
como si le perteneciera y como si le fuera ajeno,
ajenjo, independiente, estado ebrio. Vive en la fiebre
su larga memoria que lo habilita al delirio. Sus labios
son verdaderos labios. Una raíz que no es una raíz
pero parece por su resonancia. A partir de un punto
el poema son innumerables ecos, aguas liberadas, felices
de expansivas después de ser tocadas.



BLANCA VARELA






A media voz


la lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba
sin color
bajo el cielo cascado
y gris
acepto el duelo y la fiesta
no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo
esta el poema intacto
sol ineludible
noche sin volver la cabeza
merodeo su luz
su sombra animal
de palabras
husmeo su esplendor
su huella
sus restos
todo para decir
que alguna vez
estuve atenta
desarmada

sola casi
en la muerte
casi en el fuego




JOSÉ MARÍA PEMÁN





Belleza serena



Única turbación y melodía
de tu belleza toda en paz lograda,
la fuga musical de tu mirada,
sobre la sabia y pura geometría

de tu cuerpo sin tacha, es una fuente
con dos chorros de luz, que habla de cosas
lejanas y de estrellas misteriosas
más allá de la Forma y del Presente.

Ciega, por eso, mi alma te desea
como una estatua, porque así, hecha idea,
nada turbe tu plástica armonía;

y así, ya sin lejanas alusiones,
como el jazmín serena al mediodía,
tu perfección serene mis pasiones.